Innovación científica y amor: los pilares para vencer el cáncer infantil

Por Lily Zurita Zelada

El cáncer infantil es una realidad que afecta a numerosas familias en Bolivia y el mundo. A pesar de su complejidad, los avances médicos, la tecnología de vanguardia, la aplicación de tratamientos adecuados y un fuerte soporte emocional se han consolidado como pilares fundamentales en la lucha contra esta enfermedad.

“Gracias a los avances médicos cada vez se logra salvar la vida de más niños y niñas. Lo importante es detectarlo a tiempo, contar con tratamientos adecuados y seguir impulsando la investigación. Además, el cariño y el apoyo emocional para los pequeños y sus familias hacen una gran diferencia en su recuperación”, destaca Gabriel Mendoza, docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

Un ejemplo inspirador de esta lucha es el de Edson Mendoza, quien fue diagnosticado con Leucemia Mieloide Aguda a los 13 años. En Sucre, los médicos no le dieron muchas esperanzas, pero su familia decidió luchar y trasladarlo a La Paz en busca de tratamiento. La ciudad le era desconocida y la soledad fue uno de sus mayores desafíos, ya que sus padres no podían acompañarlo constantemente. Sin embargo, encontró en el hospital una nueva familia: médicos, enfermeras y otros niños en tratamiento que le dieron la fuerza para seguir adelante. A pesar de la dureza de las quimioterapias, su espíritu nunca se quebró.

Tras una década de controles médicos, Edson está a punto de recibir el alta definitiva. Convertido en un símbolo de esperanza, regresa a La Paz cada vez que puede para animar a otros niños en tratamiento. “Uno piensa que todo está perdido, pero cuando ves a alguien que ha sobrellevado esto, le pones más ganas a la recuperación. Me alegra mucho dar ese granito de arena de mi parte”, dice con una sonrisa.

Cada 15 de febrero se conmemora el Día Internacional del Cáncer Infantil, una fecha destinada a sensibilizar sobre esta enfermedad y los desafíos que enfrentan quienes la padecen. Este día nos recuerda la importancia de unir esfuerzos para mejorar la calidad de vida de los niños y adolescentes con cáncer, y promover avances en su tratamiento.

Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dan cuenta que, cada año, alrededor de 30.000 niños, niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe son diagnosticados con cáncer, y casi 10.000 pierden la vida debido a la enfermedad.  

Su origen está en mutaciones genéticas

El cáncer infantil se origina por mutaciones genéticas espontáneas que provocan el crecimiento descontrolado de células malignas. Mendoza explica que, a diferencia de los adultos, en los niños no suele estar relacionado con factores ambientales o de estilo de vida. 

Según la OMS, los tipos más comunes son:

  • Leucemia linfoblástica aguda (LLA): afecta la sangre y la médula ósea, con mayor incidencia entre los 2 y 5 años.
  • Tumores cerebrales: son la segunda causa más frecuente y pueden afectar el sistema nervioso central.
  • Neuroblastoma: suele diagnosticarse en niños menores de 5 años.
  • Linfomas: afectan el sistema linfático y son más comunes en mayores de 10 años.
  • Sarcomas óseos: como el osteosarcoma, predominante en adolescentes.

Diagnóstico temprano

Detectar el cáncer infantil a tiempo es fundamental. Los signos de alerta incluyen fiebre persistente, pérdida de peso sin razón aparente, fatiga extrema, moretones frecuentes y dolores de cabeza intensos. 

La Guía de Diagnóstico Oportuno del Cáncer en la Niñez y Adolescencia, presentada en 2024 por el Ministerio de Salud, busca capacitar a los profesionales de la salud en la identificación precoz de estos síntomas.

Mendoza resalta que “una detección temprana permite iniciar el tratamiento en las primeras fases de la enfermedad, lo que mejora significativamente las posibilidades de curación”.

Innovaciones en tratamientos

Los avances en medicina de precisión, los tratamientos oncológicos son cada vez más efectivos y menos invasivos. Los exámenes genéticos permiten detectar mutaciones específicas en los tumores, lo que ayuda a personalizar la terapia para cada paciente.

El médico señala que uno de los tratamientos más prometedores es la inmunoterapia, que estimula el sistema inmunológico para que ataque las células cancerígenas. Esta técnica ha demostrado ser más segura que la quimioterapia, reduciendo efectos secundarios. 

“Gracias a la inmunoterapia, muchos niños han logrado una remisión completa sin necesidad de procedimientos agresivos”, puntualiza.

Otro gran avance es la radioterapia de precisión, que permite atacar los tumores con mayor exactitud, minimizando daños en tejidos sanos circundantes. 

Desafíos y avances en Bolivia

En el país, los principales centros de referencia para el tratamiento del cáncer infantil son el Hospital del Niño “Dr. Ovidio Aliaga Uría” en La Paz, el Hospital del Niño “Manuel Ascencio Villarroel” en Cochabamba y el Instituto Oncológico del Oriente Boliviano en Santa Cruz. Sin embargo, la escasez de especialistas y recursos sigue siendo un obstáculo para la atención integral de los pacientes.

Mendoza indica que, si bien el gobierno ha implementado políticas como la atención gratuita para niños con cáncer a través del Sistema Único de Salud (SUS) y programas de concienciación para mejorar la detección temprana, se necesita mayor inversión en equipamiento y formación de médicos especialistas para garantizar un tratamiento oportuno y efectivo.

Impacto del apoyo emocional en la recuperación

Más allá de los tratamientos médicos, el acompañamiento emocional es fundamental en la recuperación de los niños con cáncer. La presencia y el apoyo de la familia, así como el acceso a terapias psicológicas, pueden marcar una gran diferencia en la lucha contra la enfermedad.

“El amor, la esperanza y el apoyo psicológico fortalecen la resiliencia de los niños y sus familias. Un entorno positivo contribuye enormemente a la respuesta al tratamiento”, señala Mendoza. En este sentido, diversas ONGs y grupos de voluntariado han trabajado en la creación de espacios lúdicos y terapias de acompañamiento para mejorar la calidad de vida de los pacientes.

La combinación de avances médicos, tecnología de vanguardia y un fuerte soporte emocional ha permitido que la tasa de supervivencia del cáncer infantil aumente significativamente en los últimos años. A pesar de los desafíos en el acceso a tratamientos, la investigación y la inversión en salud en el país siguen siendo claves para garantizar que más niños puedan superar la enfermedad.

El cáncer infantil es una batalla que nadie elige pelear, pero con un diagnóstico temprano, un tratamiento adecuado y un sólido apoyo emocional, se puede vencer. Edson es prueba de ello. Dejó atrás la enfermedad y ahora persigue sus sueños con la misma fuerza con la que luchó por su vida. Su historia es un testimonio de resiliencia, amor y la importancia del apoyo emocional en la lucha contra el cáncer infantil.

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