Creer en uno mismo: la base silenciosa de una buena salud mental

Creer en ti es salud emocional.

Sentir que no se es suficiente, no atreverse a hablar, evitar mirar al espejo o postergar los propios sueños. Estas experiencias, tan comunes como dolorosas, son síntomas de una herida emocional invisible pero profunda: la baja autoestima. No creer en uno mismo no solo impide alcanzar metas, también afecta gravemente la salud mental. 

En un mundo donde la exigencia, la comparación constante y la presión social marcan el ritmo de vida, aprender a valorarse es más que un acto de amor propio: es una necesidad para sobrevivir emocionalmente.

Liudmila Loayza, directora de la carrera de Psicología en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, lo resume con claridad. “Todo inicia en las emociones, en el corazón. Hay que quererse, valorarse y amarse. Tenemos que conocer que todo parte de la mente. Por eso es importante saber esto para que las personas que sufren de baja autoestima empiecen a quererse más, para que inicien a conocerse, valorarse, tiene que haber una decisión”.

La autoestima, definida como la valoración que una persona tiene de sí misma, constituye uno de los pilares fundamentales del bienestar psicológico. No se trata de una simple percepción emocional, sino de un constructo complejo que incluye la autoimagen (cómo nos vemos físicamente) y el autoconcepto (cómo nos valoramos internamente). Ambos aspectos se construyen desde la infancia a partir de nuestras experiencias, la interacción con el entorno y la interiorización de lo que los demás piensan de nosotros.

Diversos estudios respaldan la importancia de cultivar una autoestima saludable. Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), una baja autoestima es un rasgo común en cuadros como la depresión, la ansiedad social o la distimia. También puede alimentar condiciones como la timidez extrema o la fobia social. 

A la inversa, una autoestima inflada en exceso puede asociarse con trastornos de personalidad como el narcisismo o episodios maníacos en personas con trastorno bipolar. Es decir, tanto la carencia como el exceso pueden volverse problemáticos: el equilibrio es la clave.

El psicoterapeuta canadiense Nathaniel Branden propuso una teoría estructurada para entender y trabajar la autoestima: los seis pilares. Estos son vivir conscientemente, aceptación, responsabilidad, autoafirmación, propósito e integridad. Cada uno representa un área vital que, al ser fortalecida, permite cultivar una autoestima realista, resiliente y sólida.

  • Vivir de manera consciente: se refiere a estar presentes en nuestras acciones, pensamientos y emociones. Es el primer paso hacia el autoconocimiento.
  • Aceptación de uno mismo: implica dejar de lado el juicio severo y abrazar lo que somos, con nuestras virtudes y defectos.
  • Responsabilidad personal: asumir las consecuencias de nuestras decisiones, y dejar de culpar a otros por lo que sucede en nuestra vida.
  • Autoafirmación: respetar nuestras necesidades, deseos y límites, sin temor a desagradar.
  • Propósito: tener metas claras y sentir que la vida tiene sentido, lo cual nos impulsa a crecer y a valorarnos.
  • Integridad: vivir de manera coherente con nuestros valores. Esto estructura nuestra conducta y refuerza nuestro sentido de identidad.

Pero ¿cómo se traduce esto en acciones concretas? A continuación, se presentan cinco recomendaciones prácticas, acompañadas de ejercicios, para fortalecer nuestra autoestima día a día.

Cinco claves para fortalecer la autoestima

  • Practica la autoaceptación
    Ejercicio: Escribe una lista de tus fortalezas y una de tus áreas de mejora. Léelas en voz alta cada mañana. Evita juzgarte, y enfócate en tu progreso.
  • Cuida tu diálogo interno
    Ejercicio: Identifica frases negativas que sueles decirte (“soy un fracaso”) y sustitúyelas por afirmaciones realistas y positivas (“hoy no salió como esperaba, pero sigo intentando”).
  • Celebra tus logros
    Ejercicio: Lleva un diario de logros semanales, por pequeños que sean. Reconocer avances refuerza la autoconfianza.
  • Establece límites saludables
    Ejercicio: Haz una lista de situaciones donde sientes que sobrepasas tus límites. Practica cómo decir “no” de manera respetuosa pero firme.
  • Rodéate de personas que te valoren
    Ejercicio: Evalúa tus relaciones. ¿Te hacen sentir bien contigo mismo o te minimizan? Prioriza las conexiones que te nutren emocionalmente.

Además de estos consejos, buscar ayuda profesional es una herramienta poderosa. La terapia psicológica no solo permite trabajar las heridas del pasado, sino que también enseña a desarrollar habilidades emocionales que fortalecen la autoestima.

Una inversión en salud mental

La autoestima no es un lujo ni un ideal inalcanzable. Es una construcción diaria que define cómo nos enfrentamos al mundo. Creer en uno mismo influye directamente en nuestra capacidad para tomar decisiones, relacionarnos, establecer metas y superar dificultades. Como señala Loayza, es un trabajo que parte de las emociones, pero que puede ser aprendido y fortalecido con práctica y voluntad.

En un mundo que constantemente nos reta a compararnos y a cumplir con estándares ajenos, cultivar una autoestima saludable es, quizás, uno de los actos más revolucionarios y sanadores. Y como toda revolución profunda, comienza por dentro.

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