PAIR, la forma más humana de integrar la inteligencia artificial en la educación 

Por Lily Zurita Zelada

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La educación atraviesa un cambio profundo. La incorporación de la inteligencia artificial (IA) en las aulas plantea el desafío de ¿cómo aprovechar su potencial sin desplazar la esencia del aprendizaje humano? Desde la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, surge una propuesta innovadora que responde a esta pregunta: el marco PAIR —Problem, AI, Interaction, Reflection—, un modelo que integra la IA de manera natural en el proceso educativo, pero siempre bajo la guía crítica y creativa de los estudiantes y docentes.

“El acceso al aprendizaje debe entenderse como la posibilidad real de resolver problemas con criterio, no simplemente como conectarse a una plataforma. Nuestro sello, el aprender haciendo, pide evaluar lo que el estudiante es capaz de diseñar, probar y mejorar en contextos reales. En ese sentido, PAIR encaja de forma natural y ayuda a integrar la inteligencia artificial sin perder el protagonismo humano”, sostiene Pedro Sáenz, vicerrector de Unifranz.

Resolver problemas reales con inteligencia artificial responsable

El modelo PAIR parte de un problema auténtico (Problem), situado en un contexto real: una necesidad de barrio, el caso de una organización, un dilema público. La evaluación en esta etapa mide la pertinencia del reto, las fuentes utilizadas y la claridad de los límites planteados.

Posteriormente, la IA (AI) entra en acción, pero no como un sustituto, sino como un instrumento. Los estudiantes deben demostrar transparencia: explicar qué modelo de IA utilizaron, cuáles fueron los prompts aplicados y cómo verificaron sesgos o imprecisiones. La regla es clara: toda salida de la IA se considera un borrador que debe contrastarse con evidencia y criterio disciplinar.

La bitácora de prompts, verificaciones y ajustes se convierte en parte fundamental de la entrega, visibilizando el proceso y fortaleciendo la integridad académica. 

“La IA tiene un enorme potencial, pero solo si la usamos de manera ética y bajo supervisión. Lo que buscamos es que nuestros estudiantes desarrollen criterio, aprendan a discernir y a dar trazabilidad a cada decisión que toman con apoyo tecnológico”, añade Sáenz.

Aprender haciendo y aprender con otros

El tercer componente del marco PAIR es la interacción humana significativa (Interaction). Talleres, prototipos iterativos, retroalimentación docente, revisión entre pares y defensas orales aseguran que el aprendizaje no dependa de la máquina, sino de la colaboración y el debate.

Este espacio permite evaluar la capacidad de explicar decisiones sin apoyos automáticos, fomentar la negociación de ideas y fortalecer la coautoría. Al mismo tiempo, promueve una experiencia más cercana y humana, donde el docente conserva su rol crítico al orientar y exigir evidencias.

El último paso es la reflexión (Reflection), en la que el estudiante documenta todo el proceso: qué intentó, qué funcionó, qué no, qué cambió en su comprensión y cómo sus decisiones se relacionan con principios éticos y con el contexto boliviano. También declara criterios de autoría y valora el impacto social de su trabajo.

Ejemplos aplicados en diferentes áreas

El modelo PAIR no se limita a un área de estudio; puede implementarse en múltiples disciplinas. En salud, por ejemplo, se aplica en simulaciones de triaje en un centro de atención. La IA propone protocolos, pero el equipo de estudiantes adapta las decisiones a la normativa local, prueba escenarios y justifica en una defensa breve.

En arquitectura e ingeniería, puede utilizarse para rediseñar una plaza barrial: la IA genera variantes y estimaciones, pero los estudiantes validan con mediciones in situ, entrevistas a vecinos y criterios de accesibilidad. En comunicación y diseño, la IA puede sugerir ideas para una campaña de salud preventiva, pero el equipo testea las propuestas con usuarios reales, corrige sesgos y entrega un kit final con trazabilidad de iteraciones.

De esta manera, el aprendizaje trasciende lo teórico y se vincula con la realidad social, un sello distintivo de Unifranz.

Ética, transparencia e integridad académica

Uno de los mayores aportes del modelo PAIR es su capacidad para desincentivar el plagio. Al calificar procesos visibles —bitácoras, defensas orales, prototipos y entregas ancladas en contextos locales— se vuelve menos atractivo copiar. La transparencia, en cambio, fomenta la responsabilidad y refuerza el criterio.

“PAIR nos permite mantener el equilibrio: la inteligencia artificial queda como un instrumento potente, pero siempre bajo supervisión humana. Lo que buscamos es formar profesionales capaces de diagnosticar, crear y mejorar, no simplemente de responder”, afirma Sáenz.

Una decisión académica clave para Bolivia

El marco PAIR refleja el ADN de Unifranz: proyectos reales, estándares de calidad y evaluación por desempeño. En lugar de temer a la IA, se la integra con transparencia y rigor. Así, la educación superior se fortalece con un modelo que combina innovación tecnológica, ética y compromiso humano.

Si acceder al aprendizaje significa participar con calidad en la solución de problemas, PAIR ofrece una guía simple y replicable para implementarse en la universidad boliviana. “Implementarlo es una decisión académica; postergarlo, en cambio, es un riesgo para la calidad que los profesionales y el país necesitan”, concluye Sáenz.

Con este innovador modelo, la inteligencia artificial deja de ser una amenaza para convertirse en un aliado estratégico, y el protagonismo humano sigue siendo el motor que transforma el conocimiento en acción y el aprendizaje en impacto real.

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