Por Lily Zurita
Felicidad, bienestar, apego, seguridad, sensación de control sobre nuestras vidas, menor ansiedad e impacto positivo en la salud física tanto del humano como del animal son algunos de los beneficios del ejercicio físico en compañía de una mascota.
Las mascotas juegan un papel crucial en nuestra vida emocional y física. La interacción diaria con ellas aumenta la producción de hormonas como la oxitocina, la serotonina y la dopamina, todas vinculadas con la felicidad y el bienestar. Este vínculo mejora la calidad de vida al reducir los niveles de cortisol, una hormona asociada al estrés, y actúa como un factor protector contra enfermedades cardiovasculares.
Tatiana Montoya, docente de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz,añade que «relacionarnos con mascotas incrementa la producción de hormonas que generan sensación de felicidad, mejorando la calidad de vida y previniendo la ansiedad o la depresión».
Además de la compañía, las mascotas nos ayudan a estructurar nuestras rutinas diarias, lo que favorece una mejor organización personal y, en consecuencia, una mayor calidad de vida.
Este domingo 1 de septiembre, Día del Peatón a nivel nacional, será una oportunidad perfecta para que quienes aún no han experimentado la sensación de compartir un momento de ejercicio con sus mascotas y en familia lo hagan libremente, ya que la ciudad estará a su disposición.
Apego seguro con las mascotas
Montoya explica que la preferencia por la compañía de las mascotas radica en el apego seguro que se desarrolla con ellas.
A diferencia de las relaciones humanas, las mascotas ofrecen una respuesta incondicional y positiva al afecto, lo que fortalece un vínculo emocional saludable y enriquecedor. Este apego genera seguridad y facilita la expresión de emociones, traduciéndose en un impacto positivo en la salud mental. La simplicidad con la que las mascotas disfrutan de la vida, ya sea en un paseo o jugando, nos enseña a valorar los pequeños momentos y a desconectarnos del estrés diario.
«En general, las mascotas son incondicionales y casi siempre responden de manera positiva al afecto y cariño que les damos. Por ello, el apego hace que la mascota se sienta más segura», destaca Montoya.
Una sinergia poderosa
Combinar el ejercicio con la compañía de nuestras mascotas genera una sinergia poderosa con múltiples beneficios. Establecer una rutina de ejercicio con ellas nos da una sensación de control sobre nuestra vida, reduciendo la ansiedad y mejorando la salud física tanto del dueño como del animal.
Este tiempo compartido fortalece el vínculo emocional y aumenta la producción de hormonas de la felicidad, mientras que disminuye los niveles de estrés y ansiedad. Además, hacer ejercicio con mascotas mejora la empatía, ya que aprendemos a interpretar sus señales no verbales, lo que también nos ayuda a ser más empáticos y atentos en nuestras interacciones con otras personas.
Las mascotas se han convertido en un apoyo emocional invaluable, especialmente en situaciones de duelo o en el manejo de trastornos como el autismo. Su capacidad para detectar enfermedades y reducir el estrés en situaciones de miedo o fobia subraya su papel esencial en nuestra salud integral.
«Definitivamente, las mascotas son grandes apoyos emocionales. Muchas personas con autismo, síndrome de Down o Asperger, entre otros, utilizan las habilidades de comunicación y vinculación de las mascotas para mejorar áreas que están, de alguna manera, disminuidas en estas personas», señala la psicóloga.
Una mascota puede cambiarte la vida
Ximena fue diagnosticada con diabetes a los 16 años. Hoy, a sus 26, además de tomar medicamentos de por vida, debe cuidar su alimentación y hacer ejercicio físico diariamente. Durante mucho tiempo, su rutina se limitaba a ir a clases y a realizar breves caminatas en su barrio, una actividad que encontraba tediosa.
«Lo hacía sola porque mis papás y mis hermanos no querían acompañarme. Eran los momentos más aburridos de mi vida. Algunos días, me sentaba en la calle solo para hacer pasar el tiempo y evitar que mis papás me regañaran», comenta.
Todo cambió cuando adoptó a «Pipo», un pequeño perro mestizo. Su rutina dio un giro completo. Ahora, lo primero y lo último que hace cada día es salir a caminar y correr junto a su mascota. «A veces, nos quedamos hasta tarde en el parque que está cerca de casa. Ahí, además de caminar, hacemos ejercicio. Mi perro me devolvió las ganas de vivir», asegura Ximena.
El ejercicio físico previene riesgos en la salud
Los beneficios para las personas van más allá de la simple quema de calorías; el ejercicio regular incrementa los niveles de serotonina, un neurotransmisor esencial para reducir la ansiedad y la depresión. También mejora la función cognitiva, ayudando a prevenir enfermedades como la demencia senil y el Alzheimer.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hacer más o menos ejercicio depende de la edad de cada uno. Para los niños y adolescentes de 5 a 17 años de edad, se recomienda practicar al menos 60 minutos diarios de actividad física moderada o intensa. Los adultos de 18 a 64 años de edad, deben practicar al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada, o al menos 75 minutos semanales de actividad física intensa, y los adultos mayores de 65 o más años de edad, conviene que practiquen al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada.
La actividad física regular y adecuada, incluido cualquier movimiento corporal que requiera energía, puede reducir el riesgo de muchas enfermedades y trastornos no transmisibles, como la hipertensión, la enfermedad coronaria, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes, el cáncer de mama y colon y la depresión, destaca la OMS.
Las estadísticas del organismo internacional muestran que uno de cada cuatro adultos y cuatro de cada cinco adolescentes no realiza suficiente actividad física. Se estima que, a nivel mundial, esto cuesta 54.000 millones de dólares en atención sanitaria directa y otros 14.000 millones de dólares por la pérdida de productividad.
Según Montoya, la actividad física también ayuda a manejar mejor las emociones, ser más asertivos y tener más confianza en uno mismo.
«Mejora la estabilidad emocional, la autoimagen, el autocontrol e incluso la satisfacción sexual. Además, la actividad física o el ejercicio contribuye a la autoeficacia, que se relaciona con la capacidad de esperar y demorar la gratificación», explica Montoya.
Más allá del ejercicio: lecciones de vida
Las mascotas nos enseñan la importancia de la organización y la conexión con la naturaleza. Pasear con ellas nos aleja de la tecnología, nos invita a disfrutar del entorno natural y, en última instancia, mejora nuestra calidad de vida.
Cuando tratamos a nuestras mascotas con respeto y cuidado, ellas nos retribuyen con beneficios invaluables que abarcan desde la salud física hasta el bienestar emocional.
Hacer ejercicio con nuestras mascotas no solo es una excelente manera de mantenerse en forma, sino también una estrategia eficaz para mejorar nuestra salud mental y fortalecer los lazos emocionales con estos valiosos compañeros.