Innovación que se saborea: jóvenes de Unifranz crean helados saludables con ingredientes andinos

Por Antonio Ortega

Un grupo de estudiantes de Bioquímica y Farmacia de Unifranz degusta los helados preparados con ingredientes naturales.

En la Universidad Franz Tamayo, Unifranz La Paz, la innovación no solo se estudia: también se saborea. Un grupo de estudiantes de Bioquímica y Farmacia decidió darle un giro creativo a la ciencia y transformó ingredientes andinos en helados saludables, llenos de color, sabor y beneficios reales. Una propuesta fresca que demuestra que cuando las ideas se llevan a la práctica pueden convertirse en algo tan delicioso como revolucionario, utilizando superalimentos como la quinua entre sus principales protagonistas.

La quinua es un alimento ancestral y andino. Se cree que se cultiva hace 5.000 años. Es potente en una sopa para calentar las frías noches del altiplano, pero ahora da un salto y se convierte en la base del sabor de deliciosos helados, creados por estudiantes.

En los laboratorios de Unifranz existe una respuesta saludable para los días de calor que asoman en la sede de Gobierno. Ellos crearon helados deliciosos, naturales y beneficiosos para la salud.

Los proyectos académicos no solo se quedan en el laboratorio: se transforman en experiencias que combinan ciencia, sabor y bienestar. Así, en la asignatura de Tecnología de Alimentos, un grupo de 20 estudiantes de octavo semestre presentó cuatro tipos de helados funcionales elaborados con ingredientes naturales y beneficiosos para la salud.

El proyecto nació con la idea de demostrar que los postres también pueden ser saludables. A través de un proceso que implicó investigación, formulación y experimentación, los estudiantes diseñaron productos que aportan nutrientes esenciales y compuestos bioactivos, como flavonoides, polifenoles, betacianinas y antioxidantes, todos ellos reconocidos por su impacto positivo en el bienestar físico y mental.

Entre estos productos fríos y deliciosos está el helado de remolacha con frutos rojos. Esta colorida combinación tiene un alto contenido en fibra, antioxidantes y compuestos antiinflamatorios. Las betacianinas de la remolacha y los polifenoles de los frutos rojos ayudan a fortalecer el sistema inmunológico y a mejorar la circulación. Además, su tono intenso refleja la riqueza de nutrientes que aporta al organismo.

Otra oferta deliciosa es la Flor de Jamaica con manzanilla. Se trata de una mezcla floral que relaja y refresca. Ambos ingredientes son conocidos por sus efectos antiinflamatorios y digestivos, y al fusionarse en un helado, ofrecen una experiencia sensorial que calma y revitaliza. Este producto fue pensado como una alternativa natural para quienes buscan equilibrio y bienestar en su alimentación cotidiana.

El pito de cañahua (un cereal que se tuesta y se muele) es alimento tradicional de los andes del país, también puede convertirse en un ingrediente clave para los helados. La cañahua, rica en proteínas, minerales y antioxidantes, proporciona energía y favorece la salud ósea y muscular. Su incorporación demuestra la importancia de revalorizar los ingredientes autóctonos y de mostrar su potencial en productos modernos y funcionales.

Una innovación deliciosa es el tumbo con cedrón. Esta propuesta combina lo mejor de la biodiversidad tropical con la medicina natural. El tumbo aporta vitamina C y antioxidantes, mientras que el cedrón es reconocido por sus propiedades digestivas y antiinflamatorias. El resultado es un helado fresco, aromático y saludable que equilibra sabor y bienestar.

Durante la presentación del proyecto, los estudiantes destacaron que su meta era elaborar productos que fueran tanto nutritivos como atractivos al paladar.

“Queríamos mostrar que la alimentación saludable no tiene por qué ser aburrida. Cada helado está diseñado para brindar placer, pero también para cuidar la salud”, comentó Natalie Coronel una de las creadoras de estas frías delicias.

Por su parte, la docente Rita Ponce resaltó el valor de este tipo de proyectos en la formación profesional. “Nosotros valoramos el aprender haciendo, por eso nuestros estudiantes aprenden a innovar, a aplicar la ciencia en el desarrollo de alimentos que respondan a las necesidades actuales de la sociedad. Los helados funcionales son un ejemplo perfecto de cómo la tecnología de alimentos puede mejorar la calidad de vida de las personas”, informó. Además de ser nutritivos, los helados fueron elaborados sin aditivos artificiales ni colorantes sintéticos, utilizando únicamente ingredientes naturales y de origen local. Este enfoque sostenible refuerza el compromiso de los futuros profesionales con la producción responsable y el respeto por los recursos del entorno.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *