Desde niña, Graciela tuvo problemas con los números. Cuenta que, en la escuela, invertía las cifras al copiar los ejercicios de matemáticas que el profesor ponía en la pizarra. “Puede parecer chistoso, pero, incluso, el número 3 lo escribía al revés, como si fuera una E”, recuerda.
Su problema se acentuó cuando entró a secundaria porque “jamás” sacaba los resultados del libro de texto en los ejercicios de álgebra. Luego de una serie de pruebas psicotécnicas, fue la psicóloga del colegio quien le reveló que sufría de discalculia. Se trata de una dificultad de aprendizaje, considerada como de las principales causas del bajo rendimiento o fracaso escolar.
Karen Meneses, psicopedagoga y docente de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, asegura que algunos niños y adolescentes afrontan dificultades de aprendizaje que si no son tratadas a tiempo podrían derivar en problemas mayores o trastornos en la autoestima, en la personalidad o en la alimentación, entre otros.
Un trastorno específico del aprendizaje es una dificultad en una o más habilidades necesarias para aprender. Comienza durante la edad escolar y persiste hasta la edad adulta. En casos relevantes, incide en un rendimiento académico sustancialmente inferior al nivel o calidad esperados para la capacidad intelectual y la instrucción recibida.
De forma sencilla, Meneses aclara que se considera ‘dificultad’ cuando existe una deficiencia de aprendizaje en el niño, niña o adolescente dentro de su proceso formativo, mismo que se convierte en trastorno cuando persiste en el tiempo.
“La edad para diagnosticar cualquier dificultad en el aprendizaje es a partir de los 6 a los 8 años. Se recomienda que los maestros, educadores, padres de familia tengamos especial atención, cuando el niño o la niña presenta esta dificultad al momento de realizar las tareas”, dice la psicopedagoga.
Cómo identificar dificultades de aprendizaje
De vez en cuando, los niños pueden tener dificultades en la escuela con respecto a algunos temas o habilidades.
Tener un trastorno del aprendizaje significa que un niño tiene dificultad en una o más áreas del aprendizaje, aun cuando su motivación o inteligencia en general no estén afectadas.
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (Estados Unidos) asegura que algunos de los síntomas recurrentes de los trastornos del aprendizaje son:
– Dificultad para distinguir entre derecha e izquierda
– Invertir letras, palabras o números después de primer o segundo grado
– Dificultad para reconocer patrones, o clasificar objetos por su tamaño o forma
– Dificultad para entender y seguir instrucciones, o mantenerse organizado
– Dificultad para recordar lo que se acaba de decir o lo que se acaba de leer
– Falta de coordinación al moverse
– Dificultad para realizar tareas con las manos, como escribir, cortar o dibujar
– Dificultad para entender el concepto del tiempo
Las dificultades de aprendizaje
La dislexia, básicamente, consiste en la dificultad para leer e identificar la relación entre los sonidos del habla con las letras y palabras.
Se la identifica a partir de la escritura espejo (escribir las letras o números igual que si se reflejaran en un espejo), confundir la B con la D, la P con la Q que el niño no lo hace de forma intencional.
“Simplemente es el cerebro del niño, por eso es un trastorno del neurodesarrollo también, porque el cerebro va cambiando estas letras. No es voluntario y eso es bueno que lo recalquemos porque muchas veces incluso los papás confundimos con una rebeldía del niño”, manifiesta la académica.
La disgrafía es una condición por la que una persona presenta serias dificultades para escribir bien. Puede ser debido a cuestiones de ortografía, caligrafía o ambos tipos de problemas a la vez.
Otra dificultad en el aprendizaje es la discalculia, que hoy en día es bastante común en los escolares. Se trata de la dificultad de realizar ejercicios matemáticos.
“La desconexión se da al momento de interrelacionar la lógica, la matemática. Esas son las campanitas que nos tienen que alertar que algo está pasando con mi niño”, indica.
Podemos hablar también de la disortografía, que consiste en un conjunto de errores de la escritura que afectan a la ortografía, pero no afectan al trazado, la forma ni la dirección de las letras y palabras escritas.
El TDAH es un trastorno que se da más en la etapa escolar. “Son los denominados niños problema en el aula”, dice Meneses. Es uno de los trastornos del neurodesarrollo más frecuentes de la niñez. Los niños con TDAH pueden tener problemas para prestar atención, controlar conductas impulsivas o ser excesivamente activos.
“El niño, por naturaleza es impulsivo, inquieto, es un ser social y quiere jugar (…)”, explica Meneses.
Cada una de estas dificultades o trastornos requiere atención diferenciada. Sin embargo, lo más importante es capacitar a los maestros y maestras, para identificarlas durante el proceso de aprendizaje, antes de que lleguen a convertirse en un trastorno.
Por ejemplo, en la dislexia, se puede hacer ejercicios como sopa de letras, trabalenguas o copiados. “Aunque se diga que no es bueno copiar porque forma parte de una educación tradicional, ayuda a los niños que tienen problemas de aprendizaje, porque le permite practicar su escritura, al momento de copiar una historia o un cuento en un cuaderno”, puntualiza Meneses.
Sistema educativo indiferente ante esta problemática
Si bien la Ley Avelino Siñani – Elizardo Pérez manda que el Estado es responsable de la atención a las personas con discapacidad, con dificultades en el aprendizaje o con talento extraordinario, lamentablemente, solamente se da atención a las personas con discapacidad, dejando a los otros dos grupos en ‘abandono’.
La capacitación a maestras y maestros del sistema educativo para que identifiquen y atiendan a estos grupos de personas debe ser continua, ya que el maestro tiene la capacidad y oportunidad de diagnosticar por su relación con el estudiante en el aula.
La promoción de centros exclusivos que puedan atender a las personas con dificultades en el aprendizaje es una asignatura pendiente del Estado. “Necesitamos espacios donde los papás, las mamás, los educadores, deriven a los niños y niñas con dificultades de aprendizaje, porque si no se trata a tiempo, incluso llega a la edad adulta, a la vida universitaria, o la etapa laboral, y se arrastra esta dificultad”.
La psicopedagogía es una disciplina bastante reciente que se encarga del estudio de los procesos de aprendizaje y enseñanza. Como el propio término indica, en ella convergen la psicología y la pedagogía.