Por Lily Zurita
El pasado 27 de agosto, Juan Izquierdo, de 27 años, jugador del club Nacional de Uruguay, falleció tras desplomarse en un partido contra el Sao Paulo de Brasil, en el marco de la Copa Libertadores. Una arritmia cardiaca fue la causa del trágico desenlace.
Izquierdo se suma a una lista de deportistas que han perdido la vida en plena cancha, como Antonio Puerta (2007), Miklós Fehér (2004), Piermario Morosini (2012), Marc-Vivien Foé (2003), Alen Pamić (2013) y Cristian Gómez (2015), entre otros.
La muerte súbita se ha convertido en un motivo de creciente preocupación, especialmente entre los deportistas. Este fenómeno, que se caracteriza por la muerte inesperada de una persona aparentemente saludable durante la práctica deportiva o hasta una hora después de finalizarla, ocurre por causas naturales, no traumáticas ni violentas.
Mijael Parrado Vargas, médico cirujano y miembro del equipo médico del Club The Strongest, subraya la importancia de diferenciar entre muerte súbita e infarto.
«En un infarto, una parte del músculo cardíaco se daña por falta de oxígeno debido a un bloqueo en una arteria coronaria, pero el corazón sigue latiendo. En cambio, en la muerte súbita cardíaca, hay una interrupción completa e inmediata de la actividad eléctrica del corazón, que deja de latir de forma repentina», explica Parrado.
Existen dos formas principales de muerte súbita. La primera es la muerte súbita cardíaca, que ocurre cuando el corazón deja de latir de manera abrupta debido a arritmias, trastornos que alteran el ritmo cardíaco. Si no se trata de inmediato, esta condición puede causar un colapso circulatorio y la muerte.
Por otro lado, la muerte súbita no cardíaca no está relacionada con enfermedades del corazón, sino con otras patologías como aneurismas cerebrales, embolias pulmonares y afecciones que afectan el sistema vascular u otros órganos.
Según la Fundación Española del Corazón, la incidencia de la muerte súbita es mayor en deportistas debido a las exigencias físicas que enfrentan: aumento de la frecuencia cardiaca, la tensión arterial y la contractilidad del corazón, lo que incrementa la demanda de oxígeno. Además, factores como cambios ambientales extremos y el estrés emocional de la competición también pueden contribuir al riesgo.
Exigencia deportiva y riesgo de muerte súbita
La muerte súbita representa un riesgo particular para ciertos deportistas, especialmente aquellos con condiciones cardíacas subyacentes. Atletas con problemas cardíacos congénitos, miocardiopatías o arritmias tienen un mayor riesgo de sufrir muerte súbita durante o después de una actividad física intensa.
Estos factores de riesgo pueden provocar que el corazón falle inesperadamente durante una actividad deportiva exigente. En algunos casos, los síntomas como palpitaciones o mareos pueden aparecer durante el juego o el entrenamiento, aunque a menudo el evento ocurre sin previo aviso.
Felipe Molina, médico cardiólogo y docente de la carrera de Medicina en la Universidad Franz Tamayo (Unifranz), advierte que un ejercicio físico excesivo podría provocar arritmias en los deportistas.
«No obstante, los deportistas cuentan con un equipo médico que los examina regularmente, realizándoles electrocardiogramas y otros estudios para detectar cualquier problema. Estos atletas no entran a jugar sin ser revisados por un equipo médico de manera constante», puntualiza el académico.
Por su parte, Francisco Sarabia, deportólogo y preparador físico de las divisiones inferiores del Club The Strongest, destaca que estos casos son «muy raros entre los deportistas», ya que, debido al tipo de actividad que realizan, ellos suelen tener un corazón más sano que el promedio.
«Es raro encontrar casos de paros cardíacos en personas jóvenes y atléticas que trabajan constantemente en su condición física. Sin embargo, una sobreexigencia también puede ser peligrosa», reflexiona Sarabia.
Prevención de la muerte súbita en el deporte
Afortunadamente, existen medidas preventivas que pueden reducir el riesgo de muerte súbita en deportistas. Estas incluyen exámenes médicos exhaustivos antes de que un atleta comience su carrera profesional. Estudios como el electrocardiograma (ECG) son fundamentales para detectar posibles anomalías en el ritmo cardíaco o condiciones congénitas que podrían predisponer a un deportista a la muerte súbita.
Además, el monitoreo continuo de la salud cardíaca con exámenes rutinarios es crucial para asegurar que cualquier cambio en la salud del atleta se detecte y trate de inmediato.
La muerte súbita es un problema complejo y multifactorial que requiere atención y prevención, especialmente en el ámbito deportivo. A través de una evaluación médica adecuada y un monitoreo constante, se pueden reducir significativamente los riesgos, garantizando una vida deportiva más segura y saludable para todos los atletas.