¿Qué quiere el mercado y qué ofrece la universidad? Estudio de la ONT busca cerrar esa brecha

¿Qué quiere el mercado y qué ofrece la universidad? Estudio de la ONT busca cerrar esa brecha

Por Luis Escobar

El Observatorio Nacional del Trabajo (ONT), parte de los Centros de Pensamiento Estratégico de Unifranz, lleva adelante un estudio para identificar las competencias profesionales más requeridas en los sectores jerárquicos; y continuará hasta niveles técnicos en todos los rubros a nivel nacional. La información identificará al tipo de profesional que buscan las empresas y las entidades públicas para que la academia de una respuesta a estas necesidades.

“Realizamos el estudio en el ámbito de la academia porque al identificar esas competencias, se puede cerrar la brecha que existe entre lo que ofrecemos y lo que realmente requiere el mercado laboral. No hablo sólo del universitario, sino en todos los niveles de formación como técnico medio, técnico superior y postgrados”, declaró Pedro Saénz, director del ONT y vicerrector de Unifranz La Paz.

Las competencias laborales son aquellas destrezas, habilidades, actitudes y aptitudes que conforman a un candidato o trabajador en cualquier empresa u organización. Actualmente, las oficinas de Capital Humano, al momento de realizar una selección de personal, no solamente ven sus habilidades respecto al puesto de trabajo, sino que, además, analizan si tiene otras competencias desarrolladas o habilidades asociadas.

En ese marco, el ONT se convirtió en un centro de investigación y análisis de temas relacionados con el mercado laboral del país. A través de sus estudios se generará conocimientos, nuevas herramientas que mejoren la calidad del empleo y la productividad en Bolivia.

 “Al contar con la información sobre las competencias que realmente se requieren; las instituciones de educación de todos los niveles, podrán adecuar sus programas de estudio para satisfacer esa demanda”, afirmó Sáenz.

La IA y el empleo

La pandemia cambió muchos aspectos de la vida; una de esas transformaciones fue el ingreso de la tecnología en los ambientes laborales. “Estuvimos confinados casi un año y teníamos que valernos de la tecnología para conectarnos con los colegas de las organizaciones, con los clientes y dar alguna normalidad a nuestras actividades”, afirmó Sáenz.

Esa tecnología se fortaleció a través de la Inteligencia Artificial (IA). Mucho se especuló sobre si es buena, mala o si va a reemplazar a los humanos. “Creo que hay un punto intermedio, la IA nos ayudará a crecer y desarrollarnos más. Obviamente habrán algunos cargos que van a desaparecer pero en esa misma medida se irán generando otros y es necesario que estemos en una continua capacitación”.

En 10 años cambión bastante la situación laboral. Por ejemplo, hoy en día se pueden hacer entrevistas de forma virtual y lo mismo sucedió en las empresas. Antes, la norma, era que se deba cumplir horarios de trabajo, hoy en día muchas empresas trabajan en línea, hay algunos empleados que desarrollan sus actividades desde sus casas, otros lo hacen híbrido y algunos de forma presencial.

“A partir de la información del Observatorio se definirán cuáles son las necesidades y prioridades de la población que está en edad laboral. Con los datos se diseñarán políticas públicas que se encarguen de promover empleo y bienestar para la sociedad.  Está claro que el empleo es un elemento clave en el desarrollo económico de cualquier sociedad y país”, dijo Sáenz.

Más apoyo

Para alcanzar este objetivo se necesita apoyo del Gobierno. Esperan que a través del ministerio de Educación se pueda flexibilizar las políticas y normas sobre las cuales se desarrollan los programas de estudio para que tengan una aplicación ágil. “Por ejemplo, cuando se identifique una competencia que se requiera desarrollar, necesitamos que se apruebe rápidamente (el cambio en la malla curricular) para formar a los profesionales. De hacerlo en tres a cuatro años ésta va a dejar de estar en vigencia”, precisó.

La información que se genere en el ONT será útil y relevante para la toma de decisiones en materia de políticas laborales y de empleo. Entre los beneficios que pueden desprenderse de estos estudios están mejoras en los procesos institucionales asociados a la selección, capacitación, fidelización y retención de los equipos de trabajo. También permitirá la reducción de las brechas de género y retroalimentación a los centros educativos para que puedan alinear sus procesos formativos con las reales necesidades del mercado.

Con la información que provenga del observatorio se va a elaborar un “Diccionario Nacional de Competencias” más utilizadas en el país con varios fines. Por ejemplo, dar lineamientos a entidades gubernamentales, en este caso, a los ministerios de Trabajo y Salud para que las políticas públicas y normas que vayan a definir estén en línea de lo que se requieran.

El observatorio trabaja de forma conjunta con el Programa de Naciones Unidad para el Desarrollo (PNUD), el Pacto Global (Red Bolivia), la Organización Internacional del Trabajo (OIT). También cuenta con el apoyo del sector empresarial del país a través de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), la Cámara Nacional de Comercio (CNC), la Confederación de Empresarios de Bolivia (CEPB), la Federación de Empresarios Privados de La Paz (FEPLP), entre otras instituciones privadas y públicas.

Brecha de género

La rectora nacional de Unifranz, Verónica Agreda, afirmó que colaboran con el PNUD en la red de innovación educativa de la que forman parte 150 colegios con el fin de cerrar las brechas de género. “El problema y la punta del iceberg está en las unidades educativas. ¿Porque las niñas no quieren estudiar carreras relacionadas a la ciencia, la tecnología, la matemática? Desde niñas existen sesgos, perjuicios y pareciera que no pertenecen a ese mundo”.

Por ello aseguró que trabajan con directores y profesores de colegio para incrementar la presencia de mujeres creadoras y diseñadoras de tecnología; y no sólo usuarias de tecnología. “El FabLab (de Santa Cruz) se convirtió en un espacio que nos permite hacer eso: trabajar con profesores, trabajar las metodologías y dejar de dar clases magistrales para aprender haciendo, aprender robótica o matemática de forma divertida, programación creando videojuegos. Al final se trata de empoderar a las niñas”.


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *