Contenido de valor: las empresas venden experiencias de consumo

Contenido de valor: las empresas venden experiencias de consumo

El contenido de valor es una de las herramientas de marketing más poderosas en este nuevo siglo. Ofrece excelentes resultados a mediano y largo plazo. Alude a los contenidos publicamos en  diversos medios y plataformas con el objetivo de generar confianza en el público y fidelizarlo.

Carlos Molina, director de la carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, afirma que el contenido de valor es algo único y llamativo que permite atraer clientes. Se trata de un elemento diferenciador de la marca respecto a la competencia.

“Es un elemento de diferenciación que tienen las empresas para atraer a nuevos clientes o fidelizar a los clientes actuales con información y experiencias de uso o consumo del producto o servicio”, asegura.

En la actualidad, las empresas tienen que desarrollar contenido de valor que ayude a que todos sus productos o servicios estén alineados a un objetivo. Es decir, la clave para crear contenido de valor es no perder nunca de vista quién es el cliente ideal.

El contenido de valor tiene que ser planificado

El contenido de valor es una herramienta de apoyo a una estrategia de marketing en general. “Ellas tienen que delimitar, muy bien, qué mensaje es el que van a comunicar a los clientes, cuándo, cómo y por qué y eso tiene que estar planificado (…), no se trata sólo de aprovechar tendencias del mercado”, indica el académico.

Por ejemplo, la difusión del testimonio de una persona que ha comprado un producto, ha tenido algún problema con el mismo y lo ha solucionado gracias al acompañamiento de la empresa, hace que los clientes se identifiquen con ese testimonio y digan que lo que están viendo o escuchando es real.

Sin embargo, todas estas publicaciones o experiencias de uso tienen que ser planificadas, organizadas, con un mensaje y objetivo claro.

Hoy se vende experiencia, no solo marca

En este nuevo siglo, las empresas venden experiencias y no la marca. Obviamente, un requisito previo es que la marca tiene que estar bien posicionada y respaldada por productos y servicios de calidad.

Del marketing 1.0 al marketing 5.0

En un breve recuento de la evolución del marketing a lo largo de estos años, Molina refiere que el marketing 1.0 nace hace casi siglo y medio, centrado exclusivamente en el producto.  Luego irrumpe el marketing 2.0, las empresas tratan de vender más productos, pero sin una visualización al consumidor.

En el marketing 3.0 se empieza a tomar en cuenta ciertos aspectos del consumidor y las empresas adecúan sus estrategias a los gustos y preferencias del comprador.

El marketing 4.0 ya es un marketing netamente centrado en el consumidor. “El consumidor es el centro de atención de todas las estrategias comerciales. Pero todavía tiene algo del marketing 3.0 del pasado”, aclara Molina.

Hoy, vivimos el marketing 5.0 con una irrupción plena de la tecnología que hace que el consumidor ya no sea sólo local sino global, con acceso a información de todos lados y posibilidad de compra en cualquier parte del mundo.

“El marketing 5.0 lo que hace es democratizar el acceso a la información para que todos podamos tener esa información, ese acceso a todo, y decir, ahora a través de mi teléfono yo puedo tener un catálogo en línea de ciertos productos, puedo comprar de afuera, puedo traer productos aquí, y puedo compartir mi experiencia con otra persona”, finaliza el experto.

“Puedes tener muy buen contenido significativo para los consumidores, pero si tus productos tienen mal desempeño, tienen malos comentarios en redes sociales, tu marca se cae como un castillo en arena”, puntualiza Molina. Los productos o servicios tienen que tener cimientos sólidos que respalden las experiencias de los consumidores en el mercado.

 

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