Adaptarse o quedarse atrás: el poder de reaprender en la era digital

Por Aldo Juan Peralta Lemus

En un mundo donde la tecnología avanza más rápido que nunca y las necesidades del mercado cambian constantemente, ya no basta con tener un título universitario o una carrera consolidada. La verdadera ventaja competitiva está en la capacidad de aprender, desaprender y reaprender. Esta habilidad, antes vista como algo complementario, hoy es una condición esencial para seguir vigente profesionalmente.

Miguel Velarde, coordinador de reclutamiento y selección de Capital Humano de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, destaca la importancia en que las personas estén dispuestas a salir de la zona de confort y aprender o buscar nuevas formas de aprender nuevas tecnologías para mejorar laboralmente.

“Lo más importante es, en primer lugar, entender que el reinventarse y desaprender no significa olvidar. Más bien, es valorar lo que cada uno sabe, la experiencia que ha obtenido, pero además, aprender a cuestionar este conocimiento que se tiene. Esto le va a permitir a la persona entender nuevos contextos, entender nuevas formas y adaptarse, que considero es lo más importante para reaprender, para reinventarse”, explica Velarde.

El concepto de reaprender implica soltar viejas formas de pensar, actualizar conocimientos caducos y adquirir nuevas habilidades que se adapten a las demandas del presente. No se trata solo de estudiar más, sino de cambiar de mentalidad: dejar de ver el aprendizaje como un evento puntual y empezar a asumirlo como un proceso continuo, dinámico e inevitable.

La automatización, la inteligencia artificial y los cambios en los modelos de negocio están transformando empleos enteros. Profesiones que hace cinco años eran muy demandadas hoy están en declive, mientras que surgen nuevas oportunidades en áreas como análisis de datos, ciberseguridad, sostenibilidad, diseño de experiencias y economía digital. Adaptarse a este entorno requiere más que conocimiento técnico, porque exige flexibilidad, curiosidad y actitud proactiva.

“Hoy en día el aprendizaje ya no es un proceso pasivo en el que nos encontramos esperando ser enseñados. Ser un autodidacta, aprender nuevas tecnologías, conocer nuevas formas y rodearse de nuevos círculos que permitan aprender. El contacto social es crucial para también conocer el nuevo entorno en el que nos vamos a desenvolver”,  explica Velarde.

Un problema es que muchas personas aún se resisten al cambio. Se aferran a lo que ya conocen, temen equivocarse o sienten que ya es “tarde para volver a empezar”. Sin embargo, los perfiles más valorados hoy no son los que lo saben todo, sino los que saben aprender rápido, resolver problemas y reinventarse cuando es necesario. El mundo laboral no premia la rigidez, premia la evolución.

Según un informe del Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) sobre «Future of Jobs Report 2023» sostiene que el 44% de las habilidades actuales de los trabajadores serán obsoletas en los próximos cinco años debido a la automatización y la inteligencia artificial. Habilidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la adaptabilidad y el manejo de tecnologías emergentes (IA, datos, ciberseguridad) son cada vez más demandadas.

Un dato relevante del estudio manifiesta que las empresas que invierten en formación continua del personal, como resultado ven un aumento del 24% en la productividad y la retención.

También, un informe de la plataforma LinkedIn sobre «Workplace Learning Report 2024», reveló que el 93% de las organizaciones están preocupadas por la brecha de habilidades, pero los empleados que dedican tiempo a aprender son un 39% más propensos a sentirse empoderados y productivos. Las habilidades más demandadas, según el informe, incluyeron IA generativa, gestión de proyectos y competencias interpersonales.

Reaprender también implica desaprender, cuestionar creencias, metodologías y rutinas que ya no funcionan. Las empresas más innovadoras ya no contratan solo por títulos o experiencia pasada, sino por el potencial de adaptación. Preguntan: ¿Esta persona sabrá moverse en entornos inciertos? ¿Tiene iniciativa? ¿Es capaz de aprender algo completamente nuevo? 

“Es importante tomar en cuenta la adaptabilidad y la capacidad de una persona de poder generar en sí mismo un aprendizaje continuo. Esto nos va a permitir surgir o sobresalir dentro de este mundo cada vez más tecnológico”, expresa Velarde.

En este escenario, la formación continua y el desarrollo personal se convierten en una inversión urgente, no opcional. Aprender nuevas habilidades es clave para mantenerse relevante en un mercado laboral en constante cambio, impulsado por avances tecnológicos, automatización y nuevas demandas.

“Una de las técnicas para poder reaprender habilidades, o aprender nuevas, muy utilizada es el microlearning. Es una técnica que permite aprender en pequeños bloques, donde se puede aprovechar al máximo la información que se obtiene sin sentirse abrumado. Hablamos de 10 minutos al día, 20 minutos al día en los que una persona simplemente se enfoca al 100% en lo que está aprendiendo y esto se puede volver un hábito”, explica el coordinador de reclutamiento y selección de Unifranz.

Además del aprendizaje técnico, las llamadas “soft skills” —como la comunicación, la empatía, el pensamiento crítico o la gestión del cambio— están cobrando protagonismo. Son estas habilidades las que permiten a los profesionales adaptarse con éxito a nuevos equipos, culturas, herramientas y contextos laborales. En un mundo cambiante, el saber ser pesa tanto como el saber hacer.

En definitiva, el mercado laboral ya no premia al que más sabe, sino al que más rápido puede aprender lo que necesita saber. En este nuevo paradigma, la seguridad no está en los títulos, sino en la actitud. Y la adaptabilidad es una herramienta vital para no quedarse atrás.

Aprender a reaprender es la estrategia de supervivencia de quienes quieren seguir siendo relevantes en un mundo tecnológico que no se detiene. La clave para no quedar obsoleto es adoptar una mentalidad de aprendizaje continuo y actuar proactivamente. 

Es importante identificar las habilidades relevantes para el campo o rubro laboral, aprovechar los recursos accesibles y aplicar lo aprendido en proyectos prácticos. Los estudios muestran que invertir en el desarrollo profesional no solo asegura la empleabilidad, sino que también aumenta la confianza y satisfacción laboral.

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