Por Dennis Luizaga
Pensar en nuevas tendencias y destinos turísticos marca el paso diario para la innovación de servicios. La tecnología es un soporte esencial para planificar correctamente una ruta que permita al visitante, por ejemplo, cocinar su propio menú o que la realidad virtual ofrezca una experiencia diferente.
“Algunas formas de innovar en turismo incluyen el uso de inteligencia artificial para brindar asistencia y recomendaciones personalizadas a los viajeros, está la implementación de sistemas de realidad virtual para ofrecer experiencias inmersivas antes de viajar y la digitalización de procesos como check-in y reservas para optimizar la eficiencia y reducir los tiempos de espera”, explica María Eugenia Gonzáles, docente de Administración de Hotelería y Turismo.
La ruta de la Atlántida fue la propuesta del investigador inglés J. Allen, cuando publicó su libro con ese título y en esa tesis planteaba la teoría de que el mítico continente, de la primera civilización de la humanidad, tenía como capital al altiplano de Oruro, en la Pampa Aullagas.
Con una serie de visitas al campo del especialista en cartografía en Reino Unido, y tras una exposición en 2004, las autoridades locales y nacionales bolivianas tomaron con atención la importancia del trabajo y con entusiasmo adelantaron la posibilidad de promocionar el lugar de la supuesta capital atlante, como destino turístico. La idea duró un par de años con eco, pero sólo para congregar a personas en el denominado año nuevo andino amazónico.
La ausencia de planificación en el proyecto dejó en olvido las intenciones turísticas y el trabajo de investigación quedó en las páginas de los tres libros que publicó Allen, además en las imágenes del documental que hizo Discovery Channel.
“Aunque no existe una fórmula mágica, la planificación estratégica es clave para el éxito en la industria del turismo. Es fundamental comprender a los clientes y adaptar los productos y servicios turísticos a sus necesidades y preferencias. Además, es importante estar al tanto de las últimas tendencias y adaptarse rápidamente a los cambios del mercado para mantener una posición competitiva”, enfatiza Gonzáles.
La académica de Unifranz sostiene que la innovación en turismo debe ser en todo momento, ya que la tecnología da pasos grandes y obliga a que los profesionales no dejen de actualizarse y que las empresas estén dispuestas a cambios sobre la marcha.
Algunos ejemplos de innovaciones en turismo es el experience-based, que son experiencias turísticas inmersivas y auténticas, como tours culinarios, recorridos temáticos o actividades relacionadas con el patrimonio cultural.
También está el turismo sostenible, de servicios que se centran en la conservación del medio ambiente y la reducción de impactos negativos, por ejemplo, los alojamientos eco-friendly, los alojamientos inmersivos, en comunidades y culturas ancestrales, con vivencias reales y tours.
El turismo de aventura es otra tendencia, con paracaidismo, senderismo en montañas, tours de supervivencia o deportes acuáticos; la tecnología ayuda a desarrollar estas experiencias.
Finalmente, el turismo tecnológico que aplica la realidad virtual, aumentada, inteligencia artificial y chatbots para mejorar la experiencia del cliente y personalizar servicios, pero también para que los viajes ofrezcan un antes y un después en cada oportunidad.
En un contexto boliviano, la innovación pasa por convertir al país en un destino turístico exitoso, donde se involucren actores políticos, comunitarios y la sociedad en su conjunto.
“Se pueden desarrollar paquetes turísticos que combinen visitas a sitios históricos y culturales con actividades al aire libre, sumando tecnología virtual y de experiencia vivencial. En gastronomía, se puede aplicar el turismo culinario, basado en hacer y probar nuestra comida auténtica, hecha por manos del turista. En lugares arqueológicos, montar tecnología y actores que hagan representaciones de diferentes momentos de la vida de quienes vivieron en el lugar”, agrega Gonzáles.
Startup turístico, un paso a la innovación tecnológica
Un startup turístico se refiere a una empresa nueva e innovadora que ofrece servicios o productos turísticos diferentes y creativos. Se basa en la aplicación de tecnología y nuevas ideas para mejorar la experiencia del cliente y aumentar la eficiencia operativa.
Para desarrollar un startup turístico en Bolivia se debe investigar el mercado, comprender las necesidades y preferencias de los viajeros y adaptar los servicios según los resultados. El segundo paso es desarrollar propuestas de valor único, algo diferente y atractivo que destaque entre la competencia, no es necesario inventar.
El tercer paso es usar tecnología para mejorar la eficiencia y la experiencia del cliente, por ejemplo, crear aplicaciones móviles para reservas, para modificaciones en las mismas o un chatbot para atención al cliente, un WhatsApp en vivo, con personas y otras muchas utilidades tecnológicas.
Finalmente, involucrar a los actores locales, establecer alianzas con empresas locales. Una de las características del turismo es la interdependencia entre subproductos, para garantizar un servicio de excelencia, afirma la académica de Unifranz.
“La planificación comienza en políticas de Estado que favorezcan al turismo, pero también en cada persona que vea en el turismo la oportunidad de convertir al Estado Plurinacional de Bolivia, en un destino turístico exitoso”, agrega Gonzáles.
Sobre la automatización de los servicios turísticos, la profesional entrevistada asegura que tiene ventajas, porque mejora la eficiencia y reduce los costos operativos al eliminar tareas manuales repetitivas. Y, la desventaja podría ser la pérdida de interacción humana y la falta de flexibilidad para adaptarse a situaciones no previstas, falta de capacitación y otros.
En este tiempo de tecnología, algunas ideas de servicios de turismo quedan obsoletas, como los mapas impresos, los folletos turísticos en papel y los itinerarios y boletos impresos en papel; también las entradas a museos, pases de abordar, etiquetas de equipaje que ahora son electrónicas y con mucha más información que antes, “y un sinfín de detalles que ahora ya no se utilizan a nivel global”, detalla Gonzáles.