Inclusión financiera, un reto para el Estado, la banca y las universidades

Inclusión financiera, un reto para el Estado, la banca y las universidades

Por Manuel Filomeno

Tener una cuenta de ahorro, acceder a financiamiento, alcanzar la independencia económica o dejar de depender de otros para pagar bienes y servicios, son algunas de las ventajas de la inclusión financiera. Sin embargo, en el país, muchas personas, ya sea por falta de educación, brechas digitales, generacionales o de género no tienen la oportunidad de acceder a estas ventajas.

Según el Banco Mundial, la inclusión financiera se refiere al acceso que tienen las personas y las empresas a diversos productos y servicios financieros útiles y asequibles que atienden sus necesidades (transacciones, pagos, ahorro, crédito y seguros) y que se prestan de manera responsable y sostenible.

Asimismo, la inclusión financiera es un elemento que facilita la consecución de siete de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, de la Agenda 2030 de Naciones Unidas (ONU). 

Por otra parte, el Grupo Banco Mundial considera que la inclusión financiera es un elemento facilitador clave para reducir la pobreza extrema y promover la prosperidad compartida. 

“El tema de inclusión financiera tiene que ver primero con un tema de educación financiera, el hecho de que todas las personas deben ser incluidas y alfabetizadas digitalmente, incluso aquellas que, algunas veces, no son receptivas a esas tecnologías, como, por ejemplo, las personas de mayor edad, que están acostumbradas a lo físico”, señala Sergio Colque, asesor principal de política económica del Banco Central de Bolivia (BCB).

De acuerdo con el asesor del BCB, la pandemia obligó a que las personas se acostumbren al tema de la virtualidad y a la no presencialidad en los servicios financieros. 

“Por ejemplo, se han presentado innovaciones en la forma en la que interactuamos con la banca y los servicios. Por ejemplo, ahora hay la factura electrónica, antes uno tenía que ir a la empresa para pedir su factura y hoy día todo es digital, uno puede tener en su celular la aplicación de su banco, realizar transferencias, pagar con QR, todo desde la comodidad de sus hogares”, explica.

Sin embargo, estas innovaciones también han dejado a sectores de la población aislados, ya que no cuentan con los conocimientos tecnológicos para utilizar los servicios.

Colque, quien participó en el Congreso Internacional de Innovación Empresarial, organizado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, agrega que es necesario concientizar y socializar las ventajas de la inclusión financiera entre las personas menos receptivas con las nuevas tecnologías, ya que éstas son la llave para acceder a muchos de los servicios financieros más comunes de manera rápida y segura.

“Las nuevas tecnologías plantean muchas ventajas para la inclusión financiera, en términos de tiempo, en términos de seguridad, en ahorro de no solamente tiempo, sino ahorro en términos de costo, inclusive, y eso es un desafío que el BCB está impulsando con el tema de educación financiera”, agrega el experto.

El papel de la educación financiera

Por su parte, el secretario ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban), Nelson Villalobos, señala que es de suma importancia incluir la educación financiera en la currícula de las escuelas y universidades para impulsar la inclusión de las nuevas generaciones al sistema financiero.

Creo que es importante que, desde temprana edad, los padres inculquen a los hijos el concepto del ahorro. Es importante que la gente que sale del colegio y está en años universitarios, conozca qué significa la banca, qué servicios ofrece la banca, qué ventajas va a encontrar en los servicios bancarios familiares. Los niños y jóvenes deben familiarizarse con todos estos conceptos. La educación es una buena contribución a la cultura financiera de la gente y, por lo tanto, debería ser motivo de atención por parte de las autoridades en el ámbito educativo de incorporar la educación financiera en la currícula escolar. Incluso, yo diría, en la propia currícula de las universidades”, explica.

Villalobos agrega que, desde Asoban, se impulsa la educación e inclusión financiera, mediante herramientas digitales y recursos didácticos como la plataforma ‘Descubre’.

“Tenemos una plataforma de educación financiera llamada ‘Descubre’:  Descubre lo simple de las finanzas. Es una plataforma de libre acceso al público, amena, donde uno puede conocer cuál es el relacionamiento con una entidad bancaria, cuáles son los derechos que tiene un cliente de un banco o sus obligaciones, a qué productos puede acceder, cuáles son las cualidades o características de estos productos. 

El secretario ejecutivo de Asoban señala, también, que, si bien la cultura del ahorro y la inclusión financiera en Bolivia ha ido desarrollándose, todavía existe un espacio para fomentarla. Por lo que, “los esfuerzos educativos y la promoción de la importancia del ahorro pueden contribuir a un mayor desarrollo de esta cultura en el país”.

De acuerdo a la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), la cantidad de cuentas de depósito se quintuplicó entre 2007 y 2023, pasando de 2,7 millones a más de 14,7 millones. 

Por otra parte, el número de prestatarios, como porcentaje de la población económicamente activa, pasó de representar sólo el 14,8% en 2007 a cerca del 28% en julio de 2023, mostrando que cada vez un mayor número de personas accede a créditos en el sistema financiero, denotando los avances en inclusión financiera. 

Otro indicador que evidencia el creciente uso de los servicios financieros es el número de tarjetas de débito que, en los últimos 10 años, prácticamente se triplicó, registrando a julio de 2023 un número superior a los 6,5 millones, aspecto que está en línea con el aumento significativo de la utilización de medios electrónicos de pago, que cobró aún más fuerza después de la pandemia.

Brechas

De acuerdo con una investigación de ONU Mujeres, presentada en 2022, a pesar de los avances en la inclusión financiera que ha tenido el país, las mujeres continúan siendo uno de los sectores con mejor acceso a servicios financieros.

El estudio, que se centró en la situación económica de emprendedoras y empresarias en Bolivia entre 2010 y 2020. Muestra que el 80% de las mujeres mayores de 20 años en el país no acceden a créditos y la brecha de acceso en relación con los hombres es del 36%, de acuerdo a las indagaciones con base en datos de la ASFI.

Además, los créditos dirigidos a mujeres sólo representan el 35 % del total de préstamos otorgados a personas naturales y el 25 % del total de la cartera del sistema, según las investigaciones.

Asimismo, el 91 % del monto total de la cartera de créditos otorgado a mujeres se concentra en el área urbana y tan sólo el 9% corresponde al área rural.

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