Las mujeres rompen barreras y conquistan espacios en la ciencia y la tecnología

By Manuel Joao Filomeno Nuñez

A lo largo de la historia, muchas mujeres han contribuido significativamente al avance del conocimiento, rompiendo barreras de género y dejando un legado inspirador. Ejemplo de ello es Marie Curie, pionera en el estudio de la radiactividad y primera persona en recibir dos premios Nobel en distintas disciplinas. También está Rosalind Franklin, cuyo trabajo fue clave para descifrar la estructura del ADN, aunque su contribución fue minimizada en su época. 

En el campo de la informática, Ada Lovelace sentó las bases de la programación, y Margaret Hamilton desarrolló el software que permitió la llegada del hombre a la Luna. Más recientemente, la física Anne L’Huillier ha revolucionado el estudio de los láseres ultrarrápidos, mientras que jóvenes innovadoras como Ann Makosinski continúan demostrando que la creatividad y el conocimiento no tienen género.

Pese a estos ejemplos, los desafíos para las mujeres en la ciencia siguen siendo significativos. Según el Informe sobre la ciencia 2021 de la Unesco, sólo el 33,3% de los investigadores a nivel mundial son mujeres, y apenas el 35% de los estudiantes en carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) son mujeres. Además, aunque la Cuarta Revolución Industrial exige más profesionales en tecnología, solo el 28% de los graduados en ingeniería y el 40% en informática son mujeres.

El 11 de febrero se conmemora el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una fecha promovida por la Unesco y ONU-Mujeres con el objetivo de visibilizar el papel fundamental de las mujeres en las disciplinas científicas y tecnológicas.

El acceso a una educación de calidad es una de las herramientas más poderosas para reducir la brecha de género en la ciencia. Verónica Ágreda, rectora de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, y CEO del Instituto de la Mujer y Empresa (IME), destaca el papel de la educación como motor de movilidad social.

«No basta con que haya más mujeres en las aulas. Debemos garantizar un mundo con igualdad de oportunidades, donde las mujeres puedan acceder a puestos de liderazgo y toma de decisiones», expresa la rectora.

Actualmente, las mujeres ocupan solo un pequeño porcentaje de los cargos de liderazgo en el ámbito científico. Si bien ha habido avances, las directoras de laboratorios y líderes de proyectos de investigación siguen siendo pocas. Esto refuerza la necesidad de crear redes de sororidad y mentoría que impulsen a más mujeres a ocupar estos espacios.

El problema no radica solo en el acceso, sino en los obstáculos que enfrentan las mujeres para crecer en sus campos. Lucía Alvarado, coordinadora nacional de Investigación de Unifranz y miembro de la Organización Mujeres en Ciencia para el Mundo en Desarrollo (OWSD), señala que el estereotipo del “científico como un hombre” ha cerrado muchas puertas.

«Mientras más aportes de mujeres se visibilicen, más niñas y jóvenes podrán identificarse con la ciencia. Mostrar referentes femeninos es clave para que digan: ‘Si ella lo logró, yo también puedo hacerlo’”, dice Alvarado.

En el ámbito universitario, la discriminación sigue presente. Las mujeres que ingresan a carreras como mecatrónica o ingeniería suelen ser minoría y enfrentan entornos dominados por la cultura masculina. Grecia Bello, ingeniera y coordinadora del Fab Lab Santa Cruz, enfatiza la importancia de romper estereotipos desde la infancia.

«Muchas niñas crecen escuchando que ciertas carreras ‘no son para ellas’. Es fundamental mostrarles desde temprana edad que la ciencia es un campo en el que pueden desarrollarse y destacar», acota Bello.

Incentivar a las nuevas generaciones

Para que más niñas y jóvenes elijan carreras en ciencia y tecnología, es clave la exposición temprana a estos campos. Desde ferias científicas hasta experiencias de laboratorio, las iniciativas deben enfocarse en mostrar a las niñas que la ciencia es un espacio donde pueden destacar. Además, el apoyo de docentes y modelos femeninos en STEM es fundamental para cambiar la percepción de estas disciplinas.

«Las mujeres necesitan la ciencia y la ciencia necesita a las mujeres. Solo aprovechando todas las fuentes de conocimiento y talento podremos liberar el potencial de la ciencia para enfrentar los desafíos del futuro», señala Audrey Azoulay, directora general de la Unesco.

Las mujeres han demostrado, una y otra vez, que tienen el talento y la capacidad para hacer grandes aportes a la ciencia y la tecnología. Ahora, la tarea es garantizar que tengan las mismas oportunidades y el reconocimiento que merecen y que cada vez más niñas se interesen en las ciencias, hagan una carrera y digan “Yo puedo”.

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