Los tatuajes como expresión de arte

Los tatuajes como expresión de arte

Por Jorge López y Beatriz Cahuasa

Colmados de contenido simbólico y de múltiples mensajes, los tatuajes transitaron de ser usados para identificar y estigmatizar delincuentes, a una forma de apropiación del cuerpo, que se convierte en un gran lienzo donde se plasma lo que se quiere decir de uno mismo.

Su concepción actual muestra una evolución del pensamiento en la era moderna, lo que demuestra que pervivió en el tiempo adaptándose a las tendencias actuales, para reflejar la diversidad social.

“En este nuevo milenio, los tatuajes son –incluso– una forma de expresión artística y una tendencia en la sociedad. En otros tiempos, los tatuajes eran números que servían para identificar a los criminales. Ahora se han vuelto artísticos”, explica la directora de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, Liudmila Loayza.

Históricamente, los tatuajes han tenido un uso simbólico en culturas antiguas y diferentes estratos sociales; junto a la manipulación de labios y orejas, eran signos de diferenciación de las clases sociales, sexo, disciplina y control, entre otros.

Para Pablo Dorigo, artista del tatuaje, el tiempo logró una evolución positiva, lo que convirtió a su oficio en más estético: “dejó de ser un tabú, como lo era antes, cuando se nos etiquetaba como miembros de bandas criminales y pandillas. Ahora, se ha transformado en un tema más estético y artístico para todos”.

Según la Real Academia Española de la Lengua (RAE), “arte es la manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros”.

Bajo ese concepto, Carlos Inti Guzmán usa su cuerpo como una plataforma visual para comunicar su amor por la música.

Sus brazos descubiertos muestran una sinfonía escrita en piel, en la que resalta la clave de sol entremezclada con la identidad de la tierra que lo vio nacer. 

“Nuestro cuerpo experimenta un sinfín de emociones, vivencias y experiencias. Al decidir tatuarte usas el cuerpo como una forma de, también, transmitir lo que eres, por ello debemos decir que los tatuajes hablan de quiénes somos, expresan lo que nos gusta, lo que nos define, lo que nos atraviesa, en realidad son parte de nuestra personalidad”, dice Loayza.

Así nace el Body Art, el proceso artístico en los que el artista utiliza su propio cuerpo como soporte material de la obra y esto incluye a los tatuajes. El cuerpo se convierte en lienzo que experimenta modificaciones estéticas permanentes o transitorias.

Es una expresión de la lengua inglesa que se traduce como “arte en el cuerpo” o “arte corporal”.

Entonces, el tatuador de hoy ofrece su conocimiento, herramientas, habilidades artísticas y creativas.

Un pequeño vistazo a la historia

El origen de los tatuajes en el ser humano se remonta hasta hace 5.000 años, en el Neolítico, por motivos místicos, ritos de paso o como símbolo de lucha y ferocidad. Se cree que el primer tatuaje de la historia se encuentra en el antiguo Egipto, así lo demuestra Amunet, la momia de una sacerdotisa egipcia que tenía diferentes líneas y puntos repartidos y tatuados por todo cuerpo, reseña la Escuela Europea de Artes.

Se dice, también, que su práctica tiene origen médico. Se creía que al grabarse la figura de un animal se ahuyentaba a los espíritus de ataques, porque tatuarse también podía servir para prevenir la enfermedad.

Aproximadamente en el 1000 a.c., el tatuaje comenzó a tener entrada en las rutas comerciales de India, Japón y China. En Japón, era utilizado para marcar a los criminales.

Características de los tatuajes

Los tatuajes son una forma de expresión corporal que consiste en la inserción de tinta bajo la piel para crear diseños permanentes. Según Dorigo, una característica distintiva de los tatuajes es su durabilidad, ya que la tinta se coloca en la dermis, la segunda capa de la piel, lo que hace que el diseño sea resistente al proceso natural de exfoliación de la epidermis.

