Tecnología digital que está cambiando y mejorando el diagnóstico visual

Por Aldo Juan Peralta Lemus

La salud visual vive una auténtica transformación gracias a la incorporación de tecnologías avanzadas que permiten detectar enfermedades oculares de forma más precisa, temprana y accesible. Afecciones como glaucoma, retinopatía diabética, degeneración macular entre otros, ahora pueden diagnosticarse en etapas iniciales, incluso antes de que el paciente note los primeros síntomas

Sirley Miranda, docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz,  sostiene que en la actualidad existe tecnología importante que ayuda en el diagnóstico de las afecciones visuales, y una mejora significativa con la incorporación de la Inteligencia Artificial (IA).

La inteligencia artificial se está implementando cada vez más en el análisis de imágenes diagnósticas (OCT- Tomografía de Coherencia Óptica y retinografías) para ayudar en la detección temprana de enfermedades como la retinopatía diabética, el glaucoma y la degeneración macular, mejorando la eficiencia y precisión del diagnóstico”, explica Miranda.

Las tecnologías para el diagnóstico de enfermedades visuales han avanzado significativamente, permitiendo detecciones más precisas, rápidas y accesibles. Algunos estudios relevantes y algunos ejemplos de tecnologías innovadoras permiten diagnosticar estas afecciones anticipadamente. 

Entre los avances que se han desarrollado, está el gigante Google que tiene un sistema basado en IA capaz de diagnosticar retinopatía diabética con una precisión similar a la de un oftalmólogo experimentado. Este tipo de soluciones no sólo acelera el diagnóstico, sino que lo hace posible en zonas remotas donde no hay especialistas disponibles.

Miranda considera que las tecnologías para el diagnóstico visual más importantes son:

  • Tomografía de Coherencia Óptica (OCT) Es una técnica de imagen no invasiva que utiliza ondas de luz para crear imágenes transversales de alta resolución de las diferentes capas de la retina, el nervio óptico y la córnea. 

“Es fundamental para diagnosticar y monitorear enfermedades como la degeneración macular, el glaucoma, la retinopatía diabética y el edema macular”, destaca la académica.

  • Retinografía digital. Permite obtener fotografías de la retina para documentar y seguir los cambios a lo largo del tiempo. Es útil para el diagnóstico y seguimiento de la retinopatía diabética, la degeneración macular y otras enfermedades retinianas.
  • Angiografía con Fluoresceína y Angiografía con OCT (OCT-A). Estas técnicas evalúan la circulación sanguínea en la retina y la coroides. La angiografía con fluoresceína utiliza un contraste intravenoso, mientras que la OCT-A es no invasiva y detecta el movimiento de los glóbulos rojos. Ambas son cruciales para diagnosticar enfermedades vasculares retinianas.
  • Topografía Corneal, esta tecnología mide la curvatura de la córnea, proporcionando un mapa detallado de su superficie. Es esencial para el diagnóstico y manejo del astigmatismo, el queratocono y para la planificación de cirugías refractivas y de córnea.

De la misma manera la Inteligencia Artificial se está implementando cada vez más en el análisis de imágenes diagnósticas, a OCT y retinografías, para ayudar en la detección temprana de enfermedades como la retinopatía diabética, el glaucoma y la degeneración macular, mejorando la eficiencia y precisión del diagnóstico.

Según estudio, sobre avances en diagnóstico de enfermedades visuales (revista Medicine Nature en 2024), sostiene que un algoritmo de IA, basado en aprendizaje profundo, analizó imágenes del fondo de ojo, logrando una sensibilidad del 94.5% y especificidad del 96.4% para detectar retinopatía diabética (RD), superando a algunos oftalmólogos. 

En 2024, sistemas como IDx-DR (programa de computadora que utiliza un algoritmo de inteligencia artificial para analizar imágenes del ojo tomadas con una cámara retinal llamada Topcon NW400) mostraron capacidad para diagnosticar RD moderada o grave sin intervención humana en entornos primarios.

En 2023, en un hospital de Tokio – Japón, un sistema de OCT integrado con IA detectó glaucoma incipiente en 200 pacientes asintomáticos durante chequeos rutinarios. El algoritmo identificó cambios sutiles en el nervio óptico que los oftalmólogos no detectaron inicialmente.

Estos avances también llegan al terreno pediátrico. Equipos especializados permiten detectar problemas visuales en bebés y niños pequeños que no pueden comunicarse verbalmente, como la ambliopía o el estrabismo, gracias a análisis automatizados del reflejo ocular.

Una tendencia es la incorporación de big data y registros médicos digitales, que permiten hacer seguimiento longitudinal de los pacientes y detectar progresiones sutiles en enfermedades como el glaucoma, donde cada micra de daño cuenta.

Sin embargo, uno de los inconvenientes de estos avances en tecnología, es que estas herramientas no están al alcance de todos. La brecha digital y los costos iniciales pueden limitar el acceso, donde la viabilidad pasa por la incorporación de políticas públicas que integren estas soluciones en los sistemas de salud.

Es cierto que la tecnología no reemplaza al especialista, pero lo potencia. Junto a la tecnología ayuda a las personas que no pierdan la vista por falta de un diagnóstico temprano, estas innovaciones se presentan como soluciones preventivas en beneficio de la salud visual.

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