Por Lily Zurita
En la lucha contra el cáncer, la prevención y la concienciación juegan un papel fundamental. En este sentido, el cáncer de ovario, aunque menos común que otros tipos de cáncer, sigue siendo una preocupación de salud significativa para las mujeres en todo el mundo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer de ovario tuvo 313.959 nuevos casos diagnosticados a nivel mundial en 2020, y una cifra de muertes de 207.252 mujeres. Colocándolo en octavo lugar de los cánceres más frecuentes en la mujer.
Sin embargo, se ha demostrado que la detección temprana y ciertos hábitos de vida saludables pueden reducir considerablemente el riesgo de desarrollar esta enfermedad devastadora.
Jorge Luis Reyes, docente de la carrera de Medicina en la Universidad Franz Tamayo, asegura que en materia de salud siempre es posible hablar de medicina preventiva.
“El cáncer de ovario, conocido como el asesino silencioso debido a su naturaleza inicialmente asintomática, puede ser difícil de detectar en sus etapas iniciales. Por esta razón, la prevención y la educación sobre los factores de riesgo son esenciales”, explica.
Cada 8 de mayo se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Ovario, con la finalidad de generar conciencia en la población acerca de esta patología.
Qué es el cáncer de ovario
El cáncer de ovario es un grupo de enfermedades que se originan en los ovarios o en las áreas vinculadas de las trompas de Falopio y el peritoneo. Se trata de uno de los cánceres más agresivos y silenciosos, según indican los expertos en oncología.
Los tumores anexiales (ovarios) son hallazgos frecuentes en consulta ginecológica, muchas veces como un diagnóstico realizado de forma incidental.
Reyes explica que toda paciente está propensa a desarrollar una lesión de este tipo y que, aunque es difícil definir un agente carcinogénico específico, se han demostrado varios factores de riesgo relacionados con la aparición de los mismos.
A nivel de los ovarios pueden desarrollarse varios tipos de tumores: benignos o malignos, quísticos o sólidos, formados por diferentes tejidos (epitelial, conjuntivo). En este sentido, los tumores más frecuentes no son los malignos si no aquellos que derivan del desarrollo anormal del folículo.
“Conocido como el asesino silencioso, muchas veces el diagnóstico del tumor de ovario es tardío e incierto debido a la escasa variedad de síntomas que muestran las pacientes. Por ese motivo, cuando el diagnóstico se realiza en estadios avanzados de la enfermedad, son pocas las posibilidades de supervivencia, dependiendo además de la variedad histológica de la lesión”, indica el académico.
Factores de riesgo
En el caso de los tumores de ovario existen factores de riesgo no modificables y modificables. Estos últimos aumentan la incidencia de la enfermedad.
Reyes menciona que el uso de medicamentos inductores de la ovulación, el tabaquismo, la dieta rica en grasas, la exposición a radiaciones, talco o asbesto son algunos de los riesgos modificables.
“Si bien existen otros factores de riesgo no modificables, como los antecedentes familiares, la raza blanca o la edad, como médicos debemos estar al pendiente de esos factores no modificables que, unidos a los síntomas de las pacientes y algunos medios de diagnóstico con los que contamos, tales como marcadores tumorales (Ca 125), TAC, resonancia magnética o la ecografía, nos llevarán al diagnóstico certero y al tratamiento oportuno en aras de lograr que las pacientes puedan vencer esta penosa enfermedad”, puntualiza.
El médico enumera seis factores de riesgo:
- Antecedentes familiares de cáncer de ovario.
- Mutaciones genéticas hereditarias, como la mutación BRCA1 o BRCA2.
- Edad avanzada.
- Nunca haber estado embarazada.
- Uso prolongado de terapia hormonal sustitutiva.
- Historial de endometriosis.
Medidas preventivas
No existen recomendaciones estándar para que las mujeres sigan a fin de prevenir el cáncer ovárico. Sin embargo, los médicos sugieren realizar las siguientes acciones:
- Revisiones médicas ginecológicas regulares, que incluyan la palpación de los ovarios, para detectar cualquier anomalía a tiempo.
- Conocer su historial familiar, ya que esto puede influir en las decisiones de prevención y detección precoz.
- Pruebas genéticas cuando existen antecedentes familiares de cáncer de ovario para identificar mutaciones que aumentan el riesgo.
- Estilo de vida saludable, evitar el sobrepeso, hacer ejercicio regularmente y seguir una dieta equilibrada rica en frutas, verduras y granos enteros.
- Uso de anticonceptivos orales que pueden disminuir el riesgo de cáncer de ovario en algunas mujeres.
- Consulta médica ante síntomas, como hinchazón abdominal, dolor pélvico, cambios en el ciclo menstrual y problemas digestivos.
“La prevención y la detección temprana son armas poderosas en la lucha contra el cáncer de ovario. Al tomar medidas proactivas, como conocer los factores de riesgo, mantener un estilo de vida saludable y someterse a revisiones médicas regulares, las mujeres pueden reducir significativamente su riesgo de desarrollar esta enfermedad”, dice el profesional médico.
Finalmente, la concienciación sobre la importancia de la prevención del cáncer de ovario es fundamental para salvar vidas y mejorar la salud de las mujeres en todo el mundo.