Cada tatuaje es “único” y puede ser diseñado para reflejar las experiencias, creencias o gustos personales del portador. Esto puede incluir símbolos culturales, citas significativas, representaciones de seres queridos o elementos de la naturaleza. Además, los tatuajes pueden ser utilizados para cubrir cicatrices o imperfecciones de la piel, ofreciendo una forma de reconstrucción y mejora de la autoimagen.

La técnica de tatuaje también ha evolucionado con el tiempo. Desde métodos tradicionales como el tatuaje a mano, hasta el uso de máquinas modernas de tatuaje que permiten una mayor precisión y menos dolor durante el proceso. Los avances en los pigmentos y en las técnicas de saneamiento han hecho que el tatuaje sea más seguro y accesible para un público más amplio.

La aceptación de los tatuajes entre la sociedad ha experimentado un cambio notable. Lo que antes se consideraba inapropiado, ahora se ve con una mentalidad más abierta y comprensiva.

“Hubo un recambio en su percepción, los millennials es la generación que la ven como arte y las tienen en lugares seguros y son permisivos con sus hijos con el tatuaje;  mientras que los abuelos pueden tener prejuicios”, asegura Liudmila Loayza.

El precio y dolor

Los tatuajes representan más que una tendencia, son una forma de arte que puede ser bastante costosa. Dorigo hizo tatuajes cuyo precio superó los Bs 4.000 (bolivianos). La mayor parte de quienes buscan tatuarse en su estudio tienen entre 21 y 23 años.

El costo de un tatuaje es determinado por varios factores como el tamaño o la complejidad del diseño. Los diseños pequeños y sencillos suelen ser más asequibles que los grandes y detallados, ya que estos últimos requieren más tiempo y habilidad del tatuador, según el artista corporal.  

El dolor es tan importante como el precio, en especial si se trata del primer tatuaje. Los expertos advierten que las zonas en las que el dolor es menor son los brazos, hasta las muñecas, y que, en lugares con menos musculatura, como los dedos, los codos, las rodillas y el pecho, el dolor se incrementa.

Al experimentar el dolor de las pequeñas agujas de la máquina, aunque no sea muy intenso, el cuerpo genera endorfinas para mitigarlo. Con el paso de las horas, la persona termina sintiéndose bien, añade la psicóloga Loayza.

Los tatuajes como expresión de arte.

Riesgos con los tatuajes

Es importante que antes de hacerse un tatuaje, las personas se informen bien sobre el lugar donde se lo harán, los materiales que se utilizarán y las medidas de higiene que se seguirán para minimizar los riesgos para la salud.

La realización de tatuajes mal hechos conlleva un riesgo significativo para la salud debido a la posibilidad de infecciones. La Organización Mundial de la Salud (OMS) menciona que, el uso de agujas no esterilizadas o la falta de higiene en el proceso puede resultar en la transmisión de enfermedades como hepatitis y VIH.

“Las tintas de tatuajes pueden contener sustancias que causan reacciones alérgicas en las personas. Esto puede reaccionar incluso años después de haberse hecho el tatuaje, llegando a una infección en la piel”, señala el decano de la Facultad de Medicina en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, Álvaro Muñoz Reyes Navarro. 

La mala técnica de tatuaje también puede dar lugar a complicaciones dermatológicas como la formación de queloides, cicatrices elevadas y gruesas que pueden desarrollarse sobre piel tatuada, en especial en individuos con predisposición genética a esta condición.

Creatividad

Al igual que en la pintura o la escultura, algunos tatuadores aplican principios artísticos como la composición, el balance y el contraste para crear obras visuales impactantes. Según Dorigo, la habilidad y creatividad del tatuador juegan un papel crucial en la ejecución de diseños complejos y detallados que pueden ser apreciados tanto por su estética como por su significado.

A través de los tatuajes, las personas pueden contar historias, conmemorar eventos importantes o expresar su identidad de maneras que otras formas de arte no pueden. Esta conexión íntima entre el artista, el portador y la obra es lo que eleva el tatuaje a una forma de arte respetada y valorada en diversas culturas alrededor del mundo.

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