Dislexia: trastorno que dificulta el aprendizaje y afecta a uno de cada 10 escolares

Dislexia: trastorno que dificulta el aprendizaje y afecta a uno de cada 10 escolares

La Ley Avelino Siñani y Elizardo Pérez establece que la estructura de la educación especial contempla la educación para personas con discapacidad, con dificultades en el aprendizaje o talento extraordinario.

Sin embargo, en la actualidad, no existen políticas o centros de atención exclusivamente para personas con dificultades en el aprendizaje, situación que afecta, no solamente a niños, niñas, adolescentes y jóvenes en edad escolar y universitaria, sino también a personas adultas que no recibieron atención oportuna.

La dislexia es una de las principales dificultades en el aprendizaje, además de la discalculia, la disgrafía, disortografía, el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad – TDAH y el Trastorno de Espectro Autista de alto funcionamiento (Síndrome de Asperger) que afecta el rendimiento académico.

La Asociación de Dislexia de Málaga, España, calcula que este trastorno afecta aproximadamente a uno de cada 10 niños en etapa escolar.

Dislexia, un deterioro en la capacidad de reconocer palabras

La dislexia es un trastorno específico del aprendizaje que se caracteriza por un deterioro en la capacidad de reconocer palabras, lectura lenta e insegura y poca comprensión de palabras u oraciones.

De acuerdo al Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V), la dislexia es la dificultad en la lectura y escritura.

“La dislexia no es un problema de visión, sino que el cerebro invierte o modifica la secuencia de la información que recibe de los ojos mientras la persona lee; o bien, la persona demora en relacionar una palabra con su significado, lo que retarda la comprensión”, indica Luz Karen Meneses, docente de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

Existen al menos seis tipos de dislexia:

a. Dislexia adquirida. Aparece a causa de una lesión cerebral concreta.

b. Dislexia evolutiva. Es la más frecuente en el ámbito escolar.

c. Dislexia fonológica. Es el problema para asociar letras con sus sonidos correspondientes. El niño hace una lectura visual y deduce en vez de leer. Por ejemplo, puede leer “casa” en vez de “caso”.

d. Dislexia superficial. La dificultad se centra en la lectura de palabras irregulares, que les resulta difícil reconocer y leer. Disminuye la velocidad lectora cuando aumenta la longitud de las palabras.

e. Dislexia visual o de superposición. Es la dificultad para ver correctamente las letras y las palabras. Suelen invertir letras, cambiar el orden o experimentar distorsiones visuales al leer.

f. Dislexia profunda o mixta. Pueden tener dificultades tanto en la lectura de palabras regulares como en las irregulares, así como en la conciencia fonológica.

Meneses puntualiza que “la dislexia es considerada un trastorno del aprendizaje, no simplemente dificultades de aprendizaje. La diferencia entre un trastorno del aprendizaje y una dificultad de aprendizaje radica en la gravedad y la persistencia de las dificultades”.

Observar para identificar el trastorno

Los niños con dislexia tienen problemas para leer, para escribir y para hablar. Un niño con discalculia no necesariamente es disléxico, su problema es que tiene dificultad para darle sentido a los números y los conceptos matemáticos.

Para identificar a un niño que podría estar experimentando dislexia o discalculia, es importante la observación cuidadosa y la colaboración entre padres, maestros y profesionales de la salud, para posteriormente intervenir en su tratamiento.

Síntomas del trastorno

Cada persona con dislexia es única y no necesariamente presenta todos los síntomas que se detallan a continuación:

 Dificultad para articular o pronunciar palabras

• Lectura con errores y muy laboriosa

• Dificultad para distinguir entre derecha e izquierda

• Ivertir letras, palabras o números después de primer o segundo de primaria

• Problemas de concentración en la lectura o escritura

• Problemas de memoria a corto plazo

• Problemas para mantener la atención

•  Dificultad para organizar sus pensamientos

• Dificultad para seguir instrucciones y aprender rutinas

• Dificultad para reconocer patrones, o clasificar objetos por su tamaño o forma

• Dificultad para entender y seguir instrucciones, o mantenerse organizado

• Dificultad para recordar lo que se acaba de decir o lo que se acaba de leer

• Falta de coordinación al moverse, o problemas en el equilibrio,

• Dificultad para realizar tareas con las manos, como escribir, cortar o dibujar

•  Dificultad para entender el concepto del tiempo

Unifranz

La dislexia se puede identificar recién entre los 6 a 8 años

Tratamiento

La dislexia se puede identificar recién entre los 6 a 8 años, que es cuando las dificultades en lecto-escritura comienzan a ser visibles y diferenciables. Meneses indica que el tratamiento por parte de psicólogos, psicopedagogos, educadores especiales y otros expertos debe ser personalizado y adaptado a sus necesidades específicas.

“La intervención temprana y el apoyo continuo es vital para ayudar a las personas a superar estas dificultades y tener éxito en sus estudios. Sin embargo, la evaluación y diagnóstico son esenciales para identificar las áreas específicas y niveles de dificultad, en ese sentido, la intervención temprana e individualizada es crucial”, dice la psicóloga.  

En la dislexia, los programas de intervención incluyen ejercicios de fonología, que ayudan a los niños a comprender y manipular los sonidos del habla. También se trabaja en la identificación y decodificación de palabras. Muchos programas utilizan métodos multisensoriales que involucran el ver, escuchar y tocar para ayudar a los estudiantes a aprender a leer y escribir.

Los maestros deben realizar adaptaciones en el aula, como tiempo adicional en exámenes, lectores o audiolibros, y otras estrategias de apoyo para facilitar su proceso formativo.

Existen aplicaciones y programas de software diseñados para ayudar a las personas con dislexia a mejorar la lectura y la escritura.

“La dislexia no es una enfermedad, por ello, no requiere curación ni necesita un tratamiento farmacológico. Si bien puede mejorar con el tiempo y el tratamiento adecuado, usualmente no se supera o desaparecen, es decir, persisten en la edad adulta”, explica la académica.  

Rol de los padres y maestros

El rol que asumen los padres y maestros es crucial por el apoyo emocional, educativo y social que requiere esta población.

El maestro debe identificar las dificultades en lectura y escritura que presenta el estudiante en el aula y, en caso de sospecha de trastornos de aprendizaje, debe informar a los padres y al colegio para que se tomen las medidas necesarias, ya sea derivando al niño a especialistas o bien, iniciando el tratamiento correspondiente, de acuerdo a la dificultad.  

En tanto, los padres tienen la obligación de informarse respecto a los trastornos y dificultades de aprendizaje para comprender mejor las necesidades de su hijo.

“Deben brindarle un apoyo emocional, empezando por el fortalecimiento de la autoestima y la consolidación de su autoconfianza. Deben dedicarle más tiempo, leer cuentos juntos, cantar, memorizar trabalenguas y aplaudir los logros de su aprendizaje y avance académico”, concluye la profesional psicóloga.

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