Por Lily Zurita
En un mundo en constante evolución, la educación también debe adaptarse para preparar a las nuevas generaciones para los desafíos globales actuales y del futuro. En este contexto, el aprendizaje basado en habilidades se está posicionando como una de las metodologías educativas más prometedoras y efectivas del nuevo siglo.
El aprendizaje basado en habilidades, o aprendizaje basado en competencias (ABC), es un enfoque educativo que pone énfasis en el desarrollo de competencias prácticas y aplicables en el mundo real, más que en la memorización de contenidos teóricos.
Esta metodología busca equipar a los estudiantes con habilidades específicas que les permitan enfrentar problemas y situaciones de la vida diaria y del ámbito laboral con mayor eficacia.
“Es un enfoque educativo que se centra en la adquisición de conocimientos a través de la práctica y la aplicación. En lugar de simplemente memorizar información teórica, los estudiantes desarrollan competencias prácticas y aplicables que pueden utilizar en situaciones del mundo real”, explica Leslie Vidaurre, de la Jefatura de Enseñanza Aprendizaje (JEA) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Este método es especialmente eficaz para preparar a los estudiantes para el éxito en sus carreras y en la vida diaria, ya que fomenta un entendimiento más profundo y duradero de los conceptos.
Vidaurre asegura que la importancia de este enfoque radica en su capacidad para preparar a los estudiantes para los desafíos del mundo real, ya que, al centrarse en la práctica y la aplicación, los estudiantes aprenden a pensar de manera crítica y creativa.
“El aprendizaje basado en habilidades fomenta la retención a largo plazo. Los estudiantes retienen mejor la información cuando la aplican activamente; también, desarrolla competencias prácticas ya que los estudiantes adquieren habilidades que son directamente relevantes y útiles en su campo de estudio y futura carrera y, finalmente, promueve la autonomía y la confianza”, manifiesta la académica.
En tanto, Ariel Mario Quispe, también de JEA Unifranz, destaca la importancia de las habilidades blandas porque ayudan en el relacionamiento con los demás, a tener comunicación efectiva y asertiva para crear cohesión y sinergia en el equipo de trabajo a fin de enlazarlos con las habilidades técnicas para lograr los objetivos de la institución o de la empresa.
“Muchas empresas e instituciones no logran sus objetivos porque no poseen grupos o personas que estén comprometidas con lo que hacen. Por ejemplo, en el caso de profesionales de la salud. Ellos juegan distintos roles que involucran las relaciones humanas, el trato, la paciencia, la compasión y empatía, son valores que deben cultivar para relacionarse con quien tiene un padecimiento”, apunta el académico.
La consultora española S&You, identifica a la adaptación, la flexibilidad, el liderazgo, la creatividad, la comunicación, la inteligencia emocional y el trabajo en equipo como las habilidades blandas más requeridas en las empresas para sus futuros colaboradores.
Beneficios del aprendizaje basado en habilidades
Vidaurre afirma que este tipo de aprendizaje tiene múltiples beneficios para los estudiantes y destaca cinco:
- Preparación para el mundo laboral
Este enfoque prepara a los estudiantes para el mercado laboral actual y futuro, donde se valoran habilidades como la resolución de problemas, el pensamiento crítico, la colaboración y la comunicación efectiva.
Las empresas buscan profesionales que no solo tengan conocimientos teóricos, sino que también sepan cómo aplicarlos en situaciones concretas.
- Desarrollo integral del estudiante
Al enfocarse en habilidades prácticas, los estudiantes desarrollan una comprensión más profunda y significativa de los temas. Esto fomenta una educación integral que abarca aspectos cognitivos, emocionales y sociales, formando individuos más completos y preparados para la vida.
- Motivación y compromiso
El aprendizaje basado en habilidades tiende a ser más interactivo y dinámico, lo que incrementa la motivación y el compromiso de los estudiantes. Al ver la relevancia directa de lo que están aprendiendo, los alumnos se sienten más interesados y motivados a participar activamente en su proceso educativo.
- Adaptabilidad
Esta metodología es flexible y puede adaptarse a diferentes contextos y necesidades. Permite a los educadores personalizar el aprendizaje según las fortalezas y áreas de mejora de cada estudiante, promoviendo una educación más inclusiva y equitativa.
- Implementación en el aula
Para implementar el aprendizaje basado en habilidades, los educadores pueden utilizar diversas estrategias, como proyectos colaborativos, estudios de caso, simulaciones y prácticas en el mundo real. Estas actividades ayudan a los estudiantes a aplicar sus conocimientos en contextos prácticos, facilitando un aprendizaje más profundo y duradero.
Un ejemplo exitoso de esta metodología es el programa «aprender haciendo» en colegios y universidades, donde los estudiantes participan en proyectos comunitarios que abordan problemas locales.
Este enfoque no solo mejora sus habilidades académicas y prácticas, sino que también fortalece su sentido de responsabilidad social y ciudadanía.
Desafíos y oportunidades
Aunque el aprendizaje basado en habilidades ofrece numerosos beneficios, también enfrenta desafíos.
La formación de profesores en estas nuevas metodologías, la evaluación de competencias prácticas y la integración de la tecnología en el aula son algunos de los obstáculos que deben superarse. Sin embargo, las oportunidades que brinda este enfoque educativo superan con creces las dificultades, preparando a los estudiantes para un futuro lleno de posibilidades.
El aprendizaje basado en habilidades es un enfoque educativo potente y eficaz que prepara a los estudiantes para el éxito en sus vidas profesionales y personales. Representa una transformación necesaria en la educación contemporánea. Al enfocarse en el desarrollo de competencias prácticas y aplicables, esta metodología no solo prepara a los estudiantes para el mundo laboral, sino que también los forma como individuos capaces de enfrentar los retos del siglo XXI con confianza y eficacia.
“Al centrarse en la práctica y la aplicación, este método no solo mejora la retención del conocimiento, sino que también desarrolla habilidades críticas que son esenciales en el mundo real. Este enfoque requiere un compromiso con metodologías activas, evaluación continua, entornos colaborativos y el uso de tecnologías educativas, pudiendo transformar la educación y empoderar a los estudiantes para alcanzar su máximo potencial”, concluye la académica.