Por Manuel Filomeno
El mundo laboral ha cambiado drásticamente en los últimos años. Las empresas no solo buscan profesionales que sepan teoría, sino que tengan experiencia, habilidades blandas y conocimiento del área, competencias que muchas veces las universidades pasan por alto.
Este desfase entre la demanda de las empresas y la oferta de la universidad puede generar serios conflictos a la hora de buscar el primer empleo para los jóvenes profesionales.
“Al comenzar mi búsqueda de empleo, me di cuenta de que lo que había aprendido en la universidad era sólo una fracción de lo que mi puesto requería. Pasé un primer año difícil, aprendiendo a aplicar todo lo que me habían enseñado. Aunque tenía la teoría, carecía de la práctica necesaria para desempeñarme de manera adecuada”, explica Carmen Aguirre, una joven publicista.
Para Jaime Ascarrunz, presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), las empresas en los rubros de comercio, servicios y turismo, principalmente, demandan profesionales con habilidades blandas, como liderazgo, trabajo en equipo, comunicación efectiva y manejo del tiempo. También, son importantes la adaptabilidad y aprendizaje continuo, además de competencias administrativas.
“Para cualquier empresa, es muy importante contar con la capacidad para posicionar y vender su producto. Esto requiere una formación sólida en marketing y un conjunto de habilidades blandas, que tiene que ver con la capacidad de interrelacionarse con otras personas y grupos. El segundo grupo de capacidades que se requieren son las capacidades de administración, que ayudan a optimizar el uso de los recursos de las empresas. Esto requiere no solo de habilidades académicas, sino de conocimiento del rubro en el que se trabaja”, expresa el líder empresarial.
Experiencia
Ascarrunz indica que el enfoque de las universidades está tradicionalmente en la formación de profesionales para el sector público, que generalmente requiere de unas habilidades diferentes a las habilidades que se necesitan en el sector privado.
Por lo tanto, recomienda a los recién egresados y titulados empezar reconociendo que, si bien han culminado una etapa en sus estudios, esta etapa les ha dado solo algunas herramientas para utilizar en su vida profesional. Pero es en el trabajo donde aprenderán a elegir las mejores herramientas a emplear y cómo hacerlo.
“Por ello, el aprendizaje no termina con la graduación, sino que es un aprendizaje permanente en el ámbito laboral. Un empleado nuevo debe estar dispuesto a aprender constantemente en el trabajo”, aclara el empresario.
Pablo Ardaya, director nacional de Capital Humano de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, indica que, en la mayoría de los casos, existe una desconexión entre lo que las universidades ofrecen y lo que el mercado laboral demanda, lo que genera carencias en los nuevos profesionales, que, a su vez, afectan su empleabilidad.
“La diferencia más importante es el hecho de que algunas universidades se han quedado en un estilo de educación tradicional, siguiendo esquemas y formatos duros, muy poco flexibles que se enfocan más en el desarrollo académico conceptual que en el entendimiento de lo que el país o el empresariado necesita en este momento. Lo que hace falta es que estas universidades con estructuras duras y pesadas empiecen a flexibilizar esto para tener una mejor relación con el mercado laboral”, afirma.
Ardaya acota que existe una falta de formación práctica, dado que muchas instituciones priorizan la teoría, resultando en profesionales con conocimientos conceptuales, pero sin experiencia real en la aplicación de esos conocimientos.
Asimismo, existen carencias en el desarrollo de habilidades blandas, adaptabilidad y aprendizaje continuo.
Para el experto, los nuevos profesionales enfrentan un panorama complejo respecto a sus habilidades y las demandas del mercado laboral, por lo que las universidades deben aplicar un enfoque que incorpore el desarrollo de competencias prácticas y habilidades blandas para mantener su competitividad.
“Lo que los empleadores están buscando, es gente que sepa resolver problemas. Las competencias blandas o conocimientos técnicos, por supuesto que cumplen un rol fundamental, pero más que tener estas competencias, hay que saber aplicarlas en la resolución de problemas cotidianos y grandes, que requieran de la creatividad (…), lo que necesitan los nuevos profesionales es enfocar sus habilidades, sus conocimientos en la resolución de problemas y viabilizar situaciones más favorables”, argumenta.
Por su parte, Diego Urioste, coordinador del Observatorio Nacional del Trabajo (ONT), uno de los centros de pensamiento estratégico de Unifranz, indica que las empresas e instituciones valoran la experiencia laboral previa, pasantías, proyectos relevantes, experiencia internacional, voluntariado y actividades extracurriculares, por lo que estos elementos deberían ser los que se potencien en su formación.
“Los nuevos profesionales deberían egresar con una combinación de competencias técnicas y blandas. Competencias técnicas como el dominio de las habilidades específicas de su campo, manejo de herramientas y tecnologías relevantes, y capacidad para aplicar conocimientos teóricos en situaciones prácticas. Las competencias blandas como habilidades de comunicación, liderazgo, trabajo en equipo, resolución de problemas, pensamiento crítico y adaptabilidad”, manifiesta.
De igual manera, son importantes: la capacidad para utilizar y adaptarse a nuevas tecnologías, herramientas digitales y plataformas de colaboración. Finalmente, no se puede dejar de lado la ética profesional y responsabilidad social sobre las implicaciones éticas del trabajo y compromiso con prácticas profesionales responsables y sostenibles, puntualiza Urioste.
Ascarrunz apunta que es sumamente importante un trabajo estrecho entre las empresas y la academia, con el fin de preparar mejor a los futuros profesionales.
“Aunque recientemente ha existido mayor interés de las universidades para interactuar con el sector privado, se requiere una mayor atención de las universidades para explorar y descubrir las necesidades de este sector. Creemos que las universidades deberían realizar continuamente estudios sobre el mercado laboral en el sector privado para orientar de mejor forma su oferta académica”, concluye.
Entre el 7 y el 14 de noviembre, en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, se llevará adelante la Feria de la Empleabilidad de Unifranz con el objetivo de promover la generación de vínculos entre el mercado laboral y la comunidad universitaria a través de talleres, charlas e interacción directa entre las empresas y los asistentes.