Cómo integrar la IA al marketing sin perder autenticidad
En la era de la inteligencia artificial (IA), la publicidad y el marketing atraviesan un punto de inflexión. Las herramientas tecnológicas ofrecen la posibilidad de segmentar audiencias, personalizar mensajes y optimizar procesos con una precisión inédita. Sin embargo, surge una pregunta crucial: ¿cómo aprovechar estas ventajas sin perder la autenticidad ni la conexión humana que sostienen la relación entre marcas y clientes? El equilibrio entre automatización y empatía es, hoy, el gran desafío de la industria.
“Si los datos están bien organizados y clasificados, la inteligencia artificial funcionará correctamente. De lo contrario, no dará buenos resultados. Esa es la clave”, afirma Juan Merodio, especialista español en marketing digital y transformación empresarial.
Merodio fue invitado a Bolivia para participar como expositor en el Grand Prix de la Publicidad 3.0, organizado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, un evento que reunió a referentes nacionales e internacionales para debatir el presente y futuro del sector. En esta edición, la IA ocupó un lugar central en las discusiones, explorando cómo las marcas pueden innovar sin sacrificar el valor humano.
De acuerdo con Merodio, la clave para integrar la IA sin perder autenticidad está en su correcta implementación. Esto significa tratar con gran cuidado los datos que la IA utilizará. En este sentido, la tecnología no es un fin en sí mismo, sino una herramienta que depende de la estrategia, la ética y la creatividad humana para generar resultados reales.
Uno de los aspectos más prometedores es la segmentación y personalización de los mensajes. Gracias a la IA, las empresas pueden detectar patrones de comportamiento y anticipar necesidades, pero el especialista advierte que el valor no está en la automatización por sí sola, sino en acompañarla de un enfoque empático.
Un ejemplo práctico es el uso de chatbots con lenguaje natural: pueden resolver dudas básicas de los clientes, pero deben saber cuándo derivar a un asesor humano, manteniendo la calidez en interacciones sensibles como reclamos o asesorías.
La creatividad es otro terreno donde la IA actúa como catalizador. Merodio señala que estas herramientas son útiles para identificar tendencias o generar propuestas iniciales, pero no deben reemplazar la voz cultural y auténtica de los equipos humanos.
“Así, una campaña turística, por ejemplo, puede nutrirse de análisis predictivos de IA para detectar destinos emergentes, pero será la narrativa de los creadores locales la que conecte emocionalmente con el público”, acota.
Asimismo, la transparencia es fundamental para no perder la confianza del consumidor. Informar al cliente cuándo está interactuando con un sistema automatizado y en qué medida, lejos de restar valor, refuerza la credibilidad de la marca. De hecho, el experto subraya la importancia de mostrar cómo humanos y máquinas trabajan en colaboración.
“La IA no reemplaza la conexión humana, la amplifica cuando se usa con propósito”.
Otro aspecto esencial es la capacitación constante. “Todo lo que es formación, capacitación es fundamental, sobre todo en la IA y todo esto que evoluciona tan rápido. Si no estamos capacitando y formando constantemente a empleados y profesionales, nos quedamos obsoletos”, apunta Merodio.
La transformación digital exige que las empresas inviertan en cultura organizacional y en la actualización de sus equipos, de modo que la tecnología no se convierta en un obstáculo, sino en un aliado.
De cara al futuro, el experto identifica tendencias emergentes como el blockchain y la economía de creadores, que junto con la IA impulsarán nuevas formas de publicidad y modelos de negocio. La recomendación es abordarlos como proyectos paralelos de experimentación, sin poner en riesgo la estabilidad del negocio principal, pero cultivando un ecosistema de innovación constante.
El Grand Prix de la Publicidad 3.0 dejó en claro que la IA es mucho más que un recurso tecnológico: es un campo donde confluyen datos, creatividad y sensibilidad humana. Para Merodio, la oportunidad está en diseñar experiencias donde la tecnología potencie lo humano y no lo sustituya. Y en este camino, la Unifranz cumple un rol clave al convertirse en un espacio de convergencia de ideas, talentos y tendencias que están transformando el marketing y la publicidad en la región.