Por Manuel Filomeno
La inteligencia artificial (IA) dejó de ser una fantasía o un campo del conocimiento reservado para los laboratorios tecnológicos y ha pasado a formar parte de nuestro cotidiano vivir, desde las herramientas más comunes como los chatbots, hasta programas específicos y aplicaciones personalizadas, esta nueva rama de la informática ha cambiado nuestras vidas en muy poco tiempo.
La formación del conocimiento no se ha quedado atrás en esta revolución y la IA está marcando una huella imborrable en la manera en la que entendemos la educación superior.
Lorena Ulloa Bersatti, miembro de la Jefatura de Enseñanza Aprendizaje (JEA) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, considera que la IA está revolucionando la educación superior al ofrecer innovación en la enseñanza, la personalización del aprendizaje, el ahorro de tiempo, la optimización del trabajo de los educadores y la gestión de recursos que aportan en el enriquecimiento de la experiencia de aprendizaje de los estudiantes, pero que el éxito o fracaso de su uso dependerá de la manera en la que se implemente.
“La IA puede ser una herramienta valiosa para avanzar en la educación y mantenerse a la vanguardia; sin embargo, su éxito dependerá de cómo se integre de manera efectiva en los procesos educativos”, puntualiza.
Actualmente, esta tecnología emergente ha penetrado casi todas las universidades del mundo, transformando la metodología de enseñanza y evaluación de los estudiantes en al menos seis maneras.
- Personalización del aprendizaje
Un primer impacto es la personalización del aprendizaje. La IA facilita a los docentes comprender mejor a sus estudiantes al proporcionar acceso a más datos y métricas sobre el proceso académico de cada alumno.
Los algoritmos avanzados permiten adaptar los contenidos educativos a las necesidades específicas de cada estudiante, teniendo en cuenta su ritmo de aprendizaje, estilo de aprendizaje y áreas de fortaleza y debilidad. Esta personalización no solo optimiza el tiempo dedicado al estudio, sino que también mejora la comprensión y retención de la información.
- Nuevos recursos educativos
El segundo impacto es la capacidad de enriquecer las clases. Con herramientas de IA, los profesores pueden implementar diversos elementos que motiven a los estudiantes a participar más activamente en el aula.
Un ejemplo es la posibilidad de crear “prompts” con características específicas para diseñar perfiles de docentes mejorados y adaptados a diferentes asignaturas.
Los tutores virtuales y asistentes virtuales impulsados por IA están proporcionando un apoyo adicional a los estudiantes. Estos sistemas son capaces de responder preguntas, explicar conceptos y ofrecer recursos educativos adicionales, brindando un enfoque más personalizado y accesible para el aprendizaje autodirigido.
En este cometido, aplicaciones de IA como ChatGPT también juegan un papel relevante, ya que generan más datos accesibles para enriquecer los trabajos académicos de los estudiantes. Sin embargo, los docentes deben incentivar a los jóvenes a utilizar estas fuentes de manera ética, citando correctamente las ideas obtenidas.
- Orientación para evitar plagios
Un tercer impacto se refiere a los plagios y a la labor que los docentes deben ejercer para evitar que los alumnos usen la IA para copiar y pegar documentos, pues ésta es sólo una herramienta más, como los libros, artículos de prensa o textos científicos.
- Potenciar el pensamiento crítico
El pensamiento crítico de los estudiantes se ve mejorado con la IA. Aunque los alumnos tienen acceso a más información, es crucial que aprendan a evaluar la veracidad y el soporte de los datos proporcionados por la IA.
En el aula, esto da lugar a debates en los que se cuestiona la precisión de la información obtenida mediante estas herramientas, lo que fomenta la investigación y el análisis profundo por parte de los estudiantes
- Más y mejores recursos educativos
La IA facilita a los docentes acceder a una variedad ilimitada de recursos y herramientas para sus clases.
También despliega su capacidad para identificar patrones de aprendizaje, permitiendo a educadores y responsables del diseño curricular ajustar estrategias pedagógicas de manera proactiva. Al analizar datos de desempeño y participación, la IA puede anticipar dificultades potenciales y sugerir intervenciones específicas para mejorar el rendimiento académico.
- Procesos de evaluación
Por último, la inteligencia artificial contribuye a la creación de mejores evaluaciones. Los profesores pueden aprovechar esta herramienta para desarrollar actividades que ayuden a los alumnos a alcanzar habilidades específicas, generando un sinfín de ideas que, combinadas con el conocimiento del docente, resultan en exámenes y pruebas técnicas más efectivas.
La IA ha revolucionado la retroalimentación en el aula. Plataformas educativas impulsadas por esta tecnología ofrecen retroalimentación instantánea sobre tareas y evaluaciones, permitiendo a los estudiantes comprender sus errores y áreas de mejora de manera inmediata. Esto fomenta un ciclo de aprendizaje continuo y estimula el desarrollo de habilidades críticas.
La inteligencia artificial es una herramienta que está potenciando cada una de las actividades de las personas, no solamente la profesión como es el caso de la educación.
“Hay que aprovecharla, porque es tanta la información que tiene que, nosotros como docentes, deberíamos ayudar a los estudiantes a filtrar la información correcta y ser críticos en la selección de la información, pero limitarlos no tiene sentido”, puntualiza, por su parte, Génesis Dánae Selaya Ticona, docente de la carrera de Ingeniería de Sistemas de Unifranz