Formando héroes cotidianos: cómo se entrena a la primera línea de respuesta
Por Leny Chuquimia

No todos los héroes llevan capa. A veces, los héroes están en el aula de clases, en la oficina, en la plaza del barrio o en casa. Son personas comunes que, en un instante crítico y gracias a su capacitación, marcan la diferencia entre la vida y la muerte.
Ese es el corazón de la misión que impulsa la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, a través de dos iniciativas fundamentales: el Centro Internacional de Entrenamiento Unifranz (CINTEU) y el grupo de primera respuesta Rescate Unifranz. Un héroe cotidiano no nace del azar, se forma.
Para promover la enseñanza de los primeros auxilios y concienciar sobre su importancia vital en situaciones de emergencia y desastre, cada segundo sábado de septiembre se celebra el Día Mundial de los Primeros Auxilios. La iniciativa fue establecida, hace 25 años, por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Un instante que cambia todo
Imagina la escena: un niño se atraganta durante una comida familiar. El caos podría desbordar el momento, pero alguien se levanta, mantiene la calma y aplica la maniobra correcta. El aire regresa a los pulmones del pequeño. Ese instante convierte a alguien común en un héroe cotidiano. No busca reconocimiento, solo ayuda.
“Existen múltiples situaciones cotidianas en las que los primeros auxilios resultan determinantes: desmayos, atragantamientos, crisis convulsivas, accidentes de tránsito, caídas, quemaduras o incluso cortes simples. La reacción inmediata puede salvar vidas”, explica Aureliano Hurtado, docente de la carrera de Medicina, médico y director del CINTEU.
En todos estos escenarios, la respuesta rápida y correcta puede prevenir complicaciones mayores, reducir riesgos de discapacidad o incluso evitar la muerte. Lo importante es que la persona capacitada actúe con calma y siguiendo protocolos básicos hasta que llegue la asistencia médica.
Los primeros auxilios constituyen, por ello, una competencia esencial. No se trata únicamente de conocimiento técnico, sino de una habilidad práctica que cualquier persona puede necesitar en su vida diaria, dentro o fuera de su entorno profesional.
“En el caso de los universitarios, sin importar la carrera que cursen, este aprendizaje fortalece la responsabilidad social, la solidaridad y el compromiso con la comunidad, valores fundamentales para cualquier futuro profesional”, sostiene Hurtado.
Saber, hacer y ser
Ante situaciones críticas es inevitable hacerse algunas preguntas: ¿qué tan preparados estamos para responder en estas circunstancias? ¿Cuántas personas saben de primeros auxilios? ¿Dónde se forman los héroes cotidianos?
Unifranz decidió no dejar esta preparación en manos del azar. Con la creación del CINTEU, bajo la dirección de Hurtado, se abrió un espacio especializado para entrenar a estudiantes, profesionales y ciudadanos en protocolos de emergencia avalados por certificaciones internacionales.
La propuesta no se limita a la teoría. “El CINTEU trabaja bajo tres pilares: saber (teoría), saber hacer (práctica) y saber ser (actitud ética). La idea es que cada persona no solo aprenda técnicas, sino que desarrolle la confianza y la ética necesarias para actuar en crisis”, enfatiza el doctor.
Lo que diferencia al CINTEU es su enfoque integral. Combina la experiencia académica con metodologías prácticas y simulaciones realistas, utilizando tecnología y escenarios adaptados al contexto boliviano. Además, mantiene alianzas con organismos internacionales que garantizan certificaciones y actualización permanente.
Aunque el centro lleva poco tiempo en funcionamiento, ya consolidó un programa de formación estructurado, incrementó la participación de estudiantes de distintas carreras y atrajo a profesionales externos interesados en actualizarse.
“Cada persona formada en primeros auxilios se convierte en un potencial agente de cambio, capaz de intervenir de manera correcta y de multiplicar lo aprendido en su entorno. En el mediano plazo, este esfuerzo contribuye a una sociedad más resiliente, preparada para enfrentar emergencias y con mayor capacidad de proteger la vida”, asegura Hurtado.
Una comunidad que responde en equipo
El aprendizaje tampoco queda en las aulas. Dentro de la comunidad universitaria se creó el Grupo de Rescate Unifranz, integrado por estudiantes, docentes y personal administrativo. Su objetivo es impulsar una cultura de prevención y solidaridad.
Desde su nacimiento, en 2016, este grupo organiza capacitaciones en primeros auxilios dirigidas a la comunidad universitaria, coordina simulacros de evacuación frente a desastres naturales o situaciones de riesgo, y sensibiliza sobre la prevención de accidentes y enfermedades comunes.
“El grupo brinda asistencia primaria con soporte vital básico, incluyendo reanimación cardiopulmonar en situaciones de emergencia”, explica Joseph Mamani Copa, presidente del grupo y estudiante de sexto semestre de Medicina.
Pero no todas las emergencias se ven a simple vista. Unifranz también impulsa la práctica de los Primeros Auxilios Psicológicos (PAP).
“Una adecuada implementación de PAP permite que la persona recupere la sensación de estabilidad. A veces, una presencia empática y una escucha atenta pueden ser el mejor remedio”, señala Olga San Miguel Rodríguez, directora de Servicios Estudiantiles.
La salud emocional también es una urgencia. Y atenderla a tiempo es otra manera de salvar vidas.
Sembrando confianza y esperanza
Como subraya Hurtado, los primeros auxilios no son exclusivos de Medicina. En Psicología, se relacionan con el acompañamiento en crisis; en Ingeniería, Derecho o Comunicación, con la preparación para responder ante emergencias en espacios laborales, públicos o familiares. En todos los casos, la meta es la misma: brindar ayuda inmediata y eficaz.
“Los primeros auxilios son una competencia esencial para cualquier universitario. Representan la capacidad inmediata de salvar vidas, pero también refuerzan valores como la solidaridad y la responsabilidad social”, insiste Hurtado.
Unifranz está sembrando héroes cotidianos. Personas que no buscan reconocimiento, pero que saben que, cuando llegue el momento, podrán marcar la diferencia. Porque, aunque no todos lleven capa, cualquiera puede ser el héroe que cambie el curso de una emergencia.