Aprendizaje continuo e IA: una alianza para potenciar la educación

Por Manuel Joao Filomeno Nuñez

El aprendizaje continuo se ha convertido en un requisito esencial para el desarrollo profesional y personal. Ya no basta con una formación inicial: el conocimiento se renueva constantemente y exige actualización permanente. En este escenario, la inteligencia artificial (IA) emerge como un aliado clave, capaz de ofrecer procesos de aprendizaje más ágiles, personalizados e inclusivos.

“La inteligencia artificial no reemplaza al docente, sino que lo potencia, brindándole herramientas que le permiten enfocarse en lo más importante: guiar a los estudiantes en el desarrollo de habilidades y competencias”, asegura Sara Yoshino Otsuka, jefa de Enseñanza Aprendizaje (JEA) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

El aprendizaje a lo largo de la vida no solo responde a las exigencias del mercado laboral, también abre oportunidades para el crecimiento personal y el fortalecimiento de habilidades críticas. 

Yoshino destaca que adaptarse a los cambios es hoy más urgente que nunca. “La actualización de saberes y competencias debe estar a la par de los cambios sociales y globales. Sólo así se logra responder a las demandas del entorno”.

Entre los beneficios del aprendizaje continuo están la retención a largo plazo de conocimientos, la transferencia a situaciones reales, la motivación y el compromiso, así como el desarrollo de habilidades críticas y creativas. 

La inteligencia artificial amplifica estas oportunidades al personalizar la enseñanza. Gracias a sus sistemas de análisis, puede identificar las necesidades específicas de cada estudiante y adaptar los contenidos en tiempo real. “Hoy podemos identificar las necesidades de un alumno y ofrecerle contenidos que realmente lo ayuden a avanzar”, señala Yoshino.

Además, la IA contribuye a la inclusión educativa, eliminando barreras lingüísticas o de discapacidad mediante traductores automáticos, lectores de texto o subtítulos en tiempo real. 

“En un país como Bolivia, donde la diversidad cultural y lingüística es tan amplia, la inteligencia artificial se convierte en un puente que conecta a estudiantes de distintas regiones y capacidades”, añade la experta del JEA.

Por su parte, Jorge Blandó Martínez, presidente de la Red de Educación Continua de Latinoamérica y Europa (RECLA), enfatiza que el aprendizaje permanente debe ser entendido como una misión esencial de las universidades. “Tenemos que aprender a lo largo de toda la vida y adaptarnos a los cambios. Las universidades deben colaborar para que nadie se quede atrás”.

En la misma línea, Luz Vanzulli, directora ejecutiva del Tecnológico de Monterrey, recuerda que “nunca dejamos de aprender”, y la UNESCO refuerza esta visión al señalar que el aprendizaje debe ser una experiencia continua, no limitada a un momento específico de la vida.

La IA también ofrece eficiencia a los docentes, al automatizar tareas repetitivas como la corrección de exámenes o la generación de informes, lo que permite dedicar más tiempo a la enseñanza personalizada. Asimismo, fomenta el aprendizaje activo, utilizando simulaciones, juegos educativos y experiencias inmersivas que estimulan la creatividad y el pensamiento crítico.

Decálogo: cómo usar prompts de IA para potenciar el aprendizaje continuo

Tomando en cuenta el potencial de la IA en el aprendizaje continuo, los expertos sugieren 10 consejos para usar esta herramienta para potenciar nuestro conocimiento:

  1. Curador de conocimiento personalizado: usar prompts para filtrar fuentes confiables y evitar la sobrecarga de información.
  2. Diseñador de rutas de aprendizaje a medida: crear trayectorias adaptadas a metas y estilos de aprendizaje.
  3. Catalizador de la aplicación práctica: transformar la teoría en acciones y proyectos concretos.
  4. Sintetizador de la experiencia: reflexionar sobre lo aprendido y documentar buenas prácticas.
  5. Auditor de competencias y brechas: identificar habilidades actuales y áreas a mejorar.
  6. Generador de micro-aprendizajes: crear cápsulas de contenido breve y práctico.
  7. Generador de ideas: estimular la creatividad y la innovación con prompts provocadores.
  8. Aprendiz reflexivo: promover la metacognición y el análisis del propio proceso de aprendizaje.
  9. Diseñador de experiencias: crear actividades y retos participativos que hagan el aprendizaje más significativo.
  10. Arquitecto de tu base de conocimiento: organizar aprendizajes en mapas, bases de datos o sistemas digitales.

El futuro del aprendizaje depende de la capacidad de adaptarse a un entorno en constante transformación. La inteligencia artificial no sustituye el valor humano del docente ni la motivación personal, pero sí se convierte en un motor que acelera, democratiza y personaliza el aprendizaje continuo. 

“La IA no es el futuro, es el presente. Debemos aprovechar sus beneficios para transformar la educación y abrir oportunidades para todos”, concluye Yoshino.

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