Por Lily Zurita
La crisis mundial por la pandemia de hace tres años, demostró cuán importante es la comunicación en las instituciones de salud o sistemas sanitarios a fin de informar a la población sobre temas vinculados a la misma y promover estilos de vida saludables.
En esa oportunidad, la comunicación permitió informar a la gente sobre la enfermedad, educar para evitar contagios y movilizar para que la gente se quede en casa y frene el colapso de los hospitales, además de los decesos.
“Sin comunicación, sin medios de comunicación, sin comunicadores expertos, la gestión de la pandemia no hubiera podido ser posible, queda claro”, asegura María Dominica Guardia Rodríguez, licenciada en Ciencias de la Información de la Universidad de Navarra y experta en marketing sanitario, quien recientemente dio una charla a estudiantes de la carrera de Periodismo de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Aporte de la comunicación a la salud
La comunicación sanitaria se define como “el arte y las técnicas para informar, influir y motivar al público sobre temas de salud relevantes desde la perspectiva individual, institucional y comunitaria”.
Según Guardia, la comunicación en salud, como su nombre indica, se dedica a contar cosas que afectan a la salud de las personas y su principal objetivo es prevenir enfermedades o accidentes.
“La principal peculiaridad de este tipo de comunicación es que no solo busca informar a la población, sino lograr que cambien, que se motiven, que se eduquen hacia nuevos comportamientos, con lo cual estamos buscando la influencia en la audiencia”, sostiene.
De ahí que la implementación de una estrategia comunicacional mucho más estudiada marca la diferencia de la comunicación sanitaria respecto a cualquier otro tipo de comunicación institucional.
“Tiene que haber un buen eslogan, tiene que haber una buena frase que cale en la población, el mensaje machacón que a fuerza de ser repetido se acabe convirtiendo en la costumbre de la audiencia”, agrega.
Tips para un buen desenvolvimiento comunicacional en salud
Para García, el perfil de un profesional de la comunicación especializado en el área de la salud tiene que ser de ‘comunicador compacto y completo’. Tres tips deben guiar su trabajo.
- Formación relacionada con la medicina, a fin de manejar conocimientos genéricos sobre prevención de enfermedades o divulgación de contenido científico.
- Ética, para saber cuándo le están diciendo la verdad.
- Técnicas de manejo de todos los canales y lenguajes periodísticos existentes, “porque un mensaje machacón hay que difundirlo en televisión, en prensa, en radio, online, por cartelería, por trípticos, incluso está en películas de cine”, puntualiza la experta.
Nuevas tecnologías y comunicación en salud
Hoy en día el Internet se ha vuelto parte del día a día de las personas y, por ende, es una herramienta clave para la comunicación en salud.
“¿Escucharon hablar del doctor Google? La verdad, muchas veces, sólo recurrimos a este ‘doctor’ para hacerle consultas cuando nos duele algo, nos ha salido una mancha o nos han entregado el resultado de una analítica y lo primero que hacemos es preguntarle el significado de eso”, dice en tono de broma la comunicadora.
Las nuevas tecnologías de la información y comunicación facilitan, pues, que la población en general pueda acceder a contenidos de salud de una manera rápida y sencilla porque llevamos al médico, prácticamente, en el móvil.
Las redes sociales o la comunicación a través de formatos digitales se han puesto de moda. Hay redes sociales, como el Facebook, el Instagram o el Twitter que son gestionadas directamente por profesionales de la salud para llegar a la población con mensajes de salud. “Sin Internet eso no sería lo mismo”.
Rol del profesional periodista en estos tiempos
La comunicación en salud es un campo laboral que puede ser ampliamente explotado, por ejemplo, en la gestión comunicacional para autoridades sanitarias, instituciones de salud, hospitales, empresas privadas o consultorios médicos que necesitan captar pacientes.
“Hoy en día, no hay empresa grande seria que se precie que no tenga su página web y no tenga sus canales en las redes sociales. Indudablemente detrás de todo eso siempre tiene que haber un comunicador. Así que el campo laboral es enorme”, puntualiza García, quien desde hace años se dedica a la gestión comunicacional de un reconocido centro hospitalario de su país.