Por Manuel Filomeno
La verdadera riqueza de los países se construye en base a su diversidad, resiliencia y trabajo. Estos factores permiten el desarrollo de la sociedad y la conservación de su medio ambiente, si estos criterios no se nivelan, aparecen desequilibrios que pueden llevar a las naciones a situaciones complicadas, generando desigualdad y pobreza.
En este escenario aparecen las finanzas sostenibles, las cuales se traducen como aquellas decisiones de inversión que tienen en cuenta los factores medioambientales, sociales y de gobernanza de una actividad económica o un proyecto.
“Las finanzas sostenibles son una nueva e importante forma de analizar y gestionar las políticas públicas de financiamiento y desarrollo económico en el país y tienen que pensarse con una perspectiva integral porque, si bien ayudan a mitigar los efectos del cambio climático, son mecanismos eficientes para la reducción de brechas sociales y de desigualdad con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas. La sostenibilidad debe entenderse como un todo”, afirma Marcelo Arroyo, economista senior del programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), para quien las finanzas sostenibles no solamente tienen que pensarse desde una perspectiva ambiental sino como integralidad.
Según el experto, “es importante mirar que se pueden generar mecanismos y productos financieros que ayuden a reducir, mitigar o generar acciones de adaptación contra el cambio climático, pero también a reducir brechas sociales de desigualdad, a mejorar la calidad de vida de las personas, reducir la informalidad, mejorar la calidad del empleo o lograr la inclusión de las mujeres”.
En ese marco, recientemente el PNUD, a través de una ponencia realizada por Paulo Barbieri, especialista en deuda del Sustainable Finance Hub, en el marco de la XVII Jornada Monetaria organizado por el Banco Central de Bolivia (BCB),compartió algunas experiencias exitosas globales y regionales en la aplicación de diferentes instrumentos de financiamiento sostenible.
“Valoramos mucho que se otorgue cada vez mayor importancia al tema de las finanzas sostenibles. La participación de Paulo Barbieri nos ha mostrado a todos que ésta es un área determinante para proyectar el desarrollo económico en el país para los próximos años”, destaca el representante Residente a.i. del PNUD en Bolivia, Aldo García.
El representante también explica que el PNUD impulsa el tema de las finanzas sostenibles en Bolivia hace varios años, apoyando iniciativas de los actores del sistema financiero y acompañando el desarrollo de instrumentos innovadores, como por ejemplo la primera emisión de bonos verdes en Bolivia del Banco de Desarrollo Productivo.
A raíz del trabajo que promueve el PNUD Bolivia con el proyecto Climate Promise, una iniciativa para apoyar a los países en desarrollo a preparar sus planes de acción climática y la actualización de sus Contribuciones Nacionalmente Determinadas 2025, en virtud del Acuerdo de París, se decidió priorizar a Bolivia para coadyuvar al fortalecimiento del ecosistema de sus finanzas climáticas.
Oportunidades del financiamiento sostenible en Bolivia
Para Arroyo, en el país existe una diversidad de fondos externos orientados, específicamente, a la reducción de los efectos del cambio climático y que están relacionados con compromisos suscritos por Bolivia, en el marco de la Convención Marco para el Cambio Climático.
“Hay varios fondos que efectivamente están disponibles para formular proyectos e iniciativas que contribuyan a alcanzar estas metas vinculadas a mitigar y adaptar a los efectos del cambio climático”, agrega.
Empresas comprometidas
En el entorno empresarial actual, la sostenibilidad y la responsabilidad social corporativa cobran una relevancia creciente. En este contexto, emergió una tendencia que está revolucionando la forma en que las empresas evalúan su desempeño y su impacto en la sociedad y el medioambiente: ESG, que significa Medioambiente, Social y Gobernanza (Environmental, Social and Governance).
La implementación de este enfoque permite a las empresas mejorar su posicionamiento, ya que la estrategia ESG se integra con una serie de acciones y programas diseñados para ayudar a la empresa a alcanzar sus objetivos. Esto se logra siendo conscientes del impacto en el medio ambiente y la sociedad, y respaldados por un gobierno corporativo ético y responsable, según Marcelo Álvarez, docente de la carrera de Administración de Empresas de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
“En ese sentido, las empresas están adoptando cada vez más esta estrategia, ya que se dan cuenta de que no se trata sólo de ganar dinero o maximizar la rentabilidad, sino también de asegurarse de que su negocio no dañe el medioambiente o la sociedad”, detalla el experto.
El grado de adopción del enfoque ESG entre las empresas bolivianas es aún inicial y está en proceso de crecimiento y concienciación. Los gremios empresariales, consultores y empresas que implementaron este proceso hacen esfuerzos para alcanzar estándares internacionales.
“Entre los principales desafíos está la creación o especialización de sus equipos empresariales para que lleven adelante este enfoque y demás principios dentro y fuera la empresa, generar políticas públicas que incentiven este nuevo enfoque, y generar un ecosistema académico-emprendedor y empresarial que impulse esta nueva forma de pensar y accionar empresarial”, afirma el docente universitario.