Las fiestas de fin de año, aunque celebradas con alegría y mucha esperanza, a menudo pueden generar estrés debido a diversas expectativas, demandas culturales y sociales, así como problemas económicos.
La presión de cumplir con las expectativas propias y ajenas puede derivar en ansiedad, especialmente para aquellos que son propensos a sumergirse en el trabajo y descuidan relaciones familiares a lo largo de todo el año.
Las fiestas de Navidad pueden producir estrés por varios motivos, dice Tatiana Montoya, docente de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
“Uno de ellos tiene que ver con cumplir expectativas de otras personas, las propias y también las de la cultura, del lugar de la familia, de los hijos o de la pareja, por ejemplo”, afirma.
La compensación mediante regalos y atenciones en estas fechas puede aumentar los niveles de ansiedad, acentuando la presión por cumplir con las demandas sociales asociadas a la temporada. Además, eventos como la pérdida de seres queridos, separaciones o estar lejos de la familia pueden generar sentimientos de soledad, estrés y depresión durante la Navidad.
“El no haber superado el duelo por un ser querido que recién partió puede generar depresión, por lo que también se tiene que hacer un proceso de duelo funcional para que la primera vez que se va a pasar la sin ese ser querido sea un poco más fácil y que tenga las herramientas necesarias para hacerlo”, puntualiza la docente universitaria.
Los problemas económicos también contribuyen al estrés navideño, especialmente la dificultad para comprar regalos y la presión para satisfacer las expectativas de los hijos. La falta de límites con los hijos, que puede incluir préstamos de dinero, también agrega una capa adicional de estrés.
El estrés laboral debido a cierres de trabajos y saturación de tareas, junto con el descontrol en los hábitos alimenticios y gastos desmesurados, puede empeorar la situación. Además, la falta de superación de duelos, como la primera Navidad sin un ser querido, también puede desencadenar estrés y depresión.
Estrategias para disfrutar una Navidad en paz y armonía
¿Cómo se puede aprovechar las fiestas de fin de año para reencontrarse y reconciliarse con las personas de las que una vez nos alejamos? Con empatía para disfrutar la compañía, “de estar en pareja, con la familia, los hijos; de perdonar y ser perdonado”, indica Montoya.
Al ser fin de año, también es una buena ocasión para:
Autoevaluación y reevaluación: reflexionar sobre logros personales y evaluar las relaciones cercanas. Considerar qué ha llevado al distanciamiento y trabajar en la resolución de conflictos.
Comunicación profunda: abordar los conflictos de manera profunda, hablar con las personas involucradas y buscar soluciones antes de las festividades. La Navidad no debería ser sólo un momento de abrazos temporales, sino una oportunidad para resolver diferencias de manera significativa.
Establecimiento de límites: reconocer la importancia de establecer límites, especialmente con los hijos, para evitar tensiones innecesarias y problemas económicos. La Navidad no se trata sólo de regalos, sino de momentos significativos en familia.
Aprovechar la tecnología: utilizar herramientas como Zoom y otras plataformas virtuales para conectarse con la familia, especialmente si la distancia física impide la reunión. Entender que la situación puede ser temporal y que la tecnología ofrece alternativas para mantener la conexión.
Valorar la soledad consciente: es decir, respetar la elección de aquellos que prefieren pasar la Navidad solos. La felicidad no siempre está ligada a estar acompañado, por lo que respetar las preferencias individuales es crucial.
“Hay que planificar. Un tiempo de ocio en el momento de reunión de la Navidad, por ejemplo, es importante. También hay familias que se reúnen para charlar, más allá de los regalos. Que el regalo sea el estar juntos, conocerse un poco más, perdonar y perdonarse. También un proceso de autoconocimiento y reevaluación de las metas”, explica la psicóloga.
Importancia de vivir en paz y armonía
Vivir en paz y armonía durante la Navidad es esencial para mantener un equilibrio emocional y físico.
La paz y armonía en el entorno inmediato contribuyen al bienestar mental y ayudan a gestionar adecuadamente las sustancias neuroquímicas asociadas con la ansiedad, la depresión y el estrés.
En esta temporada, más allá de los regalos materiales, se alienta a crear momentos significativos, tales como perdonar y agradecer. Encontrar paz, tanto con uno mismo como con los seres queridos, es clave para experimentar una Navidad verdaderamente enriquecedora.
Montoya señala que, este tipo de emociones y sentimientos que tienen que ver con las personas más significativas en nuestras vidas, como la familia o la pareja, es realmente importante incluso para tener una salud mental y física y un equilibrio personal.
La Navidad ofrece la oportunidad de reflexionar, reconciliarse y disfrutar de momentos valiosos con quienes más importan. Establecer conexiones significativas y practicar la gratitud contribuyen a construir unas fiestas de fin de año significativas.