Imagina llegar a un sitio en el que tu lenguaje es completamente desconocido para los demás y que comunicarte se convierta en una barrera abrumadora. En Bolivia, la Comunidad Sorda se enfrenta diariamente a esta realidad debido a la falta de conocimiento de la Lengua de Señas Boliviana (LSB) por parte de la sociedad. SLITE, un innovador videojuego educativo creado por estudiantes de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, de El Alto, surge como una solución creativa y tecnológica a este problema.
La lengua de señas es esencial para la comunicación de las personas sordas en todo el mundo porque garantiza su participación e integración plena y efectiva en la sociedad, además de ser una parte fundamental de su identidad y cultura. Sin embargo, según el portal de la Defensoría del Pueblo, Bolivia aún no ha reconocido oficialmente la LSB como lengua de las personas sordas, lo que limita sus derechos de participación e inclusión.
Datos del Censo de Población y Vivienda de 2012 indican que, hasta entonces, la Comunidad Sorda en Bolivia superaba las 50 mil personas. Esta situación motivó a José Velarde, Raúl Pacajes y Jean Franco Choque a aplicar sus conocimientos para desarrollar una alternativa que haga posible una mayor accesibilidad para esta población. Bajo la guía de su docente, el ingeniero Marco Antonio Soto, desarrollaron el videojuego SLITE, que utiliza visión artificial para enseñar el alfabeto en lengua de señas a través de una experiencia de juego envolvente.
SLITE: una iniciativa para aprender jugando
SLITE utiliza tecnología avanzada de visión artificial para detectar y evaluar los gestos de los jugadores. Con un diseño accesible y fácil de usar, el juego guía a los usuarios a través de varios niveles de dificultad, enseñándoles a realizar correctamente los gestos del alfabeto en lengua de señas. Este enfoque no solo hace que el aprendizaje sea divertido, sino que también crea un ambiente inclusivo y empático.
Inicialmente fue denominado “LSLITE”, una combinación entre LS (iniciales de lengua de señas) y Slite, para evocar la idea de algo ligero y fácil de manejar, similar a las versiones simplificadas de aplicaciones como Facebook Lite o TikTok Lite. Posteriormente se eliminó la ‘L’ inicial para facilitar la pronunciación y la memorización, resultando en ‘SLITE’. Este nombre, dinámico y fácil de recordar, refleja la accesibilidad y esencia del videojuego diseñado para enseñar la lengua de señas de manera intuitiva, según Jean Franco, uno de los desarrolladores.
SLITE no solo es un avance en la educación tecnológica, sino que también actúa como un puente hacia la inclusión social. Al permitir que los jugadores interactúen y reciban retroalimentación instantánea sobre sus gestos, el aprendizaje de la lengua de señas se convierte en una experiencia dinámica y accesible para todos.
«Queríamos crear algo que no solo enseñara, sino que también inspirara a más personas a aprender LSB y a entender la importancia de la inclusión. Con SLITE, estamos haciendo que el proceso de aprendizaje sea accesible y atractivo para todos, no solo para las personas con discapacidades auditivas», explica José Velarde, uno de los desarrolladores.
La capacidad de comunicarse en lengua de señas no solo beneficia a las personas con discapacidades auditivas, sino que también enriquece la capacidad de comunicación de toda la comunidad. Al enseñar esta lengua de manera lúdica y accesible, SLITE contribuye a una sociedad más inclusiva y empática.
«La enseñanza de lengua de señas a través de SLITE ayuda a romper las barreras de comunicación y a crear un entorno donde todos puedan interactuar con mayor facilidad (…) es solo un paso hacia una sociedad donde la inclusión no sea solo una aspiración, sino una realidad», afirma el estudiante Pacajes.
Por su parte, el tutor del proyecto añade que SLITE es una herramienta valiosa para la educación de estudiantes sordos y oyentes. “Para la Comunidad Sorda facilita la interacción en entornos educativos, laborales y sociales sin barreras tradicionales. Los estudiantes oyentes pueden aprender el lenguaje de señas y la cultura sorda de manera interactiva”, afirma.
Además, agrega que este tipo de iniciativas puede incentivar a más investigadores, desarrolladores e incluso empresas, a explorar proyectos que combinen tecnología y responsabilidad social, amplificando así el impacto positivo en la sociedad.
Aprender haciendo
El proyecto se enmarca en la filosofía de “aprender haciendo” de Unifranz, que fomenta la aplicación práctica de los conocimientos adquiridos en el aula. Al involucrar a los estudiantes en el desarrollo de una herramienta que aborda un problema social real, SLITE demuestra cómo la educación basada en la práctica puede contribuir tanto a la formación de futuros profesionales como al bienestar de la comunidad.
“El proyecto SLITE, es un excelente ejemplo de cómo los conocimientos teóricos de la carrera de Ingeniería de Sistemas se aplican en un contexto práctico. En este caso, los estudiantes utilizan conceptos de algoritmos de inteligencia artificial, procesamiento de señales, programación de sistemas embebidos, programación gráfica y base de datos para diseñar y desarrollar una solución orientada a la comunidad estudiantil, de manera que busca mejorar la comunicación con la Comunidad Sorda buscando su inclusión social”, afirma el docente.
La Lengua de Señas Boliviana
La LSB, propia de la Comunidad Sorda boliviana, es un lenguaje natural y completo, con estructura gramatical propia y características espacio-gestuales-visuales. Aunque cada país tiene su propia lengua de señas, todos utilizan la vista, las manos y las expresiones faciales como principales herramientas de comunicación.
Esta lengua es utilizada principalmente por personas sordas, con problemas de audición o con dificultades para comunicarse oralmente. Sin embargo, para lograr una comunicación efectiva con estas personas es necesario conocer este lenguaje.