Una buena carcajada puede estimular muchos órganos, debido a que mejora la toma de aire con alto contenido de oxígeno, estimula el corazón, los pulmones, los músculos y aumenta las endorfinas que se liberan en el cerebro. Además, activa y reduce la respuesta al estrés y puede aumentar y luego disminuir la frecuencia cardíaca y la presión arterial, señala la estadounidense Fundación Mayo para la Educación y la Investigación Médicas.
“La enfermedad y la hospitalización son factores estresantes, las instituciones tienen el deber de manejar de forma integral la salud de los pacientes. Para esto existen múltiples terapias complementarias como la risoterapia. Sus beneficios son múltiples y sus contraindicaciones son pocas”, explica la investigación “Risoterapia: una terapia complementaria a la medicina occidental” de Jorge Villán, Cielo Gaona y Zuli Carrero.
Los expertos coinciden en que los beneficios de las risas son múltiples, muchos de ellos aportan a la salud mental y a la salud física.
“Nos reímos como una respuesta compleja que involucra, a nivel psicológico, una reacción a una situación de humor, de comprensión a la sorpresa y se manifiesta como una expresión gratificante, a nivel fisiológico”, detalla Consuelo Medina, docente de la carrera de Psicología en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Medina añade que la risa activa áreas del cerebro como el córtex cerebral, el sistema límbico y el sistema autónomo. Esta respuesta neurológica funciona como un mecanismo de liberación mental, y está demostrado que las personas con buen sentido del humor tienden a afrontar situaciones estresantes con mayor optimismo.
Para Paola Hoyos, también docente de Psicología en Unifranz, aunque la risa es un acto “simple, espontáneo, genuino y gratuito” puede transformar instantáneamente nuestro estado emocional y mejorar nuestra salud de maneras profundas.
Entre los aportes físicos, Hoyos enfatiza que reír tiene un impacto similar a un entrenamiento breve pero efectivo, ya que activa varios sistemas del cuerpo, como el cardiovascular, el muscular, el nervioso y el inmunitario.
“La risa aumenta la respiración, lo que oxigena la sangre y relaja los músculos, ayudando a reducir algunos de los síntomas físicos del estrés. A largo plazo, una actitud alegre y risueña puede contribuir a una mejor salud cardiovascular y a un sistema inmune más robusto”, asegura.
En el ámbito mental, la risa transforma la forma en que percibimos y afrontamos las situaciones estresantes, permitiéndonos manejarlas de manera más efectiva. Asimismo, fomenta la creatividad, refuerza el sentido de comunidad y actúa como un mecanismo positivo para enfrentar desafíos y adversidades.
Desde la perspectiva de la salud mental, la risa es un valioso antidepresivo natural. Al liberar endorfinas, genera sensaciones de felicidad y bienestar, fortaleciendo la resiliencia, es decir, la capacidad de recuperarse y adaptarse ante situaciones adversas. “La risa proporciona una pausa necesaria de las preocupaciones, ofreciendo un refugio momentáneo que permite a nuestra mente recargar energías y mantener una perspectiva más positiva y esperanzadora”, afirma Medina.
Aunque la risa se presenta como un aporte valioso en la salud, a medida que las personas crecen, asumen responsabilidades y se convierten en adultos, se arraiga más “la creencia de que la risa es algo de niños”, se lee en el estudio “El Poder Curativo de la Risa”, publicado por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos (NLM, por sus siglas en inglés).
No obstante, las especialistas bolivianas remarcan la necesidad de aumentar la frecuencia de las risas en la vida cotidiana, debido a sus múltiples beneficios y su “bajo” costo.