La educación es el motor de desarrollo de los países y su impacto es evidente en la economía, el desarrollo humano, la ciencia o la tecnología. Demás está decir que la educación es la base por la cual se mejora la calidad de vida de la gente. El docente representa la pieza clave que sostiene los procesos educativos.
El pasado 24 de enero, el mundo celebró el Día Internacional de la Educación. La fecha instituida por la UNESCO se marca como una invitación para reflexionar sobre su rol e importancia para las sociedades.
La educación transita desde hace casi una década en el camino de la transformación e innovación. Una pieza clave del proceso renovador es el maestro o docente, puesto que ellos hacen que funcione la escuela o la universidad, ya sea en el área rural, en un barrio periférico o en el centro de las ciudades.
“Son ellos los que realizan, con su ilusión y pasión, este gran acto de vínculo humano que la educación es”, indica Xavier Aragay, experto en temas educativos, fundador de Reimagine Education, institución desde donde plantea una nueva visión de la educación centrada en la persona.
Sin embargo, no todos los docentes o maestros, al menos en esta parte del continente, se han subido al carro transformador. Una parte de los educadores se resiste al cambio. La irrupción de las nuevas tecnologías de la información TICs tiene un papel trascendental en este proceso innovador constante en el conocimiento, la ciencia y la cultura.
“La matriz con la que nos formamos cuando éramos jóvenes está transformándose. El modelo educativo basado en un profesor que habla y un alumno que escucha está quedando obsoleto”, puntualiza Aragay, asesor de Unifranz en temas de transformación educativa.
Los avances en pedagogía, neurociencia, metodologías participativas y nuevas tecnologías obligan pues a repensar en la forma de enseñar y aprender, tomando en cuenta que existen habilidades blandas y competencias que deben ser tomadas en cuenta cuando de educación se trata.
“Hay que repensar cuál es el modelo de persona al que invitamos a nuestros alumnos a ser, qué papel juegan las habilidades, las competencias, los valores, lo que se denomina la formación del carácter, mi mirada del mundo, el autoconocimiento, mi capacidad de relacionarse con los otros, mi forma de mirar el mundo”, asegura.
En tanto, la vicerrectora de Unifranz El Alto, Eve Gomez, sostiene que hoy la educación tiene “docentes reguladores o facilitadores”, cuyo rol es preponderante en la renovada forma de enseñanza – aprendizaje.
“La educación es el motor del desarrollo de todos los países. La educación, desde inicial hasta la superior (universidades), tiene un impacto fuerte en la economía. En ese sentido, el rol principal es el de apoyar a las instituciones educativas, pero también de generar espacios de diálogo, de discusión, de reflexión para que nuestros objetivos y nuestra misión como educadores pueda determinar si estamos alcanzando lo que verdaderamente queremos formar”, afirma Gomez.
Qué persona queremos formar, cómo queremos que sean nuestros profesionales, quiénes van a resolver los problemas de nuestro país o quiénes van a resolver los problemas del mundo, quiénes van a generar bienestar a nuestra comunidad; son algunas interrogantes que los docentes deben formularse cada día.
Los docentes o maestros de hoy tienen el desafío de asumir un papel más activo, sobre todo estar al día sobre los recursos y posibilidades que brindan las TICs, abrirse al uso de estas tecnologías para acortar brechas que podrían resultar irreversibles en torno a la educación y su propósito de formar profesionales globales.