Estudiantes de Bioquímica y Farmacia crean cosméticos naturales con envases biodegradables

Por Antonio Ortega

Estudiantes de la carrera de Bioquímica y Farmacia en la Universidad Franz Tamayo, sede La Paz
Estudiantes de la carrera de Bioquímica y Farmacia de Unifranz

¿Jabones artesanales con cúrcuma y avena? ¿Ungüentos antiinflamatorios hechos con eucalipto y arroz? ¿Y todo en envases que se degradan sin contaminar? Sí, todo eso está pasando en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz La Paz, gracias al trabajo creativo y multidisciplinario de estudiantes de la carrera de Bioquímica y Farmacia.

Este proyecto no solo combina plantas medicinales con ciencia, sino también propósito y compromiso con el planeta. Desde el laboratorio hasta el diseño del empaque, cada paso fue una fusión de conocimientos en botánica, química, fisiología, bioestadística… y, sobre todo, mucha pasión por la innovación sostenible.

Esta experiencia es posible gracias al modelo educativo de Unifranz, basado en el enfoque “aprender haciendo”, que permite a los estudiantes enfrentarse a situaciones reales desde el aula. A través de esta metodología, se transforma la experiencia académica en una preparación directa para los retos del mundo laboral.

“Aprender haciendo” impulsa a los estudiantes de Unifranz a desarrollar competencias reales y a construir desde el inicio de su formación los rasgos del modelo de persona que la universidad promueve: ético, innovador, comprometido y con visión global.

Un trabajo creativo

El reto: desarrollar productos cosméticos naturales, funcionales y amigables con el medioambiente. La solución: jabones, ungüentos y exfoliantes hechos con ingredientes como manzanilla, cúrcuma, eucalipto, avena molida y arroz. Todo extraído con técnicas como hidrodestilación y arrastre de vapor, para asegurar que los compuestos bioactivos mantuvieran su potencia y efectividad.

Inspirados por investigaciones como las realizadas por la docente Leslie Vidaurre, los estudiantes se lanzaron a experimentar con envases biodegradables hechos a base de bioplásticos naturales: almidón de maíz, cáscara de naranja, pectina de frutas y hasta restos de huevo.

“Apostar por envases biodegradables es dar un paso clave hacia un futuro más saludable y sostenible”, asegura la docente Leslie Vidaurre, quien lidera investigaciones pioneras sobre el desarrollo de bioplásticos a partir de residuos agroindustriales.

Tecnología con propósito

Todo el trabajo fue testeado al detalle. Se midieron pH, textura, densidad, comportamiento térmico y más, para garantizar que los productos no solo fueran naturales, sino también seguros, estables y útiles.

Los resultados son alentadores, afirma Vidaurre. Se realizaron ungüentos antiinflamatorios ideales para aliviar síntomas respiratorios; jabones calmantes, perfectos para pieles sensibles o irritadas; y un exfoliante tipo bioplástico que además de dejar la piel suave, cuida al medioambiente desde el empaque.

“El desafío científico principal es mantener la resistencia y durabilidad del envase durante su uso, sin perder la capacidad de biodegradarse al final de su vida útil”, explica la docente e investigadora.

Más allá del laboratorio

Uno de los puntos más fuertes de este proyecto es su potencial de impacto social y económico. Los estudiantes emplearon ingredientes accesibles y, en muchos casos, locales. Esto no solo reduce los costos de producción, sino que también abre puertas al emprendimiento estudiantil, a la producción artesanal y a un consumo más consciente.

Y como cereza del postre: los envases biodegradables suman un valor enorme al proyecto. Representan una respuesta concreta al problema de los residuos plásticos, y una alternativa viable para quienes buscan productos que cuiden tanto su piel como el planeta.

Bioquímica y Farmacia: mucho más que fórmulas

Este proyecto demuestra que estudiar Bioquímica y Farmacia va más allá de memorizar compuestos químicos. Es aprender a ver el cuerpo humano como un sistema perfecto que puede equilibrarse con ayuda de lo natural. Es investigar, probar, fallar, volver a intentar y finalmente dar con soluciones que mejoren la vida de las personas.

Además, revela el papel clave de estos profesionales en áreas como la estética y la salud, desde el diseño de productos cosméticos funcionales hasta el desarrollo de terapias complementarias que ayuden a fortalecer el sistema inmune o reducir inflamaciones.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *