Más que un intercambio, una experiencia de vida: así vivieron su paso por Bolivia estudiantes colombianas en Unifranz

Por Antonio Ortega

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Cuatro estudiantes colombianas —Ana María Quinteros, Daniela Contreras, Mariana Ramírez Niño y Nelcy Yuraima Ruiz Pinto— llegaron a la Universidad Franz Tamayo, Unifranz La Paz, para sumarse a una experiencia académica transformadora. A través de procesos formativos interdisciplinarios, potenciaron sus competencias profesionales mediante metodologías prácticas, pensamiento crítico y un enfoque contextual adaptado a los desafíos actuales.

Su intercambio, enmarcado en el programa de Internacionalización se constituyó en una experiencia de alto valor académico que amplió su comprensión sobre los desafíos contemporáneos en sus respectivas áreas de estudio.

Las cuatro estudiantes vivieron un intercambio académico donde compartieron aulas, experiencias y cultura con estudiantes bolivianos, fortaleciendo sus habilidades profesionales y expandiendo su visión del mundo.

Ana María se integró a la carrera de Diseño Gráfico y encontró en Bolivia un nuevo enfoque para su formación académica.

“Fue inspirador ver cómo en Unifranz se valora la identidad cultural en cada proyecto. Me llevo muchas ideas para aplicar en mi país, sobre todo la conexión entre diseño y territorio”, comentó la estudiante Quinteros.

Durante su estancia, participó en exposiciones, trabajó en proyectos colaborativos y compartió técnicas con docentes y compañeros bolivianos. “Este intercambio me enseñó a ser más versátil y a trabajar con lo que tengo, sin perder la calidad”, añadió.

Para Daniela Contreras, que se unió a la carrera de Publicidad y Marketing, la experiencia fue tan profesional como personal. “Aquí aprendí a comunicar desde otra perspectiva, entendiendo el contexto local y usando recursos distintos a los que conocía”, contó la colombiana.

La interacción con estudiantes bolivianos le permitió descubrir similitudes y diferencias culturales que enriquecieron su pensamiento creativo. “En cada campaña, cada idea, pude aprender algo nuevo. Me llevo herramientas y también amistades que espero conservar toda la vida”, expresó con emoción.

Mariana Ramírez Niño cursó materias en la carrera de Diseño Gráfico y Producción Crossmedia. Su experiencia fue marcada por el enfoque interdisciplinario que encontró en Unifranz.

“Me encantó la forma en que los proyectos se conectan con temas sociales. Aquí aprendí que el diseño también puede transformar realidades”, dijo la colombiana Ramírez.

Destacó especialmente las clases prácticas y el acompañamiento cercano de los docentes. “En Bolivia me sentí muy acogida, tanto en la universidad como fuera de ella. Fue una experiencia profundamente humana”, comentó.

Nelcy Yuraima Ruiz Pinto, estudiante de Psicología, encontró en Unifranz una forma distinta de ver la salud mental. “Pude conocer cómo se abordan los procesos psicológicos en otra cultura. Eso me abrió la mente y me dio nuevas herramientas para mi formación profesional”, señaló.

También valoró el enfoque intercultural y el compromiso social de los programas académicos. “Me impactó ver cómo aquí se trabaja con poblaciones vulnerables y se promueve el bienestar desde lo comunitario. Me inspiran mucho esas prácticas”, reflexionó.

La presencia de estudiantes internacionales en las aulas de Unifranz no solo enriquece a quienes llegan, sino también a la comunidad universitaria que los recibe. A través de su modelo de internacionalización, la universidad fomenta el intercambio cultural y académico como parte de su compromiso con una educación global y conectada.

Las estudiantes colombianas ahora regresan a su país con una mochila cargada de aprendizajes, experiencias y vínculos. Dejan atrás Bolivia, pero se llevan consigo una nueva forma de ver el mundo y de proyectar su futuro. Ellas coincidieron en algo: este intercambio fue una experiencia que marcó sus vidas para siempre.

“Bolivia nos regaló amigos, desafíos, inspiración y una segunda casa. Nos vamos con el corazón lleno y los sueños más grandes que nunca”, informaron.

Quedaron enamoradas de Bolivia, su cultura y sus paisajes. La visita que hicieron al Salar de Uyuni fue impactante. El mar de sal se convirtió en un paisaje único que les permitió conectar con la naturaleza de una forma profunda y casi surrealista. “Es un lugar mágico, algo que solo se puede vivir en persona”, dijo Ana María, quien, junto a sus compañeras, aprovechó para tomar fotos y capturar recuerdos que acompañarán su vida para siempre.

En la sede de Gobierno exploraron su arquitectura, sus mercados y su gente, disfrutando de la diversidad cultural y las tradiciones locales. “La Paz es una ciudad llena de contrastes y energía. Cada rincón tiene algo por descubrir”, contó Daniela. Ellas se llevan a Unifranz y la ciudad en La Paz en su valija de recuerdos inolvidables.

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Antonio Ortega

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