Hiperconectividad: ventajas y desventajas de un fenómeno ambivalente

Hiperconectividad: ventajas y desventajas de un fenómeno ambivalente

Distracciones constantes, ruidos, imágenes, notificaciones de todo tipo o mucha información por los cuatro costados. Cada vez es más difícil escapar de la hiperconectividad, un fenómeno al que nos enfrentamos diariamente y que puede afectar el rendimiento académico de los estudiantes, tanto positiva como negativamente.

La hiperconectividad es un fenómeno que se refiere a la conexión permanente y simultánea de las personas con diversas fuentes de información, comunicación y entretenimiento, a través de dispositivos móviles, internet y redes sociales.

“Este fenómeno tiene ventajas y desventajas para el rendimiento académico de los alumnos, dependiendo del uso que se le dé y de las habilidades que se desarrollen para gestionarla”, explica Ariel Villarroel, experto en educación y metodologías educativas y responsable de la Jefatura de Enseñanza y Aprendizaje (JEA) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

Villarroel señala que, por un lado, la hiperconectividad puede favorecer el rendimiento académico al facilitar el acceso a información relevante, diversa y actualizada, al permitir la comunicación e interacción con otros estudiantes y profesores.

“Al promover el aprendizaje colaborativo y autónomo, al estimular la creatividad y la innovación, y al ofrecer recursos y herramientas digitales que apoyan los procesos de enseñanza y aprendizaje, la hiperconectividad puede tener un impacto positivo”, agrega.

Por otro lado, este fenómeno puede afectar el rendimiento académico al generar distracciones, dispersión y pérdida de atención, al provocar estrés, ansiedad y dependencia tecnológica, al dificultar el desarrollo de habilidades cognitivas como la comprensión lectora, el pensamiento crítico y la resolución de problemas.

“Puede, por ejemplo, fomentar el plagio, la superficialidad y la falta de rigor académico, y al interferir en el sueño, el descanso y la salud física y mental. Éstas son sólo algunas formas en las que la hiperconectividad puede influir negativamente en el desempeño académico”, acota el experto.

Algunas de las maneras en las que la hiperconectividad afecta el proceso de aprendizaje son las siguientes:

Distracción: la disponibilidad constante de dispositivos electrónicos y acceso a Internet puede llevar a distracciones frecuentes. Los estudiantes pueden ser tentados a revisar redes sociales, ver videos, jugar juegos u otras actividades en línea en lugar de concentrarse en sus tareas académicas.

Falta de tiempo: la hiperconectividad puede llevar a una sensación de falta de tiempo. Los estudiantes pueden invertir muchas horas en actividades digitales, lo que deja menos tiempo para estudiar y completar las tareas escolares.

Procrastinación: la facilidad de acceso a la información en línea puede llevar a la procrastinación. Los estudiantes pueden posponer sus tareas académicas en favor de navegar por la web o buscar información de manera constante.

Problemas de sueño: el uso excesivo de dispositivos electrónicos, especialmente antes de acostarse, puede interferir en la calidad del sueño de los estudiantes. La falta de sueño adecuado puede afectar negativamente su capacidad para concentrarse y aprender en el aula.

Problemas de salud mental: la presión social en línea y la exposición constante a la vida de otras personas en las redes sociales pueden tener un impacto negativo en la salud mental de los estudiantes. Esto puede distraerlos de sus estudios y afectar su bienestar general.

Multitarea ineficaz: muchos estudiantes creen que pueden realizar varias tareas a la vez, como estudiar mientras revisan mensajes o redes sociales. Sin embargo, la investigación ha demostrado que la multitarea puede reducir la eficacia y la calidad de la tarea principal.

Para Villarroel, la clave para evitar que la hiperconectividad afecte negativamente el rendimiento académico es el equilibrio.

“La hiperconectividad es un fenómeno ambivalente que puede tener efectos positivos o negativos en el rendimiento académico de los alumnos, según el uso que se le dé. Por ello, es importante que los estudiantes desarrollen competencias digitales que les permitan aprovechar las oportunidades y enfrentar los desafíos que plantea la hiperconectividad en el ámbito educativo”, explica el académico.

Unifranz

La hiperconectividad puede llevar a una sensación de falta de tiempo

La importancia de desconectarse

El experto indica que, en este mundo hiperconectado, desconectarse es muy importante para la salud mental y física, ya que permite relajarse, descansar y disfrutar de otras actividades que aportan bienestar y satisfacción.

“Desconectarse reduce el estrés y la ansiedad, mejora la concentración, la memoria y la creatividad, al despejar la mente y darle espacio para procesar y asimilar lo aprendido”, dice el docente universitario.

Además, según Villarroel, se fortalecen las relaciones sociales, al dedicar más tiempo y atención a las personas que nos rodean y compartir experiencias más auténticas y significativas. Se incrementa la autoestima, el autoconocimiento y la empatía, al conectar con nuestras emociones, necesidades y valores, y comprender mejor los de los demás. Finalmente, brinda felicidad y potencia el equilibrio entre el trabajo y el ocio, al establecer límites saludables y priorizar lo que realmente importa.

El experto advierte que desconectarse no significa aislarse o renunciar a las ventajas de la tecnología, sino usarla de forma consciente y responsable, sin que interfiera en nuestra calidad de vida.

Para lograrlo, se recomienda establecer horarios para revisar el móvil, el correo o las redes sociales, apagar los dispositivos electrónicos al menos una hora antes de dormir, practicar actividades que relajen y diviertan, como leer, hacer deporte o meditar, y buscar espacios de contacto con la naturaleza, que ayudan a desconectar del ruido y el estrés de la ciudad.

“La clave está en encontrar un equilibrio que funcione para cada individuo. Esto puede incluir establecer límites de tiempo para el uso de dispositivos, practicar la desconexión en ciertos momentos del día o de la semana, y ser conscientes de cuándo es necesario desconectarse para mantener la salud y el bienestar”, puntualiza Villarroel.

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