Educación continua, clave para competir en el siglo XXI

Educación continua, clave para competir en el siglo XXI

En un mundo donde el conocimiento se renueva constantemente, la educación continua se posiciona como una herramienta fundamental para mantener la competitividad y adaptarse a las demandas del mercado laboral. 

Atrás quedaron los días en los que obtener un título universitario garantizaba una carrera estable y exitosa para toda la vida. Hoy en día, la formación a lo largo de la vida es una necesidad imperiosa.

Luz Vanzulli, directora ejecutiva LATAM Sur de la Vicerrectoría de Educación Continua del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, asegura que la premisa básica de la educación continua es simple y sencilla: nunca dejamos de aprender. 

“Hay conocimiento emergente permanente. La gente espera tener multiempleo eso significa que nosotros podemos formarnos en la universidad o podemos formarnos en un instituto profesional o certificarnos en distintas organizaciones, de acuerdo a nuestras necesidades, competencias y habilidades”, dice Vanzulli. 

La neurociencia ha demostrado que el cerebro humano es capaz de transformarse y adaptarse a nuevas formas de aprendizaje a lo largo de toda la vida, aunque también es cierto que con el tiempo se pierde algunas conexiones neuronales, el cerebro adulto, especialmente aquel con una bien desarrollada placa frontal de funciones ejecutivas, sigue incorporando y transformando conocimiento continuamente. Este proceso es esencial para mantener las habilidades actualizadas y relevantes en un entorno laboral en constante evolución.

“Antes se decía que, si no aprendiste hasta los 20 años, tu cerebro declinaba. La verdad, no es que declina sino que se transforma. El cerebro se va transformando y, por supuesto, va perdiendo conexiones”, explica la experta del Tecnológico de Monterrey.

En este sentido, según Vanzulli, la formación permanente en la edad adulta es más fácil, ya que la gente tiene un bagaje de aprendizaje anterior que, además, se complementa con las experiencias en el saber hacer y lo que da la vida en general. Se trata de una formación clave en la vida de las personas.

La educación continua no sólo abarca la formación universitaria. Cada vez más personas optan por instituciones técnicas o programas de certificación específicos que se ajustan a sus necesidades y competencias particulares. 

Este enfoque flexible permite a los individuos adquirir nuevas habilidades y conocimientos que pueden ser aplicados directamente en sus trabajos actuales o futuros.

Junto a otros disertantes de talla mundial, Vanzulli participó en el V Foro de Innovación Educativa (FIIE 2024), organizado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, en la ciudad de Santa Cruz.

 

Modelos educativos se adaptan a la nueva realidad

Los modelos educativos también han tenido que adaptarse a esta nueva realidad. La ruta de aprendizaje tradicional, que solía seguir un camino lineal desde la educación básica hasta la universidad, ha sido reemplazada por un mapa mucho más dinámico y personalizado. 

Las credenciales alternativas y los microcertificados son un claro ejemplo de esta evolución. Estos programas permiten a los estudiantes obtener microcompetencias en áreas específicas después de completar cursos cortos, a menudo de sólo 10 o 20 horas, que se centran en habilidades prácticas y aplicables en el mundo real.

Por ejemplo, un programa de liderazgo puede ofrecer una microcredencial en comunicación efectiva después de un breve curso que incluye aplicaciones prácticas. Esta flexibilidad no sólo facilita la incorporación de conocimientos emergentes, sino que también permite a los individuos mejorar su currículum y demostrar de manera tangible su capacidad para aprender y adaptarse.

Para Vanzulli, hoy en día, las instituciones que se han dado cuenta de que tienen un capital activo dentro de su organización, son ellas mismas las que gestionan su propio conocimiento, le ponen rutas de aprendizaje y enseñan a las personas cuando llegan a esa organización qué se espera que hagan de acuerdo a esa organización.

“Hoy, las empresas están llamando a las universidades para apoyarlas en sus academias corporativas o en sus universidades corporativas, precisamente porque ellos son organizaciones empresariales que tienen el conocimiento de la formación para mirar modelos educativos que los puedan implementar de manera sencilla en su organización.  Esta colaboración es crucial para el desarrollo permanente del talento y las organizaciones”, puntualiza.

Habilidades blandas altamente demandadas

Vanzulli enumera algunas habilidades blandas, denominadas también soft skills, como las más demandadas en el mercado laboral.

  • – Liderazgo colaborativo 
  • – Comunicación efectiva
  • – Salud 
  • – Respeto al otro
  • – Equidad
  • – Alfabetización tecnológica

“En fin, todos los temas que son sensibles en los derechos de tu espacio que antes no se veían, hoy en día sí, porque eso afecta mucho el clima laboral (…)”, dice la experta.

La educación continua es una formación clave en la vida de las personas. Permite mantenerse competitivos, adaptarse a las cambiantes demandas del mercado laboral y seguir desarrollando las capacidades a lo largo de toda la vida. 

En un mundo donde el cambio es la única constante, la educación continua se presenta no solo como una opción, sino como una necesidad fundamental.

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