Presurosa, tratando de salvar la mayor cantidad de vidas, Blanca Torrico, “enfermera por vocación”, corría a ayudar a estabilizar a los pacientes que llegaron producto de un accidente hasta la sala de emergencias. Es su trajín desde hace 15 años.
Blanca escogió la carrera de enfermería como opción de vida, al igual que los más de cerca de 28 millones de profesionales en el mundo, un número que representa más de la mitad de los profesionales de la salud, según datos del informe de “Situación de la enfermería en el mundo 2020: invertir en educación, empleo y liderazgo”, publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La enfermería se ha posicionado, a nivel global, como un pilar fundamental dentro del sistema de salud actual. Los múltiples desafíos que ha enfrentado junto a los trabajadores en salud en los últimos años –la crisis sanitaria generada por la pandemia del COVID-19, el virus del mono, entre otros– han puesto en evidencia el invaluable aporte del área en el cuidado de la salud de la sociedad.
“En nuestro trabajo se ve de todo, desde gente feliz por haber sanado y haberse liberado de un mal que se creía incurable, hasta gente que muere abandonada sin quien lo acompañe en sus últimos días, solo nosotros los que trabajamos en los hospitales”, recuerda la experimentada enfermera que también asiste en los quirófanos.
“Los profesionales de enfermería son la columna vertebral de cualquier sistema de salud”, asegura el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS.
Si bien el sistema de salud evolucionó, aún hay carencias que abren la necesidad de robustecer su fuerza laboral e invertir su formación profesional, para tener personal apto para hacer frente a los múltiples retos. La implementación de tecnologías de información y comunicación (TIC’s), la digitalización de los servicios, la generación de nuevas políticas, son solo algunos de los retos que la actualidad ha puesto en frente al sistema de salud.
Blanca considera que hoy más que nunca necesitan estar permanentemente actualizadas: «cada día se nos presentan nuevas formas de gestionar la salud de la mano de la tecnología, las enfermeras que egresan hoy tienen mayores conocimientos en el manejo de paquetes en salud, mismas que permiten digitalizar las tareas”.
Ante esta coyuntura, la OMS, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), entre otros, proyectan múltiples desafíos a corto, mediano y largo plazo, que requieren de acciones concretas, divididas en cuatro ejes, a partir del concurso de todos los actores involucrados en el sistema sanitario, como el estado, el personal de salud, las instituciones educativas, organizaciones de profesionales del rubro y la propia ciudadanía.
LOS DESAFÍOS
Educación, gestión de la práctica, la investigación y el liderazgo son las cuatro áreas específicas sobre las que se apoyan los retos más importantes de la enfermería, de cara al 2030.
En el eje de educación, entre las acciones necesarias para disminuir el déficit de estos profesionales, que apunta el documento de la OMS, destacan el incremento en la inversión estatal para evitar una situación de escasez mundial, aumentar el número de graduados en enfermería, mejorar las opciones de empleo y retener a los profesionales en el sistema de salud.
“Sin los profesionales de la enfermería y otros profesionales de la salud, los países no pueden ganar la batalla contra los brotes, ni tampoco alcanzar la cobertura sanitaria universal ni los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, apunta parte del señalado informe.
También en torno a este desafío, se advierte la necesidad de garantizar que los estudiantes se formen a través de modelos educativos adecuados a las nuevas exigencias de la profesión, que apunten a la excelencia para la práctica profesional a través de la consolidación de habilidades esenciales para el cuidado de las personas. Desde luego, esto va de la mano de la existencia de docentes debidamente formados, que fortalezcan el desarrollo de competencias clínicas y transversales en los diversos campos de acción de la profesión.
“Actualmente se requiere profesionales con sólidas competencias digitales, conocimiento de las tecnologías aplicadas al área, que manejen base científica fundamentada en las teorías de enfermería, que desarrollen procedimientos invasivos y no invasivos con pericia y técnica correcta, que generen estrategias educativas de prevención y promoción dirigidas a toda la población y que resuelvan problemas de su entorno aplicando procesos de investigación en beneficio de la sociedad. Sobre todo, que posean la esencia del profesional de enfermería, la cual es el de brindar cuidado al ser humano con valores éticos”, asegura Milena Arroyo, directora de la carrera de Enfermería en UNIFRANZ El Alto.
En el eje de la gestión de la práctica clínica, los informes enfatizan en la necesidad de capacitar a la futura fuerza laboral con las competencias clínicas necesarias y los conocimientos, habilidades y actitudes avanzadas para demostrar un pensamiento crítico e innovador en el manejo clínico efectivo de pacientes.
Para Diana López, estudiante de noveno semestre de Enfermería, “la práctica en laboratorios, tanto dentro de la universidad como en hospitales, es muy importante ya que no siempre la teoría se asemeja a nuestra realidad como país. Esto nos abre las puertas a aprender otro tipo de procedimientos que las enfermeras nos enseñan en la práctica diaria”. Por su parte, Arroyo considera que “la práctica, desde los primeros años de formación, brinda al estudiante seguridad, genera habilidades y crea experiencias que serán fundamentales al momento de desenvolverse en el campo laboral”.
A lo largo de la historia, la enfermería ha sido visibilizada, por gran parte de la población, como un área secundaria o de apoyo al resto de las carreras del ámbito sanitario, aun cuando su aporte es mucho mayor. Por ejemplo, en el ámbito de la investigación, la información generada desde el área, demuestra que sus profesionales no solo se abocan a la praxis, sino que aportan con evidencias científicas que coadyuvan a la solución de problemas de salud de los pacientes.
Por ello, las consideraciones de los organismos internacionales apuntan a la necesidad de aprovechar las fortalezas de la enfermería e impulsar su rol investigativo en pos de dar solución a las necesidades actuales de la población, la búsqueda del bienestar de las personas y la prevención de nuevos desafíos en salud.
“En la actualidad, el profesional de enfermería está desarrollando y aplicando mucho más el método científico, basándose en las diferentes teorías propias de la profesión, lo que le está generando mayor independencia y relevancia en el proceso de brindar cuidados a la persona; la sociedad le ha vuelto a dar relevancia a la enfermería, siendo esta una de las profesiones más antiguas al servicio de la sociedad, brindado cuidado integrales a toda la población”, añade Arroyo.
En cuanto al futuro del liderazgo en enfermería, este refiere a la necesidad de que, tanto líderes académicos como los que ejercen la práctica fortalezcan sus relaciones y aúnen esfuerzos para desarrollar, implementar y evaluar nuevos modelos innovadores de atención y participen activamente en el desarrollo de tecnologías de la salud.
El informe también reivindica a las y los profesionales del área, en base a su experiencia y comprensión de la realidad de la prestación de cuidados, para ocupar sitiales de liderazgo en pro de una adecuada planificación y toma de decisiones de alto nivel, en el diseño de las políticas de salud y en el funcionamiento de los sistemas sanitarios, en pro de garantizar una mejora constante en los servicios de atención a la población.
Los retos para el futuro demandan una reingeniería del sistema de salud que den lugar a la ‘reinvención’ de la práctica hospitalaria, la transformación del primer nivel de atención, y la consolidación de una fuerza laboral de profesionales de enfermería “con una preparación sólida y visión futurista para responder y dar solución individualmente, y en asociación con otras disciplinas, a los problemas de salud de la población”, señala en su parte culminante el informe.