Correr contra el reloj: la razón por la que tantos estudiantes se sienten saturados
El estrés académico derivado de la mala gestión del tiempo se ha convertido en un desafío constante para muchos estudiantes que intentan equilibrar clases, tareas, trabajos prácticos y responsabilidades personales sin un sistema claro de organización. La sensación de que los días avanzan más rápido que sus actividades genera cansancio acumulado, presión constante y dificultad para concentrarse, afectando tanto la motivación como el rendimiento.
“Cuando un estudiante no aprende a organizar su tiempo, su mente permanece en alerta constante y las tareas se mezclan, lo que genera agotamiento emocional y reduce la capacidad de enfrentar los desafíos académicos de manera efectiva. Enseñar habilidades de planificación no es opcional, sino fundamental para que los jóvenes puedan sostener su proceso de aprendizaje sin sentirse abrumados”, explica Liudmila Loayza, directora de la carrera de Psicología en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
La falta de planificación convierte la jornada en un caos donde todo parece urgente y nada se completa. Muchos estudiantes inician varias actividades a la vez, posponen tareas importantes y terminan improvisando. Esta dinámica provoca que la jornada se extienda innecesariamente, la concentración disminuya y la frustración aumente. La sensación de no avanzar genera una presión continua que puede afectar la salud emocional a mediano y largo plazo.
“El estrés afecta tanto la mente como el cuerpo, influyendo en la atención, la memoria, el equilibrio emocional y el rendimiento académico, especialmente cuando los estudiantes no cuentan con rutinas consistentes que los respalden. La exposición prolongada a demandas altas puede debilitar gradualmente su capacidad de aprender de manera efectiva”, informa la American Psychological Association (APA).
La presión constante hace que incluso las tareas más simples se perciban como pesadas. El cansancio acumulado disminuye la capacidad de priorizar y tomar decisiones, lo que obliga al estudiante a depender solo de la urgencia para avanzar. Esto genera días largos y agotadores con resultados limitados, aumentando la frustración y afectando la motivación. La repetición de este ciclo puede consolidar hábitos poco saludables y desorganizados.
“La sobrecarga de responsabilidades académicas y la falta de herramientas para gestionar el tiempo afectan el bienestar emocional de los estudiantes y limitan su capacidad de aprendizaje sostenido. Es fundamental que las instituciones educativas integren estrategias que fortalezcan habilidades de organización y reduzcan el impacto del estrés en el rendimiento académico”, detalla un informe mundial de educación del 2023, de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Especialistas señalan que enseñar gestión del tiempo debería ser una competencia básica dentro de la formación académica. Establecer horarios realistas, dividir tareas extensas en pasos, evitar la multitarea y programar pausas regulares permite recuperar control sobre la jornada y reducir la ansiedad. La constancia en estas prácticas ayuda a los estudiantes a organizar mejor su rutina, disminuir la presión acumulada y fortalecer tanto su bienestar emocional como su rendimiento.
“Aprender a organizar las tareas no solo mejora el rendimiento académico, sino que también fortalece la autoestima y disminuye la ansiedad relacionada con la presión constante de los plazos. La planificación se convierte en un recurso de autocuidado, y su desarrollo debe acompañar el proceso educativo de manera estructurada”, puntualiza Loayza.
Al implementar estas estrategias de manera sistemática, los estudiantes pueden transformar el estrés en una herramienta para mejorar su organización y aprendizaje. La planificación efectiva no solo reduce la sensación de saturación, sino que también fomenta hábitos saludables y sostenibles que acompañan su desarrollo académico y personal. Enseñar estas habilidades desde etapas tempranas representa una inversión en su bienestar y éxito a largo plazo.