La pandemia supuso un contundente freno para uno de los sectores con mayor crecimiento en el país. El turismo, la industria sin chimenea, había generado 837 millones de dólares en divisas durante la gestión 2019.
Ese mismo año, según la Federación de Empresarios Privados de Cochabamba, y pese a la falta de apoyo y políticas claras de incentivo por parte de las autoridades, el turismo receptivo fue el cuarto sector generador de divisas para Bolivia. Superaba a las exportaciones de soya y sus derivados; la plata y estaño, pertenecientes a rubros tradicionales de exportación.
Las cuarentenas rígidas y las restricciones para viajar afectaron seriamente a este sector. La consecuencia, una debacle sin precedentes, con el cierre de hoteles, agencias de viaje, restaurantes y empresas operadoras de turismo receptivo.
A tres años de reportarse el primer caso del virus, la reactivación del sector es lenta. Datos del Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural dan cuenta que hasta agosto de este 2022, el turismo interno y receptivo generó solo un movimiento económico de 2.953 millones de bolivianos, un 5% de los ingresos reportados en 2019.
Laura Añez, docente de la carrera de Administración de Hotelería y Turismo de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, en Santa Cruz, asegura que la actividad turística tiene un amplio impacto en la economía y que este sector contribuye al menos con el 15 por ciento en la generación de empleo a nivel nacional.
“Tenemos sectores como la gastronomía, la hotelería y el turismo, propiamente dicho (…). El turismo es sumamente importante en Bolivia por la inmensa variedad de atractivos turísticos que tenemos. Somos uno de los países más bendecidos (…)”, dice Añez.
En tanto, Ángela Tango, profesional boliviana recientemente titulada en la misma carrera cree que la post pandemia obligó a la industria sin chimenea a dar un viraje de 180 grados y adoptar las tecnologías para reinventarse.
“El turismo se mueve mucho a través de las redes sociales (…). Ahora todo se maneja desde el WhatsApp. Gracias a las tecnologías podemos desenvolvernos mejor para brindar un mejor servicio a los clientes”, indicó la profesional que actualmente trabaja en un hotel de Tulum, en la Riviera Maya, considerada la joya del turismo en México.
Reinventarse cuantas veces sea necesario
La docente universitaria tiene clara la clave para evitar situaciones como las vividas en 2020. Reinventarse las veces que sea necesario. Para ello, matiza, se cuenta con profesionales versátiles, disruptivos, capaces de reaccionar inmediatamente ante cualquier eventualidad.
Las universidades tienen un rol importante en este desafío, asegura la profesional, con la capacitación e investigación permanente, la innovación y la transformación.
“Todo lo que nosotros hemos aprendido hace 10 años, hoy se está reinventando con las TICs en función a las necesidades del estudiante, del trabajo y de las oportunidades. Ese estudiante tiene que practicar, aprender haciendo, por eso propone tener más profesionales capacitados, hay que ver todas las alternativas para ayudar al sector a salir adelante”, dice la profesional y docente universitaria.
Profesionales para el mundo
Ángela es un testimonio de los beneficios de la transformación en la educación superior que forma profesionales para el mundo. Ya no tiene límites geográficos; la política de internacionalización funciona con programas de intercambio universitario.
“Desde niña ya tenía esa espinita que me gustaba viajar a todos lados y cuando estuve en la universidad logré un intercambio en México. Ahí vi todo el potencial que tenía en cuanto al turismo y dije que cuando salga de la universidad volvería a este país (México) para ganar experiencia y conocimiento y luego implementar todo lo aprendido en el país. En México están bien avanzados, el turismo es el número uno en su economía. Cada día recibe millones de turistas. Estoy aprendiendo demasiado de ellos”, indicó.
Ángela insta a los jóvenes para no renunciar a sus sueños porque “cuando uno hace lo que le gusta lo hace con mucha felicidad y no lo siente como un trabajo”.
El turismo contribuye a la reactivación económica, promoviendo el turismo interno, comunitario y externo mostrando la diversidad natural y cultural del país. La iniciativa privada y las alianzas estratégicas han sido claves en esta labor.