Constante actualización, cursos, especialidades, maestrías. Los docentes, al igual que los estudiantes deben mantenerse siempre al día con las novedades y particularidades de sus áreas de estudio. No importa si es de forma presencial o virtual, lo importante es siempre aprender.
“Siempre es mejor tener a un docente que esté actualizado, así nosotros también lo estamos, pero en muchas ocasiones pareciera que se quedan estancados en lo que ellos aprendieron en la universidad y en su trabajo y no avanzaron más”, relata Joel, un estudiante de 24 años.
Mario Ariel Quispe Orellana, responsable de la Jefatura de Enseñanza Aprendizaje (JEA) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, señala que la autoformación de los docentes es primordial para el desarrollo de nuevas habilidades, que a su vez son transmitidas a sus estudiantes, a través de cursos, diplomados, especialidades y maestrías.
“Este aspecto implica motivación intrínseca, pues un docente motivado motivará a sus estudiantes. Un docente que se actualiza constantemente siempre es reconocido por sus estudiantes como alguien disruptivo, despertar o mantener este tipo de motivación es la clave no sólo para buscar la formación continua, sino también para desarrollar hábitos de vida saludables”, dice el pedagogo.
De acuerdo con Xavier Aragay, experto español en gestión del cambio e innovación educativa en universidades, el boom tecnológico desafía a los docentes a renovar su función y reprogramar el proceso de aprendizaje para no quedar obsoletos.
“La nueva educación combina lo mejor del profesional (docente), su conocimiento, medios, las neurociencias, la pedagogía, la tecnología, aprender haciendo, con sus habilidades para la vida, como el liderazgo, la flexibilidad, la motivación, paciencia, persuasión, capacidad de resolución de problemas, y el trabajo en equipo”, asegura.
Actualización constante
“La formación permanente es la que viene a dar respuesta a una necesidad social, de aprendizaje del ser humano para florecer permanentemente. El cerebro, todos los días se transforma y todos los días se ordena, y se limpia”, explicó Luz Vanzulli Luz Vanzulli, directora ejecutiva Latam Sur, formación a lo largo de la vida, educación continua y posgrado, del Tecnológico de Monterrey, en un reciente foro de innovación educativa.
La experta dijo entonces que la educación continua se da cada día. Contempla conocimientos que logran desarrollar o reforzar competencias nuevas o adquiridas, puede ser un seminario, taller, pregrado, diplomado, especialidad y posgrados; además de otros cursos que cubran las necesidades de las personas.
Por su parte Quispe indica que existen varias formas en las cuales los docentes se mantienen actualizados, algunas de ellas son: cursos de postgrado, actualmente existen diversos diplomados, especialidades y maestrías que están orientadas tanto al área de formación que tiene el docente, como al ámbito educativo.
Por otro lado, la autoformación juega un rol importante, siendo las plataformas de desarrollo de nuevas habilidades o incluso cursos cortos, espacios en los cuales los docentes adquieren nuevas herramientas y competencias.
Existen, además, algunas plataformas de formación continua virtual, como lo son MiriadaX, Coursera, Edx, UDemy, entre otras. Sin embargo, la motivación y la metacognición de los docentes son fundamentales para seguir aprendiendo.
“Adicionalmente, la motivación intrínseca y la metacognición que han alcanzado algunos docentes les permiten identificar áreas en las cuales requieren actualizarse. Esto va de la mano con la capacidad de sorpresa que se mantiene (o al menos no reduce con el pasar de los años), pero también con la capacidad de aprender a aprender, pues para que una persona enseñe es necesario que siempre esté dispuesta a aprender”, agrega el experto.
Desde los centros de educación, explica Quispe, se pueden tomar pasos para incentivar esta necesidad de aprendizaje, así como facilitarla.
“Podrían citarse los siguientes elementos para incentivar la formación docente, por ejemplo, escuchar las demandas de los profesores, que implica conocer la percepción de los docentes sobre los cursos de actualización y/o formación. En cada reunión o encuentro que se tenga con los docentes es necesario preguntarles, ¿cuáles son los temas de interés que les llaman la atención? ¿En qué aspectos deberían ser capacitados?
Por otra parte, se pueden financiar cursos de formación a corto, mediano y largo plazo a docentes que demuestren un óptimo desempeño dentro del proceso de aprendizaje y enseñanza.
“También, a partir del ejemplo, mostrarles nuevas formas de enseñar, nuevas herramientas, nuevas metodologías que fortalezcan y favorezcan el aprendizaje de los estudiantes, enseñándoles que la pizarra, la tiza o el proyector no son las únicas herramientas para enseñar”, agrega.
¿Cómo influye en los estudiantes?
“No importa las condiciones, el lugar o las situaciones, si estás dormido tus estudiantes se dormirán, si estás despierto tus estudiantes despertarán”, dice Quispe, citando un refrán. El experto explica que un docente motivado puede contagiar esa motivación a sus estudiantes y guiarlos de mejor manera que otro que siempre repite su programa.
“Un docente puede tener 30 años de servicio, pero un año de experiencia, en función de las estrategias y técnicas que ha implementado en sus años de docente. Hay quienes replican lo que hicieron en su primer año de docencia, enseñando lo mismo a lo largo de todas las gestiones. Otros, en cambio, modifican, adecúan y actualizan su material, herramientas y metodologías para brindar la mejor calidad de enseñanza a sus estudiantes”, puntualiza.
Estos estudiantes, valga la pena mencionarlo, no son ni serán iguales a otros, pues no todo funciona para todos. Un estudiante que tenga un docente motivado no sólo recibirá conocimiento disciplinar, sino también habilidades blandas y se despertará en él o ella la curiosidad para con algún área de formación.
En otras palabras, “un docente actualizado motivará a los estudiantes a aprender de mejor manera con innovación y metodologías disruptivas”, reflexiona el académico.
Por su parte, Guy Haug, experto europeo en evaluación y desarrollo de universidades agrega que se ha dado un cambio de paradigma entre los estudiantes del siglo XXI y la educación superior es una responsabilidad compartida entre el estudiante, el docente y la institución. Los éxitos y fracasos se dividen entre todos.
“Servir a los estudiantes que tenemos, no a los que nos gustaría tener es el desafío que docentes e instituciones tienen que asumir, y que aún les cuesta entender ya que siguen enfocados en un perfil que a ellos les parece más entendible (…), dice por su parte Guy Haug, experto europeo en evaluación y desarrollo de universidades y sistemas de educación superior.