Por Lily Zurita
“Ella no murió, a ella le quitaron la vida; ella fue a clases y terminó sin vida. Me duele el corazón como nunca; su voz todavía susurra mis oídos. Kamila quisiera prometerte muchas cosas, este mundo no me lo permitiría”, son las palabras de indignación y dolor de Metzly P., luego del brutal asesinato de su hermana Kamila P., por parte de su exenamorado.
Apuñalada al menos 39 veces en el aula de la Escuela Normal Superior de Caranavi en La Paz, Kamila es la víctima número 73 de feminicidio en el país en lo que va del año. Su victimario recibirá una pena máxima de 30 años de presidio sin derecho a indulto. En cambio, la joven ya no podrá hacer realidad su sueño de ser maestra y su familia tampoco la volverá a ver más.
El feminicidio, definido como el asesinato de una mujer por razones de género, es una de las formas más extremas de violencia machista. Identificar el perfil de estos agresores y aprender a detectar señales de alerta puede ser fundamental para prevenir situaciones de riesgo y proteger la vida de las mujeres.
Según Magaly Mariaca, especialista en criminología, criminalística y ciencias forenses y docente de la carrera de Derecho en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, los feminicidas “no solo cometen este acto por odio hacia las mujeres, sino también por su deseo de control y dominación”.
¿Quién es un feminicida?
Aunque no existe un único perfil, los feminicidas suelen compartir características específicas. Estos individuos suelen tener problemas emocionales, como baja autoestima, inseguridad y falta de control sobre sus impulsos. A menudo han exhibido patrones previos de agresión, control o abuso hacia sus parejas o hacia mujeres en su entorno.
Muchos de ellos, según Mariaca, presentan una percepción distorsionada de las relaciones de género, considerando a las mujeres como objetos de posesión. En su visión, la mujer no es un ser independiente, sino alguien cuya libertad debe ser restringida. Estos comportamientos misóginos se manifiestan en forma de violencia psicológica, física y emocional, y en casos extremos, culminar en feminicidio.
“Su perfil puede variar ampliamente, pero generalmente se caracteriza por mostrar rasgos de misoginia, control y violencia. Su comportamiento suele ser impulsivo y están motivados por el deseo de ejercer poder y control sobre la vida de la víctima”, señala.
Alejandro Ramos, profesional psicólogo, aclara, sin embargo, que no existe un perfil típico de un feminicida con el que se pueda identificar a una persona que haya o que pueda cometer este delito.
“Cada persona es singular y única y cada caso es singular y único. Esto no quiere decir que una persona que tenga ciertos comportamientos necesariamente sea un potencial feminicida. Sin embargo, lo que sí podemos hacer es reconocer algunos comportamientos que podrían ser como pequeñas alertas para detectar algún tipo de violencia cíclica o en espiral y buscar ayuda oportuna”, explica.
¿Cómo reconocer a un potencial agresor?
Detectar a tiempo las señales de un feminicida puede salvar vidas. Mariaca indica que entre los principales signos de riesgo están:
- Comportamiento obsesivo y celos extremos: el agresor intenta vigilar y controlar cada aspecto de la vida de la víctima.
- Control excesivo y posesividad: el feminicida busca restringir la libertad de su pareja, tomando decisiones en su lugar.
- Violencia verbal o física: insultos, amenazas o golpes pueden ser las primeras advertencias de un comportamiento peligroso.
- Actitudes misóginas: desprecio por las opiniones o decisiones de las mujeres y falta de respeto hacia su autonomía.
- Culpa y manipulación: el agresor tiende a responsabilizar a la víctima por sus propias acciones violentas.
- Amenazas y coerción: puede intimidar a su pareja con violencia física o emocional si esta intenta alejarse o romper la relación.
Si el agresor o la víctima detectan alguno de estos patrones en su entorno, es fundamental buscar ayuda profesional y contar con el apoyo de personas de confianza.
¿El feminicida puede rehabilitarse?
La rehabilitación de un feminicida es un tema que debe analizarse caso por caso, según Carla Martínez, docente de la carrera de Psicología en Unifranz.
En muchas ocasiones, el agresor puede causar la muerte de una mujer de forma accidental, debido a una situación de impulsividad en la que no tiene la intención de quitarle la vida. En estos casos, podemos hablar de una personalidad altamente emocional e inestable, como la limítrofe, que presenta sensibilidad, es decir, sentimientos de empatía y remordimiento. Se trata de acciones no premeditadas que pueden desencadenar en una muerte.
“Por otro lado, en el caso de individuos antisociales, psicópatas y sociópatas, sabemos que la psicoterapia tiene un efecto limitado debido a bases biológicas bien definidas. Sin embargo, siempre es necesario concientizar, ya que estos sujetos tienen un uso de razón y conciencia bastante claro.
Cómo mantenerse seguras
Ante un entorno social que aún normaliza muchas formas de violencia de género, es importante que las mujeres se cuiden y mantengan medidas de prevención. Mariaca enumera al menos seis:
- Confiar en el instinto: si una relación o situación genera incomodidad o temor, lo mejor es buscar ayuda de inmediato.
- Establecer límites claros: no se debe tolerar ningún comportamiento agresivo o abusivo desde el inicio de una relación.
- Comunicar lo que incomoda: expresar de forma clara qué actitudes o comportamientos resultan inaceptables.
- Mantener una red de apoyo: rodearse de amigos y familiares en los que se pueda confiar en caso de emergencia.
- Informarse sobre violencia de género: conocer las leyes y recursos disponibles para actuar ante una situación de riesgo.
- Denunciar la violencia: romper el silencio es fundamental para frenar cualquier forma de maltrato.