Por Manuel Filomeno
La mejora de, al menos, un 10% en la conectividad e inclusión digital de los escolares podría tener un impacto significativo en la economía de los países, desbloqueando el potencial de las generaciones más jóvenes desde la educación.
“La formación en competencias digitales no solo mejora las perspectivas de empleo de los jóvenes, sino que también les brinda las herramientas necesarias para prosperar en un mundo laboral que cada vez depende más de la tecnología, cuyos empleadores buscan candidatos con habilidades digitales”, explica Giovanna Álvarez, docente de la carrera de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Álvarez agrega que la conectividad y la inclusión digital permiten a los estudiantes acceder a una cantidad extensa de recursos en línea, como libros, videos educativos o plataformas de aprendizaje, entre otros recursos.
“Asimismo, la educación a distancia facilita que estudiantes de lugares remotos se conecten con profesores y expertos de diferentes partes del mundo superando de esta manera las limitaciones geográficas. También permite que los maestros en áreas rurales puedan acceder a programas de capacitación y desarrollo profesional en línea, mejorando su enseñanza y por lo tanto la calidad educativa porque se sienten motivados a enseñar”.
Esta sinergia de elementos hace que la conectividad potencie las capacidades de los estudiantes, sobre todo en las etapas escolares, ayudando a su formación en las competencias digitales que demanda el mundo actualmente.
En este mundo, cada vez más digital, la conectividad crea posibilidades para las personas en todas partes. Sin embargo, a pesar de que la cobertura de las redes móviles se extiende al 92% del mundo, más de 2.500 millones de personas aún carecen de acceso a Internet, según datos del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés).
Un informe, recientemente publicado por el Economist Intelligence Unit (EIU) del WEF, subraya la importancia de la conectividad escolar para mejorar los resultados de aprendizaje e impulsar las economías. Según el documento, en los países menos desarrollados, un aumento del 10% en la conectividad escolar podría mejorar los años efectivos de escolarización de los niños en un 0,6% y aumentar el PIB per cápita en un 1,1%.
“Estas cifras ponen de relieve el papel central de la educación digital en fomentar el desarrollo económico y mejorar la calidad de vida de la población”, expresa el WEF.
Al respecto, Lorena Ulloa Bersatti, miembro de la Jefatura de Enseñanza Aprendizaje (JEA) de Unifranz, indica que la amplia variedad de recursos en línea, desde videos y libros electrónicos hasta cursos interactivos, permite a estudiantes de todos los orígenes aprender a su propio ritmo y de acuerdo a sus necesidades individuales.
Esta personalización del aprendizaje, junto con la facilidad para colaborar con otros estudiantes a nivel global, enriquece significativamente la experiencia educativa y prepara a los estudiantes para un futuro cada vez más digital.
“La inclusión digital es un motor de cambio social que reduce las desigualdades educativas y económicas. Al proporcionar acceso a información, recursos educativos y oportunidades de desarrollo profesional, empodera a las personas y les permite construir un futuro mejor. Además, fomenta la conexión social y la participación ciudadana”, expresa.
El WEF agrega que, aunque la conectividad y la alfabetización digital son fundamentos esenciales, los niños escolarizados también necesitan desarrollar habilidades digitales de alto nivel que garantizarán su éxito. Se sabe que la comprensión de la programación y la codificación, por ejemplo, anima a los grupos subrepresentados a seguir una educación avanzada en TIC e ingresar a los campos STEM.
Competencias
Para Ulloa, en un mercado laboral cada vez más digitalizado, dinámico y en constante evolución, las habilidades tecnológicas son un requisito indispensable. Las competencias digitales empoderan a los jóvenes para crear sus propios negocios.
“Las herramientas digitales facilitan la comunicación y la colaboración en entornos de trabajo cada vez más globalizados. Esto es fundamental para trabajar en equipos diversos y multiculturales, lo que es cada vez más común en el mundo laboral actual. Esto no solo les ayuda a ser más autónomos, sino que también les permite explorar nuevas ideas y enfoques en su trabajo”, agrega.
La experta del JEA, además, explica que la digitalización ha transformado la manera en que trabajamos y nos comunicamos, y aquellos que cuentan con una sólida formación en competencias digitales tienen una ventaja significativa. Estas habilidades les permiten no solo ser más competitivos en el mercado laboral, sino también innovar y emprender en un mundo lleno de posibilidades.
Sin embargo, para lograr la conectividad plena, según Álvarez, será necesaria la colaboración entre los diferentes actores sociales.
“La colaboración entre gobiernos, sector privado y organizaciones internacionales es esencial para desarrollar estrategias integrales que promuevan la conectividad y la inclusión digital en la educación, creando un entorno que favorezca el aprendizaje y el desarrollo equitativo. Estas alianzas pueden movilizar recursos financieros y técnicos necesarios para implementar proyectos de conectividad, como la infraestructura de internet y la provisión de dispositivos tecnológicos”, finaliza.