¿Una hormona para crecer? Estudiantes de Unifranz investigan a la hormona del crecimiento con bacterias

Por Antonio Ortega

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El proyecto integrador PI 813 de la carrera de Bioquímica y Farmacia recopila información respecto a los protocolos experimentales a seguir para la producción de la Hormona de Crecimiento Humana, a partir de la inserción del gen mediante plásmidos en la bactería Escherichia coli, y la posterior selección de cepas transformadas para su cultivo en condiciones físicas y nutricionales óptimas. Esta propuesta es liderada por la docente Mariana Guarachi y busca tener impacto en la salud infantil en Bolivia.

La carrera de Bioquímica y Farmacia de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz La Paz, impulsa una investigación innovadora sobre la producción de hormona del crecimiento humano a partir de Escherichia coli. El proyecto combina ciencia, biotecnología y compromiso social.

Bolivia se encuentra entre los países con estatura promedio más baja de Sudamérica. De acuerdo con datos internacionales, los hombres bolivianos miden en promedio 1,63 metros y las mujeres 1,51 metros. Aunque la genética es un factor determinante, hay otros elementos que también influyen, como la nutrición infantil y el acceso oportuno a tratamientos médicos especializados, entre ellos el uso de hormona del crecimiento humana (hGH) en casos clínicamente necesarios.

Ante este contexto, un grupo de estudiantes de la carrera de Bioquímica y Farmacia de Unifranz La Paz, desarrolla un proyecto integrador que podría convertirse en una alternativa accesible y eficaz para la producción de esta hormona tan vital. Se trata del proyecto PI 813, titulado Obtención de hormona del crecimiento a partir de Escherichia coli”, liderado por la docente Guarachi.

Una hormona esencial para el desarrollo humano

La hormona del crecimiento es una proteína que el cuerpo produce naturalmente en la glándula pituitaria. Es clave para el crecimiento físico durante la infancia y la adolescencia, así como para la regeneración celular, la masa muscular y la densidad ósea. Cuando el cuerpo no la produce en cantidad suficiente, pueden presentarse problemas de talla baja o retraso en el desarrollo.

“Este proyecto busca replicar lo que hace la industria farmacéutica: producir hormona del crecimiento de forma recombinante utilizando una bacteria modificada genéticamente”, explica la docente, quien acompaña de cerca el proceso de investigación con sus estudiantes.

La técnica utilizada consiste en introducir el gen humano que codifica la hormona del crecimiento en la bacteria Escherichia coli. Una vez modificado, el microorganismo actúa como una microfábrica biológica, capaz de producir grandes cantidades de la hormona en condiciones controladas de laboratorio.

Biotecnología con impacto social

Este tipo de producción biotecnológica permite obtener medicamentos esenciales de manera más rápida, económica y segura. Y aunque el proyecto aún está en fase académica, plantea un camino prometedor para el acceso a tratamientos hormonales más asequibles, especialmente en países como Bolivia donde su costo es elevado y su disponibilidad, limitada.

“El trabajo no solo enseña procedimientos científicos, también forma conciencia sobre cómo la ciencia puede responder a problemáticas reales de nuestra sociedad”, asegura Guarachi.

Los estudiantes involucrados aprenden sobre el diseño de vectores genéticos, cultivo de bacterias en medios específicos, purificación de proteínas y normas de bioseguridad. Pero también reflexionan sobre el potencial de la biotecnología para transformar la calidad de vida de las personas.

Unifranz apuesta por la ciencia que transforma

En muchos casos de baja estatura infantil diagnosticada como deficiencia hormonal, los tratamientos con hGH pueden marcar la diferencia entre un desarrollo físico normal y uno limitado. Sin embargo, el precio de estos medicamentos importados puede ser inaccesible para la mayoría de las familias bolivianas.

Por ello, este tipo de investigaciones cobran especial relevancia: no solo generan conocimiento y fortalecen la formación profesional, sino que abren la puerta a futuras soluciones de salud pública con identidad local.

“Queremos que nuestros estudiantes salgan preparados no solo para trabajar en laboratorios, sino para proponer proyectos, crear sus propias soluciones e incluso emprender en ciencia”, subraya Guarachi.

El proyecto PI 813 forma parte de los Proyectos Integradores que impulsa Unifranz, cuyo objetivo es articular teoría, práctica e investigación con impacto real. Desde las aulas y laboratorios, los futuros profesionales de Bioquímica y Farmacia ya están abordando desafíos científicos con un enfoque humano.

Con proyectos como este, Unifranz se consolida como una universidad que promueve la innovación, la ética científica y el compromiso social. Porque detrás de una bacteria y un microscopio, puede haber una respuesta concreta a una necesidad del país.

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