Internacionalización, estrategia clave para la empleabilidad global de los nuevos profesionales
Por Andres Zankis

En un mundo cada vez más conectado y competitivo, la internacionalización se ha convertido en un componente esencial en la formación de los profesionales del futuro. Más allá de los conocimientos técnicos, las empresas y organizaciones buscan talentos capaces de desenvolverse en contextos multiculturales, que dominen más de un idioma y cuenten con experiencias que les hayan abierto la mente y fortalecido sus habilidades blandas.
“La experiencia internacional, ya sea a través de un intercambio académico, una pasantía en el extranjero, o un proyecto colaborativo con estudiantes de otros países, proporciona una perspectiva global que enriquece profundamente el perfil de un egresado. Este tipo de vivencias permite a los estudiantes salir de su zona de confort, conocer otras realidades y desarrollar una capacidad de adaptación que es cada vez más valorada por el mercado laboral”, resalta María Fernanda Ollé, coordinadora nacional de Movilidad Internacional de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Ollé señala que uno de los principales beneficios de la internacionalización es el desarrollo de competencias globales. Estas incluyen la capacidad de comunicarse de manera efectiva en distintos idiomas, el entendimiento de diferencias culturales y el pensamiento crítico aplicado a contextos internacionales. Estas habilidades son indispensables en industrias que operan a nivel global o que tienen interacción constante con otros mercados.
Además, destaca que la internacionalización contribuye al fortalecimiento de habilidades blandas como el liderazgo, la responsabilidad, la resolución de problemas y el trabajo en equipo intercultural. Al enfrentarse a nuevos entornos, los estudiantes aprenden a manejar la incertidumbre, a tomar decisiones en contextos diversos y a trabajar con personas con diferentes formas de pensar.
Otra gran ventaja es la generación de redes profesionales internacionales. Gracias a estas experiencias, los estudiantes pueden establecer vínculos con docentes, empresas y otros jóvenes profesionales de distintos países. Estas conexiones no solo enriquecen el aprendizaje durante la etapa universitaria, sino que abren puertas a oportunidades laborales y colaboraciones futuras.
“La internacionalización también tiene un impacto directo en la empleabilidad. En muchos sectores, haber estudiado o trabajado en el extranjero es visto como un punto fuerte en el currículum. Las empresas valoran especialmente a los candidatos que han demostrado iniciativa, autonomía y capacidad para desenvolverse en entornos diversos, ya que estas cualidades son indicadoras de un alto potencial de liderazgo”, enfatiza la representante de Unifranz.

Además del valor profesional, vivir una experiencia internacional promueve un crecimiento personal profundo. Los estudiantes regresan con una visión más amplia del mundo, mayor tolerancia y empatía, así como una actitud más proactiva frente a los desafíos. Esta transformación interna muchas veces influye positivamente en su desarrollo académico y su motivación para seguir aprendiendo.
La internacionalización es una herramienta de transformación integral que potencia las capacidades profesionales, mejora la empleabilidad y prepara a los jóvenes para enfrentar el mundo con una mentalidad global y resiliente. Apostar por este tipo de formación es, sin duda, una inversión inteligente en el futuro.