El insomnio pone en riesgo la calidad de vida de las personas

El insomnio pone en riesgo la calidad de vida de las personas

El insomnio, además de ser un indicador de varias enfermedades, es uno de los factores que más contribuye en el deterioro de la calidad de vida de las personas ya que no solo afecta su rendimiento y estado de ánimo, sino también su salud y desempeño.

Aunque la cantidad de horas de sueño varía en cada persona, en función a su edad y actividades, es la calidad de sueño de la noche la que influye positivamente en el estado de ánimo, bienestar y salud física de las personas.

Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dan cuentan que el insomnio es un problema de salud pública que afecta al 40% de la población a nivel mundial ya que se trata de un trastorno del sueño frecuente que puede causar dificultad para conciliar el sueño o mantenerlo, hacer que la persona se despierte frecuentemente y no pueda volver a dormirse.

Pedro Aramayo, docente de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, puntualiza que el insomnio es un trastorno cuantitativo del sueño, “porque disminuye la cantidad de horas de sueño. Por higiene mental, lo normal debería ser de seis a ocho horas diarias para una persona adulta”.

Alteraciones físicas y mentales

Al alterar las horas de sueño, el insomnio produce alteraciones físicas y mentales. Fisiológicamente las personas tienen neurotransmisores químicos en el organismo, como la melatonina y la adenosina que son las que se encargan de inducir al sueño.

“El insomnio se produce por una alteración biológica de la adenosina o por el déficit de melatonina que son las que nos inducen en el sueño. La melatonina es una hormona que empieza a tener actividad hacia el final de la tarde para inducir a lo que va a ser el sueño”, puntualiza Aramayo.

Respecto a las alteraciones mentales, el insomnio puede provocar problemas como el estrés, depresión o ansiedad, entre otros.

Tipos de insomnio

El insomnio se puede clasificar en función al momento del sueño que más se afecta. Según Aramayo, se puede clasificar en insomnio de conciliación, insomnio de mantenimiento e insomnio transitorio intermitente.

• Insomnio de consolidación.  Se presenta cuando las personas tienen dificultad en el inicio del sueño o les cuesta consolidar el sueño

• Insomnio de mantenimiento. Se presenta cuando aparecen dificultades para mantener el sueño a lo largo de la noche. Puede manifestarse con despertares frecuentes y luego le cuesta nuevamente dormir.

• Insomnio intermitente. Ocurre cuando una persona se despierta varias veces durante la noche, lo que interfiere en su sueño profundo y reparador. “Todas las personas, durante la noche pasamos entre tres a cuatro ciclos de sueño (…) y tenemos micro despertares durante la noche, que son normalmente en las que cambiamos de posición, nos acomodamos y una serie de pequeños despertares y volvemos a reiniciar el ciclo de cinco etapas del sueño”, precisa.

Cuando las personas tienen un máximo de tres a cuatro horas noche de sueño, según Aramayo, se produce lo que se llama la “deuda del sueño”, que provoca estrés, ansiedad, falta de concentración o sintomatología depresiva, entre otros.

Factores que provocan el insomnio

Aramayo indica que hay factores de tipo psicosocial, emocional o físico que van a provocar el insomnio. Estos factores son agrupados en:

• Estrés. Las preocupaciones pueden mantener activa la mente durante la noche, dificultan-do el sueño. 

• Viajes y cambios horarios. El desfase horario producido por viajes largos, el trabajo nocturno o la rotación frecuente de turnos alteran los ritmos circadianos, pudiendo causar insomnio.

• Mala higiene del sueño. Los horarios irregulares a la hora de acostarse, las siestas, así como realizar actividades estimulantes y usar pantallas antes de ir a dormir, pueden interferir en el sueño.

• Comidas copiosas antes de ir a dormir. Un exceso de comida puede causar molestias al acostarse, dificultando la conciliación del sueño.

• Enfermedades y trastornos. El cáncer, la diabetes, las enfermedades cardíacas, el asma, el hipertiroidismo, el párkinson, Alzheimer, la ansiedad y la depresión, son algunas enferme-dades relacionadas con el insomnio.

• Ciertos medicamentos. Existen medicamentos que pueden alterar el sueño, como algunos antidepresivos, antihipertensivos, y los que contienen cafeína en su composición.

• Cafeína, nicotina y alcohol. La cafeína del café, el té o el mate, así como la nicotina del tabaco o el alcohol son estimulantes que pueden alterar el sueño.

• Edad avanzada. Con el envejecimiento, se producen cambios en los patrones del sueño, cambios del nivel de actividad, deterioro de la salud y toma de medicamentos.

Tratamiento

Existe una serie de tratamientos no farmacológicos que se recomiendan aplicar antes de dar una medicación a la persona que está sufriendo de insomnio. Generalmente, sin embargo, estos tratamientos se basan en cambios en el estilo de vida, terapia y medicamentos.

• Estilo de vida, es importante adoptar buenos hábitos del sueño, como acostarse y levantarse a la misma hora, evitar o limitar las siestas, hacer ejercicio regularmente, evitar el consumo de cafeína, nicotina y alcohol en la medida de lo posible.

• Terapia, se ha observado que la terapia cognitivo-conductual (TCC) puede ayudar a controlar la ansiedad asociada al insomnio, así como los pensamientos negativos que dificultan conciliar el sueño.

• Medicación, la mayoría deben ser recetados por el médico.

Sin embargo, cualquier tratamiento debe empezar con una consulta al médico general, a fin de lograr un diagnóstico oportuno para ver si se trata de un problema psicológico o físico. 

“Las personas que sufren de insomnio, si no son tratadas a tiempo, presentarán agotamiento permanente, problemas de concentración, falta de atención, problemas de memoria, irritabilidad, pérdida de peso y, en algunos casos, incluso pueden tener mayores complicaciones a nivel psicológico”, explica Aramayo.

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