Trastorno somático: se puede sentir dolor, pero no estar enfermo

Trastorno somático: se puede sentir dolor, pero no estar enfermo

“Señora, si usted sigue así la vamos a derivar al psiquiatra”. Marcela, de 45 años de edad, madre de tres hijos, recibió ese diagnóstico del médico, adonde acudió con una dolencia en las articulaciones de la mano. 

Ella explicó que se le hinchaban los dedos de las manos por las noches y un farmacéutico le había dicho que podría ser artritis. 

El Trastorno de Síntomas Somáticos (TSS) son malestares y deterioros significativos psicológicos, que influyen en otras afecciones médicas. Es un trastorno ficticio. El sufrimiento del paciente es auténtico y los síntomas pueden estar o no asociados con otra afección médica, explica Guery Zabala, docente de psicología en Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

Los síntomas de Marcela fueron pensamientos, sentimientos o comportamientos excesivos, relacionados con la somatización o asociados a una preocupación por la salud.

Son pensamientos desproporcionados y persistentes sobre la gravedad de los propios síntomas. Presenta grado persistente elevado de ansiedad, sobre la salud o los síntomas.

 

El tiempo y energía son excesivos, consagrados a estos síntomas o a la preocupación por la salud. Marcela, después de hablar con el farmacéutico reunió a sus hijos, y les contó su supuesta dolencia.

El TSS puede estar infradiagnosticado en los adultos mayores, ya sea porque el dolor y la fatiga se consideran parte del envejecimiento normal, o porque la preocupación por la enfermedad se considera ‘comprensible’ en las personas mayores, que generalmente tienen más enfermedades y necesitan medicación.

Pero, este tipo de trastorno puede aparecer en cualquier momento de la vida, tanto niños, adolescentes, jóvenes, adultos como en adultos mayores.

El TSS, generalmente, comienza antes de los 30 años de edad. Se presenta con frecuencia en las mujeres. No está claro por qué algunas personas presentan esta afección.

Ciertos factores pueden estar involucrados, como tener perspectivas negativas, ser más sensible física y emocionalmente al dolor y otras sensaciones; tener antecedentes familiares o educación, y la genética.

Las personas que tienen antecedentes de maltrato físico o abuso sexual pueden ser más propensas a padecer este trastorno. Pero no todas las personas con TSS tienen una historia de maltrato.

Este tipo de trastorno es similar al de ansiedad por enfermedad (hipocondría), que sucede cuando una persona es excesivamente temerosa de enfermarse o presentar un padecimiento grave. A diferencia del TSS, con el trastorno de ansiedad por enfermedad, hay pocos síntomas físicos reales o no los hay del todo.

Cuando el médico le dijo a Marcela, después de realizar varios análisis, que no tenía nada, ella insistía y le decía que sentía el adormecimiento e hinchazón. Entonces, el galeno le retrucó: “Si usted sigue así, la derivaré al psiquiatra”.

Zabala afirma que el tratamiento en casos de Trastorno de Síntoma Somático requiere atención de psicoterapia y tratamiento médico – psiquiátrico (si fuera algo que atenta contra su vida). Debido a que existen de diferentes grados: leve, moderado y grave. 

También están los casos en los que hay predominio de dolor (antes, trastorno doloroso), y los persistentes, que se caracterizan por la presencia de síntomas intensos, alteración importante y duración prolongada (más de seis meses). 

“Siempre el trabajo interdisciplinario hace mayor beneficio a los pacientes, pero todo dependerá de la evaluación psicológica y médica del caso, para considerar esta interconsulta”, afirma el académico.

 

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