Por Lily Zurita
En el ámbito educativo, el aprendizaje basado en problemas (ABP) y el aprendizaje basado en proyectos (ABPr) se han consolidado como metodologías innovadoras que colocan al estudiante en el centro del proceso de aprendizaje.
Las metodologías de Aprendizaje Basado en Problemas y en Proyectos son fundamentales en la educación actual, ya que preparan a los estudiantes de manera integral, dotándolos de habilidades y competencias prácticas y socioemocionales que les serán útiles en todos los aspectos de su vida, asegura Leslie Vidaurre, de la Jefatura de Enseñanza Aprendizaje (JEA) en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
“Promueven un aprendizaje significativo, motivador y contextualizado, y preparan a los estudiantes para enfrentar desafíos en un mundo en constante cambio. Al fomentar la autonomía, la responsabilidad y el pensamiento crítico, estas metodologías activas contribuyen a formar ciudadanos comprometidos y profesionales capaces, preparados para contribuir de manera positiva a la sociedad”, puntualiza.
El aprendizaje basado en problemas (ABP) se enfoca en resolver un problema real o hipotético, planteado al inicio del proceso. Los estudiantes, generalmente en grupos, deben investigar y analizar posibles soluciones utilizando los conocimientos disponibles o adquiriendo nuevos durante la tarea.
El objetivo principal no es solo encontrar la respuesta correcta, sino desarrollar habilidades de investigación, trabajo colaborativo y pensamiento crítico.
En tanto, el aprendizaje basado en proyectos (ABPr) implica la creación de un proyecto concreto a lo largo de un periodo determinado. En esta metodología, los estudiantes trabajan en equipo para diseñar, planificar y ejecutar un proyecto que responde a una necesidad o interés específico. El resultado final puede ser un producto, una presentación, o un evento, y tiene como propósito conectar los aprendizajes con la realidad práctica.
Similitudes entre ABP y ABPr
Ambas metodologías comparten puntos en común:
- Aprendizaje activo y colaborativo: en ambos enfoques, los estudiantes aprenden activamente y en equipo, fomentando la cooperación y el trabajo en grupo.
- Desarrollo de habilidades transversales: ambos promueven competencias como el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la autonomía en el aprendizaje.
- Docente como facilitador: el rol del profesor se transforma de transmisor de conocimientos a facilitador del proceso, orientando sin intervenir directamente en el resultado.
- Enfoque en problemas reales: ambos modelos se centran en la conexión entre el aprendizaje y el mundo real, lo que hace que el conocimiento sea más significativo para los estudiantes.
Diferencias entre ABP y ABPr
A pesar de sus similitudes, también existen diferencias entre ambas:
- Enfoque del proceso. El ABP se centra en resolver un problema concreto y específico. En tanto, el ABPr se enfoca en la creación de un proyecto que implica un proceso más amplio, con múltiples fases desde la idea hasta la ejecución.
- Resultado final. En el ABP, el objetivo es encontrar la mejor solución posible a un problema planteado. En cambio, en el ABPr, el resultado es un producto o proyecto tangible que refleja lo aprendido.
- Duración del proceso. El ABP suele ser más breve, centrado en resolver problemas en un tiempo relativamente corto. Mientras que, el ABPr requiere más tiempo, ya que implica planificación, desarrollo y presentación del proyecto.
- Aplicación del conocimiento. En el ABP, los estudiantes adquieren conocimientos a medida que los necesitan para resolver el problema. En tanto en el ABPr, se integran conocimientos previos y nuevos durante el desarrollo del proyecto, aplicándose en múltiples momentos del proceso.
La elección entre ABP y ABPr depende del contexto educativo, el objetivo de aprendizaje y los recursos disponibles.
¿Cómo contribuyen al desarrollo del estudiante?
Vidaurre menciona que estas dos metodologías contribuyen en el desarrollo integral del estudiante, a través de:
- Desarrollo de competencias transversales y socioemocionales
El ABP y el ABPr contribuyen al desarrollo integral del estudiante al trabajar no solo con el conocimiento técnico, sino también con competencias transversales y socioemocionales. Estas metodologías promueven habilidades como la comunicación efectiva, la empatía y la resolución de conflictos. Además, los estudiantes desarrollan la resiliencia y la autoconfianza necesarias para manejar situaciones complejas tanto dentro como fuera del aula.
- Estimulación del pensamiento crítico y la toma de decisiones
El ABP obliga a los estudiantes a analizar críticamente la información, formular preguntas, y tomar decisiones basadas en evidencias, lo cual es clave para desarrollar un pensamiento crítico sólido.
- Promoción de la autonomía y la responsabilidad
El ABPr incentiva a los estudiantes a asumir la responsabilidad de su propio aprendizaje. En lugar de depender únicamente de la dirección del profesor, los estudiantes deben gestionar su tiempo, investigar por su cuenta y tomar decisiones en la planificación y ejecución de sus proyectos.
- Conexión con el entorno y realidad social
Las metodologías activas, al basarse en problemas y proyectos reales, permiten a los estudiantes conectar su aprendizaje con el contexto social y ambiental en el que viven.
Vidaurre asegura que, tanto el aprendizaje basado en problemas como el aprendizaje basado en proyectos representan enfoques educativos que responden a la necesidad de transformar la enseñanza tradicional y promueven un aprendizaje más significativo, donde el estudiante no sólo adquiere conocimientos, sino que también desarrolla habilidades esenciales para enfrentar los retos del mundo actual.
La combinación de ambas estrategias puede ser una excelente opción para ofrecer una experiencia educativa integral, preparando a los estudiantes para los desafíos del futuro.