Por Lily Zurita
Uno de los problemas más recurrentes por los que pasan mujeres y hombres durante la pubertad y adolescencia, es el acné severo, cuyas consecuencias no sólo son dermatológicas sino también emocionales, por lo que su tratamiento oportuno adquiere relevancia.
Se trata de una afección cutánea que va más allá de los típicos granitos adolescentes y puede ser una fuente de angustia y afectar significativamente la calidad de vida de quienes lo padecen.
Enfrentar esta condición va más allá de la estética, requiere un abordaje dermatológico especializado y cuidados específicos para controlar los brotes y minimizar las secuelas.
Gabriel es un joven de 20 años que va por el segundo año de la universidad. No sólo es el mejor alumno de su carrera sino, también, es muy colaborador con sus compañeros. Sin embargo, pese a todas sus cualidades académicas, el joven tiene inseguridad cuando se trata de acercarse a las chicas, debido a las secuelas que le dejó el acné juvenil en su rostro.
“Hace cuatro meses, me declaré a Mariana, mi compañera de curso. Pese a que congeniamos en gustos, formas de estudio y varios temas, ella me rechazó. Siento que los granos y manchas que tengo en la cara son uno de los motivos para que yo no sea su chico”, lamenta el joven.
El acné severo se caracteriza por la presencia de lesiones inflamatorias, quistes y nódulos, que pueden ser dolorosos y persistentes. A menudo, afecta áreas como la cara, el cuello, el pecho y la espalda, dejando cicatrices físicas y emocionales en quienes lo sufren. Ante la presencia de este tipo de acné, es fundamental buscar ayuda profesional sin demora.
“La etiología del acné es multifactorial ya que influyen factores genéticos, alteraciones hormonales, hipersecreción sebácea e, incluso, modificaciones del microbiota. Generalmente, se presenta entre los 11 y 30 años en el 85% de las personas”, explica Leslie Carolina Robles Burgoa, dermatóloga y docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Los dermatólogos son los especialistas indicados para el manejo del acné severo. A través de una evaluación minuciosa, pueden determinar la gravedad de la afección y prescribir tratamientos adecuados.
Según la médico, éstos pueden incluir medicamentos tópicos, como cremas y geles con ingredientes como el peróxido de benzoilo, ácido salicílico o retinoides, así como medicamentos orales, como antibióticos o isotretinoína, en casos más graves.
“Los tratamientos tópicos, generalmente, son antibióticos y retinoides. Están dirigidos para las formas leves y moderadas”, señala.
Prevención y tratamiento
Mantener la piel limpia es una medida muy importante, así como hábitos alimenticios saludables, reducción de grasas y lácteos y alimentos azucarados, entre otros, afirma Robles.
“El tratamiento está dirigido, principalmente, para evitar secuelas y cicatrices. El tratamiento se realiza con tetraciclinas, antibióticos tópicos y en las formas graves con isotretinoina y otros”, puntualiza.
Además del tratamiento médico, existen cuidados dermatológicos que pueden ayudar a controlar el acné severo y prevenir complicaciones.
Algunos consejos importantes incluyen:
- Limpieza suave: lavarse la cara dos veces al día con un limpiador suave puede ayudar a eliminar el exceso de grasa y las impurezas sin irritar la piel.
- Evitar la manipulación: es crucial resistir la tentación de exprimir o manipular las lesiones de acné, ya que esto puede empeorar la inflamación y aumentar el riesgo de cicatrices.
- Protección solar: el uso diario de un protector solar ayuda a proteger la piel del daño solar y puede prevenir la hiperpigmentación y el empeoramiento de las cicatrices de acné.
- Hidratación: aunque pueda parecer contradictorio, es importante hidratar la piel incluso si se tiene acné. Optar por productos no comedogénicos y libres de aceite puede ayudar a mantener la piel equilibrada y evitar la sequedad.
- Consulta regular al dermatólogo: el seguimiento periódico con un dermatólogo es fundamental para evaluar la respuesta al tratamiento, ajustar las terapias según sea necesario y abordar cualquier preocupación o pregunta que pueda surgir.
“Hoy en día, los dermatólogos insistimos en tener hábitos saludables, dado que la dieta no es causa de acné, pero sí un agravante. La consulta oportuna evita cicatrices y el uso de cremas, geles de limpieza deben ser prescritos por un profesional calificado. No todo lo que se ve en redes sociales es cierto y puede ser nocivo para la piel”, agrega la académica.
El acné severo es una condición dermatológica que requiere atención especializada y cuidados específicos para controlar los síntomas y prevenir complicaciones.
“Con el adecuado manejo dermatológico y el compromiso del paciente con una rutina de cuidado de la piel, es posible minimizar el impacto de esta afección y recuperar la confianza en uno mismo”, finaliza Robles.