Por Matías Philco Y Beatriz Cahuasa
El fácil acceso a la información que llegó con el internet ha permitido que las personas se nutran de conocimiento y conciencia sobre la importancia de llevar una vida saludable. Sin embargo, también crearon estereotipos en el cuidado personal que muchos buscan imitar por tendencias y moda, lo que puede tener implicaciones psicológicas.
El efecto rebaño ha llevado a muchos jóvenes a actuar por imitación, siguiendo modelos en torno a la aceptación social. Para José Vásquez, psicólogo de profesión y docente de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, este extremo es peligroso.
“Si bien hacer ejercicios otorga beneficios a la salud, cuando el hecho de ejercitarse comienza a convertirse en una obsesión, puede ser señal de alguna afección psicológica que debe ser atendida a tiempo”, apunta.
Hay jóvenes entusiasmados por el fitness que lo relacionan con la multiplicación de seguidores en redes, el efecto de admiración e, incluso, con una vida glamorosa –dice Julian Ochoa, entrenador personal o profesional de fitness– “sin imaginar que lograr un cuerpo trabajado representa un sinfín de sacrificios, de nutrición, de hábitos, entrenamiento guiado, entre otros, para lograr el objetivo”.
Para Vásquez, factores como la presión social y la comparación con otros cuerpos en el gimnasio o en las redes sociales pueden generar una baja autoestima e insatisfacción corporal. “En algunos casos, la búsqueda de un cuerpo ‘ideal’ puede derivar en trastornos como la anorexia o la bulimia”.
Algunas personas tienden a desarrollar una dependencia al ejercicio, a tal punto de sentir ansiedad o culpa si no lo hacen. La priorización de la estética por sobre la salud puede desviar la atención que se debería tener respecto a otros aspectos importantes del bienestar integral.
La obsesión por conseguir lo que se considera un «cuerpo perfecto» puede llevarnos, incluso, a sufrir «vigorexia» o dismorfia muscular, trastorno mental que se describe como una preocupación obsesiva por el físico, que afecta principalmente a varones y que es como una «anorexia al revés», advierte el psicólogo.
Quienes padecen este trastorno se ven con volumen menor en los músculos de lo que realmente son.
Factores que motivan la tendencia
La nutricionista Carolina Bustamante asegura que lo positivo del ejercicio físico rutinario es que debe estar acompañado por una dieta bien balanceada, un complemento que se pierde de vista cuando, por tener un cuerpo perfecto, muchos jóvenes omiten comidas o alteran su alimentación.
“El aumento en la tendencia de los jóvenes a ejercitarse es una excelente noticia desde el punto de vista de la salud. Sin embargo, para aprovechar al máximo sus beneficios es fundamental combinarlo con una alimentación adecuada”, señala la experta que trabaja en Nutrifeed, centro especializado en nutrición.
La profesional agrega que los jóvenes que se ejercitan necesitan consumir suficientes calorías para cubrir el gasto energético que supone ir al gimnasio, para así asegurar un buen rendimiento, por lo que se deben evitar las dietas extremas.
El instructor de gimnasio Luis Ferrada comenta que para aprovechar al máximo los beneficios del ejercicio, sin caer en riesgos de lesiones, es importante estar informado sobre la salud y el bienestar.
“La actividad física debe ser placentera para ser sostenible a largo plazo, muchas veces los jóvenes que se ejercitan frecuentemente sólo lo hacen para ser igual a una celebridad o creador de contenido, y me preguntan si hay un suplemento o comida que les ayude para el aumento de masa muscular”, sostiene el entrenador del gimnasio.
Tanto los instructores como el psicólogo Vásquez coinciden en que los jóvenes deben evitar compararse con otras personas, ya que eso sólo refuerza la idea de que deben modelar sus cuerpos para adaptarlos a características que no son las suyas.
“Cada uno tiene un cuerpo y ritmo diferentes”, apunta Ferrada, quien aconseja tomar descansos y tener una buena alimentación para obtener resultados favorables si se sigue una rutina.
Para Ochoa, el fitness es la relación que tiene una persona con una vida sana, llena de ejercicio, complementada con buenos hábitos alimenticios.
“Está bien ejercitarse, siempre y cuando los jóvenes se enfoquen en la salud y no en la apariencia física. En lugar de obsesionarse con tener un cuerpo perfecto, deberían centrarse en adoptar un estilo de vida saludable, que incluya una dieta equilibrada, ejercicio regular y cuidado mental y emocional”, coincide Vásquez.
Para los nutricionistas, el consumo de alimentos que proporcionen energía es la base que ayuda a mantener el peso corporal ideal, conservar un buen estado de salud y potenciar el rendimiento físico e intelectual.
“Si no obtienes suficiente energía de tu dieta, te sentirás débil y cansado. Con el tiempo, tus músculos y huesos podrían debilitarse y podrías correr mayor riesgo de enfermarse o lesionarse”, detalla la nutricionista.
Orígenes de la tendencia fitness
Su origen se remonta a 1960, cuando surge una tendencia en la sociedad norteamericana de preocuparse cada vez más por la salud y el bienestar, ahí surge el término fitness, para describir un estilo de vida activo y saludable.
La evolución de la tendencia despertó diversas opciones y estilos de ejercicio. No se trata solo de levantar pesas o hacer máquinas, cada día se adaptan a diferentes gustos y preferencias, como los aeróbicos, baile, el ciclismo, entre otros.
La música juega un rol fundamental porque mejora el rendimiento de acuerdo a un estudio realizado por la Universidad de Brunel, que asegura que el rendimiento durante el ejercicio incrementa de intensidad, hasta en 15%.
la ropa es otro elemento fundamental a la hora de seguir la tendencia. No puedes ejercitarte o tener sesiones sin el atuendo necesario, asegura Ochoa.
Para obtener el máximo provecho de sus entrenamientos y actividades físicas, la ropa debe proporcionar comodidad, compresión que ejerza una presión suave para mejorar la circulación y el flujo sanguíneo.
Las zapatillas deportivas o tenis son fundamentales porque son el soporte del cuerpo en los pies durante el ejercicio.
Todos estos elementos, junto a una dieta equilibrada entre carbohidratos, frutas, verduras y una hidratación adecuada, en función del tipo de actividad física puede llevarnos a lograr una salud adecuada, coinciden los expertos.