Comanche: el tesoro escondido del altiplano paceño que quiere conquistar al turismo
Por Antonio Ortega

Frío, imponente y lleno de vida. Así es Comanche, una joya natural y cultural en el corazón del altiplano paceño. En esta localidad donde el viento parece tener alma propia y las temperaturas son extremas, crece majestuosa la Puya Raimondi, una planta milenaria que reina entre cerros andinos y se convierte en un espectáculo natural difícil de igualar.
Ubicado a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, Comanche es mucho más que un pueblo entre montañas. Desde sus canteras —de donde provienen las piedras que embellecen plazas y avenidas de las ciudades— hasta sus formaciones rocosas con poder espiritual, todo en esta tierra habla de historia, fuerza y potencial turístico.
Pese a su riqueza natural, este lugar aún es un destino poco explorado. Y ahí es donde nace una propuesta transformadora: estudiantes de la carrera de Administración de Hotelería y Turismo de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz La Paz, asumieron el reto de desarrollar un Proyecto Integrador que contribuya a visibilizar el potencial de Comanche como destino turístico sostenible.
El proyecto forma parte del modelo educativo de Unifranz, centrado en el enfoque de “Aprender Haciendo”, donde los estudiantes aplican sus conocimientos para resolver problemas reales. En este caso, la escasa promoción turística de un territorio con alto valor natural y cultural se convirtió en una oportunidad de aprendizaje y acción.

Bajo el liderazgo de la docente Lucy Florian Mamani, los futuros profesionales han trabajado en una propuesta integral que considera aspectos como identidad local, sostenibilidad, diseño de rutas turísticas, rescate de atractivos patrimoniales y fortalecimiento comunitario.
“La localidad es un tesoro aún inexplorado. Hay mucho potencial por descubrir y aprovechar en Comanche”, afirma Florian, quien ya realizó varios viajes a la zona junto al equipo, para levantar información, identificar actores clave y diseñar estrategias viables junto con la comunidad.
Una de las estudiantes e impulsora del Proyecto Integrador, Nayeli Ibañez, quedó impactada tras su visita.
“Lo que más me impresionó fue el gran interés de la comunidad por desarrollar el turismo. Sus atractivos están bien conservados gracias al compromiso de sus habitantes. Eso dice mucho de su identidad y orgullo local”, dijo la estudiante Nayeli.
Entre los principales atractivos, destaca la Puya Raimondi, ideal para rutas de trekking que permiten una inmersión total en la naturaleza andina. También está El Sapo, una formación rocosa ritual usada para apachetas y ofrendas, y la cantera, donde los artesanos transforman la piedra en arte con técnicas ancestrales.
Por ahora, la oferta turística es mínima: no hay hoteles ni operadores establecidos. Pero el trabajo de los estudiantes busca sentar las bases para un desarrollo turístico auténtico, sostenible y liderado por la propia comunidad.
“Queremos que nuestros futuros profesionales comprendan que el turismo no solo sucede donde ya todo está hecho. El verdadero desafío —y la mayor recompensa— está en construir desde cero, junto a quienes quieren mostrar su cultura y su tierra sin perder su esencia”, destaca Florian.
El Proyecto Integrador no solo ha permitido aplicar herramientas académicas en gestión turística, marketing y sostenibilidad, sino que también representa una experiencia transformadora. Los estudiantes no solo aprenden en el aula, sino que se convierten en agentes de cambio, capaces de generar impacto real en territorios que buscan una oportunidad para florecer.
“La zona tiene un potencial enorme. Con las herramientas adecuadas y un desarrollo constante, puede convertirse en un destino atractivo y auténtico”, concluye Nayeli.
Comanche ya no es solo un punto en el mapa. Es un espacio donde la educación, el compromiso social y el turismo buscan fundirse para escribir una nueva historia.