Docente de Unifranz es reconocida por su trabajo a favor de la inclusión

Por Antonio Ortega

La docente de Medicina de Unifranz La Paz, Miriam Doritza Bautista Callisaya

Miriam Doritza Bautista Callisaya es una docente comprometida con los derechos humanos. Ella es docente de Medicina en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz La Paz, y fue finalista de los Premios TOYP Bolivia 2025 (Ten Outstanding Young Persons), en la categoría “Contribución a la niñez, a la paz y los derechos humanos”.

El 19 de septiembre de 2025, en una ceremonia realizada en la ciudad de La Paz, la JCI Bolivia (Junior Chamber International), organización no gubernamental, reconoció a jóvenes destacados del país por su impacto positivo en la sociedad. Miriam estuvo ahí.

Su reconocimiento es resultado de un proyecto desarrollado junto a personas con discapacidad en zonas periurbanas y rurales del departamento de La Paz. El trabajo, que articula la colaboración de autoridades municipales, especialistas en salud y rehabilitación, psicólogos, nutricionistas, docentes, padres de familia, estudiantes de Unifranz y el equipo de UDISAM (Unidad de Discapacidad y Salud Mental), entidad dependiente del Servicio Departamental de Salud, ha logrado visibilizar a niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad, generando espacios de inclusión y acceso a derechos fundamentales.

La iniciativa nace del convencimiento de que la discapacidad no define a las personas, sino que la falta de oportunidades y comprensión social son las verdaderas barreras. A través de diagnósticos, talleres educativos, acompañamiento emocional y trabajo con las comunidades, Miriam y su equipo han logrado construir puentes entre las familias y los servicios de salud, la educación y las instituciones locales.

Para Miriam, este reconocimiento es mucho más que un premio.

“Esta es una confirmación de que cuando se trabaja con amor, compromiso y empatía, los cambios son posibles”, afirma la docente de Proyecto Integrador e Informática Médica.

Su labor impactó en la identificación de casos de niños y adolescentes con discapacidad que antes estaban invisibilizados o carecían de atención médica y apoyo educativo. Pero más allá de la asistencia, el proyecto busca empoderar a las familias, sensibilizar a la comunidad y fortalecer políticas locales que garanticen los derechos de las personas con discapacidad.

“Cada niño o adolescente identificado no solo representa un diagnóstico, sino una oportunidad de esperanza. Es un paso más hacia una sociedad que reconoce, respeta e incluye a todos sus miembros”, explicó Miriam Bautista.

Los Premios TOYP Bolivia 2025, organizados por la JCI, buscan destacar este tipo de liderazgo: el que trasciende los títulos y los reconocimientos para dejar huella en la vida de otros. Miriam se ha convertido en un símbolo de ese liderazgo humano, que inspira a las nuevas generaciones a mirar más allá de sí mismas y trabajar por un bien común.

Su visión está guiada por la convicción de que la paz se construye desde la empatía y que la educación inclusiva es una herramienta poderosa para erradicar la discriminación. A través del trabajo conjunto entre instituciones y comunidades, Miriam impulsa un modelo sostenible que demuestra que la inclusión no es solo un ideal, sino una práctica que puede cambiar destinos.

La historia de Miriam es, ante todo, una invitación a creer en la fuerza del compromiso social. Su testimonio recuerda que cada acción, por pequeña que parezca, puede generar una transformación profunda cuando nace del corazón.

“Este premio no es solo para mí, es para todos los niños, adolescentes y familias que me enseñaron que el amor y la comprensión pueden derribar cualquier barrera”, sentenció la docente Miriam.

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