Tecnología con el corazón: estudiantes crean sistema interactivo para aliviar el dolor de la artritis en las manos

Por Lily Zurita Zelada

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A Susana, de 65 años, le diagnosticaron artritis hace más de una década. Abrir una botella, abotonarse la blusa o escribir en su cuaderno se convirtieron en desafíos diarios. La rigidez y el dolor en las manos limitaron no solo sus movimientos, sino su independencia y calidad de vida. 

Pensando en casos como el de Susana, Ronald Huizaga Marca e Hilaria Adima Vásquez, estudiantes de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, decidieron usar la tecnología para marcar una diferencia tangible.

Durante seis meses, desarrollaron un sistema interactivo de rehabilitación física diseñado específicamente para personas con artritis en las manos. La innovación no solo busca aliviar el dolor, sino también devolver la esperanza a quienes sienten que la enfermedad les arrebata sus actividades más cotidianas.

“Quisimos aplicar tecnología para ayudar a personas que enfrentan esta enfermedad. Los tratamientos convencionales pueden ser costosos y difíciles de seguir a largo plazo. Con este sistema, buscamos que los ejercicios sean más atractivos y ayuden a mantener la constancia, ya que la tecnología ayuda a que el paciente se sienta motivado”, explica Huizaga, impulsado por la convicción de que la ingeniería debe tener un impacto humano y social.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que alrededor de 18 millones de personas en el mundo viven con artritis reumatoide. Sin embargo, la artritis en general afecta a más de 350 millones de personas en todo el mundo.

Tecnología que se adapta al paciente

El sistema utiliza un “mouse virtual” que traduce los movimientos de la mano en acciones dentro de una plataforma digital. Inspirado en la lógica de los videojuegos, convierte las sesiones de terapia en dinámicas interactivas que resultan entretenidas y motivadoras para el paciente. La idea central es reemplazar los ejercicios monótonos por una experiencia estimulante que fomente la adherencia al tratamiento.

Cada movimiento, cada gesto, se convierte en una acción en pantalla. El innovador sistema evalúa la precisión y la constancia de los ejercicios, generando datos que pueden ser analizados por médicos y fisioterapeutas. Así, los profesionales pueden ajustar las terapias según la evolución del paciente.

La interfaz ha sido diseñada para que sea accesible y comprensible para personas de todas las edades. El objetivo es que incluso adultos mayores con poca familiaridad con la tecnología puedan utilizar el sistema sin dificultad. 

“Queremos que la rehabilitación sea una experiencia positiva y accesible. Al ser una herramienta económica y sencilla de implementar, confiamos en que llegue a más personas, tanto a pacientes como a médicos que puedan usarla como complemento en sus tratamientos”, comenta Hilaria Adima Vásquez, coautora del proyecto.

Superando obstáculos con perseverancia

Detrás de esta solución tecnológica hay una historia de esfuerzo, prueba y error. Uno de los desafíos más grandes fue lograr la integración de dos lenguajes de programación distintos: PHP, que se utilizó para construir la plataforma web, y Python, el lenguaje base del mouse virtual. Hacer que ambos lenguajes “dialoguen” entre sí de manera fluida no fue tarea sencilla.

“Fue un reto importante hacer que ambas partes trabajen de manera coordinada. El mouse virtual debía comunicarse con la interfaz web, y eso requirió mucha paciencia y prueba de códigos para lograr la conexión. Pero, al final, ver cómo funcionaba todo como imaginamos fue realmente gratificante”, recuerda Ronald con satisfacción.

El proyecto se encuentra terminado en un 95% y está casi listo para ser implementado en entornos reales. Los estudiantes esperan validarlo en centros de salud o instituciones especializadas en fisioterapia, confiando en que tendrá un alto impacto en los tratamientos.

Un paso adelante en rehabilitación física

Este sistema no solo está pensado para personas con artritis. También puede ser utilizado por pacientes que necesiten mejorar su movilidad tras una cirugía o lesión. Su carácter versátil lo convierte en una herramienta valiosa para ser aplicada en diversos escenarios clínicos.

Uno de los aspectos más destacados es la experiencia de usuario. Todo ha sido pensado para que el uso sea intuitivo, sin necesidad de capacitación previa. Esto garantiza que el sistema pueda ser utilizado sin asistencia técnica, desde el hogar o en una consulta médica. Su formato gamificado permite que el paciente se divierta mientras realiza sus ejercicios.

Además, el sistema permite que los fisioterapeutas realicen un seguimiento remoto y detallado del progreso, accediendo a reportes automáticos sobre la frecuencia, duración y calidad de los ejercicios realizados.

Educación, innovación y empatía

Este proyecto no es solo una muestra del talento técnico de Ronald e Hilaria, sino también del enfoque humano que puede tener la tecnología y que la educación universitaria, cuando se alinea con el compromiso social, puede generar soluciones reales a problemas concretos.

“La tecnología está para mejorar vidas. No se trata solo de código o plataformas, sino de poner todo ese conocimiento al servicio de quienes lo necesitan”, reflexiona Ronald.

El desarrollo también responde al enfoque educativo de Unifranz, basado en el modelo de “aprender haciendo”, que impulsa la innovación, la investigación aplicada y el compromiso con el entorno. Desde esta perspectiva, el aula se convierte en un espacio para crear, resolver y transformar.

“En el mundo laboral uno no puede hacer nada solo con la teoría. Haciendo descubrimos nuevas herramientas para el desarrollo de cualquier proyecto”, puntualiza el futuro ingeniero de sistemas.

Una solución que merece llegar lejos

Si bien sus creadores pretenden realizar todavía algunas mejoras, este sistema interactivo promete convertirse en una herramienta clave para el tratamiento de la artritis en instituciones médicas, hogares y centros de rehabilitación, ofreciendo una alternativa eficiente y accesible a métodos tradicionales.

Con esta propuesta, Ronald y Hilaria demuestran que la innovación con propósito y el aprender haciendo son posible. Que detrás de cada línea de código puede haber empatía, sensibilidad y ganas de cambiar realidades.

Quizá, muy pronto, Susana y muchas otras personas puedan recuperar parte de su autonomía y bienestar gracias a este avance. Y eso, sin duda, es la mayor recompensa para quienes deciden usar la tecnología no solo para crear, sino para sanar.

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