Por Manuel Filomeno
“Tres años de experiencia deseables”, “Tener experiencia en el área”, “Contar con trabajo previo en el rubro”, son frases comunes en las convocatorias de empleo, las cuales suelen desanimar a los profesionales recién egresados de las aulas universitarias, ya que este requerimiento suele ponerlos en una espiral sin fin: “si no trabajo, no consigo experiencia, pero no puedo acumular experiencia si no trabajo”.
Sin embargo, más allá del campo laboral, existen otras maneras de obtener experiencia específica, demostrable y tangible.
“Los empleadores siempre van a pedir experiencia específica al cargo, inclusive si se trata de trabajadores nuevos, pero esta experiencia no significa haber trabajado con anterioridad”, explica Pablo Ardaya, experto en Gestión del Talento Humano por Competencias, magíster en gestión empresarial y actual director nacional de Capital Humano de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Ardaya indica que la experiencia no necesariamente viene de haber permanecido en un puesto laboral, sino que se forma a lo largo de la vida, con prácticas pre profesionales, con talleres, participación en grupos y sociedades, entre otras actividades.
Por ejemplo, el experto señala que un profesional de ingeniería de sistemas que desde el colegio se ha mantenido cercano a grupos de programación, ha participado de eventos como “hackatones” o retos abiertos y ha publicado algunos de sus programas, ha acumulado experiencia práctica, más allá de si trabajó o no de manera formal en una empresa.
“Cuando un estudiante realiza prácticas, se enrola en situaciones diferentes, ya sea por hobby o por aprendizaje, cuando uno en el colegio o en la universidad ha pertenecido a diferentes grupos o sociedades científicas o ha participado en diferentes ferias está generando experiencia”, expresa el experto.
Diego Urioste, coordinador del Observatorio Nacional del Trabajo (ONT), institución que forma parte del centro de pensamiento estratégico de Unifranz, afirma que otras actividades, como el voluntariado, el intercambio internacional o las prácticas universitarias también son primordiales a la hora de ganar experiencia
“Las empresas e instituciones valoran varios tipos de experiencia al momento de contratar, como la experiencia laboral previa, prácticas y pasantías, proyectos relevantes, experiencia internacional, también, el voluntariado y actividades extracurriculares, entre los principales tipos de experiencia que buscan”, expresa.
¿Qué papel juega la universidad?
Urioste indica que la educación superior a menudo enfrenta críticas por varias carencias en la preparación de nuevos profesionales, sin embargo, esta visión está cambiando.
“Se critica a las universidades por la supuesta desconexión con la realidad laboral que se da a partir de que los currículos muchas veces no reflejan las demandas actuales del mercado, lo que lleva a una desalineación entre lo que se enseña y lo que se necesita en el ámbito profesional. Por otro lado, la falta de formación práctica, dado que muchas instituciones priorizan la teoría. Sin embargo, la integración de prácticas profesionales, proyectos colaborativos con empresas y programas de aprendizaje basado en la experiencia ayuda a equilibrar la teoría y la práctica, preparando mejor a los estudiantes para sus futuras carreras”, expresa.
El coordinador del ONT apunta que es importante que la educación superior tome acciones para integrar la práctica de mejor manera en sus currículos, de lo contrario formará profesionales con conocimientos conceptuales, pero sin experiencia real en la aplicación de esos conocimientos.
Asimismo, Ardaya manifiesta que las universidades deben buscar que la experiencia incorpore habilidades blandas y ética para sus estudiantes.
“Los nuevos profesionales deberían egresar con una combinación de competencias técnicas y blandas. Competencias técnicas como el dominio de las habilidades específicas de su campo, manejo de herramientas y tecnologías relevantes, y capacidad para aplicar conocimientos teóricos en situaciones prácticas. Las competencias blandas como habilidades de comunicación, liderazgo, trabajo en equipo, resolución de problemas, pensamiento crítico y adaptabilidad. De igual manera es importante trabajar en la capacidad para utilizar y adaptarse a nuevas tecnologías, herramientas digitales y plataformas de colaboración. Finalmente, no se puede dejar de lado la ética profesional y responsabilidad social sobre las implicaciones éticas del trabajo y compromiso con prácticas profesionales responsables y sostenibles”, puntualiza Urioste.
Cómo mostrar la experiencia
Según Ardaya, la mejor manera de mostrar la experiencia, es a través de una estrategia de documentación y presentación.
“Creo que lo importante es mostrar, dentro de la hoja de vida, que tenemos esa experiencia en diferentes campos. Lo primero que tenemos que hacer es quitarnos de la mente que esa experiencia tiene que ser en otra empresa. La experiencia uno la va forjando en cada momento de la vida y es bueno que sepamos reflejar en un curriculum, transcribiendo lo que hemos aprendido a hacer lo que somos capaces de hacer independientemente de donde lo hayamos hecho”, expresa.